Capitulo 25

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Aturdimiento, eso es lo que su cabeza le hace volver al presente, aturdimiento que le recuerda la voz de su padre en su cabeza.

"... Tal vez en este momento, no pueda expresarme contigo como tu padre, pero sé que cuando te vuelva a tener entre mis brazos, serás mi todo, como lo ha sido tu madre... "

Cuando la vuelva a ver.

Y eso basto para ubicar todo lo vivido, todo lo aprendido y todo lo descubierto.

Lentamente abrió los ojos para encontrarse con un techo color azul con pequeñas estrellas flotando con un hechizo de levitación.

Lentamente se incorporó mientras miró a su alrededor, su cama, amplia y con un cubrecama, verde con negro, mientras al lado de su cama, en una mesa de noche, se encontraba un gato color negro profundamente dormido, siguió observando, había un librero enorme lleno de toda clase de libros, desde pociones hasta hechizos y criaturas mágicas.

Eileen se levantó y recorrió con calma, su habitación, sobre una mesa cerca de una ventana, vio un uniforme, el de Hogwarts, con una bufanda color azul con negro, eso provocó que derramara una lagrima, pero de felicidad, ese momento era una pista muy clara que todo lo que hizo había funcionado.

Hogwarts, aun se encontraba, de pie ante todo, vagó su mirada por la ventana y vio hacia abajo, se encontraba en la segunda planta, pudo apreciar un hibernadero, lleno de plantas, y más hacia el horizonte una calle, donde gente, así Muggles como magos, transitaban libremente.

Esa imagen la hizo sonreír, por unos instantes solo observó eso, cuando alguien tocó a la puerta de esa habitación.

-. ¡Eileen! -. Gritó una voz masculina al otro lado de la puerta, que tocaba insistentemente, pero se escuchaba muy joven.

Ella abrió la puerta y se congeló al ver a un pequeño ser, idéntico a Severus, pero con unos intensos ojos color café; seguramente de diez u once años, con una bufanda color verde con gris y bajo la misma colgaba una cadena que deslumbraba una P color plata brillante.

Eileen sonrió.

-. Prince -. Dijo sin sonar dudosa.

-. Tu mente de pajarraco Ravenclaw, se descontinua, no deberías leer las noticias de la Tía Luna, tan seguido -. Eileen sonrió al escuchar ese nombre y al darse cuenta del carácter del pequeño, que debía ser orgulloso Slytherin. -. Vas tarde, mi padre te espera para la recolección de ingredientes.

Eileen sonrió más abiertamente y después de darle frotar su cabeza con cariño cariñosamente al pequeño, corrió escaleras abajo.

Recorrió con la mirada la casa, viendo muchos retratos mágicos, llenos de fotos de los amigos de su madre que había conocido en esos días pasados, veía a Harry, Ginny, Luna, Neville, cada uno feliz y vivo sobretodo y al final del corredor, había una pequeña sala y en ella una mujer de cabello castaño sentada en un sofá usando una bata de despertar, leía el Profeta acompañada de una taza de donde bebía.

Eileen lentamente sintió la humedad en sus mejillas y con gran entusiasmo corrió hacia su madre.

-. ¡Mamá! -. Exclamó alegre, mientras Hermione la abrazaba extrañada por su actitud.

-. ¿Eileen? -. Preguntó asustada, la tomó de su rostro que lo tenía oculto entre su cuello y la miró a los ojos, no vio tristeza en ellos, pero no comprendía. -. ¿Te ocurre algo? -.

Eileen sonrió y negó con la cabeza.

-. No, pero, ¿Puedo pedirte que me recuerdes algo? -. Preguntó ya más tranquila Eileen.

Principio y finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora