Capítulo 21

101 8 3
                                    


Heey gentecita :D

Siento muuuchiisiimo no haber subido capítulo en... bastante tiempo :v

Menos mal que dijiste que ya habían acabado los exámenes y habría capítulos más seguidos...

Bueno, para la próxima ya sabéis, no os fieis de un Ani emocionada :P

Al paso que voy estoy subiendo uno al mes, pero bueno, es verano, comprenderme :D

A parte, he tenido un pequeño bloqueo de inspiración, pero ya está arreglado e intentaré subir capítulos más a menudo, pero no prometo nada :D

PD: el multimedia que veis, no tiene nada que ver con la historia, pero me apeteció ponerlo porque me ayudo a inspirarme. *Cold Water- Major Lazer*

PD2: Si os digo que cuando estaba escribiéndolo me puse a llorar al imaginarme la escena, a ver si adivináis donde empecé a llorar :P

Nada más que decir, os dejo seguir leyendo...

HADIOOS:D

----------------------------------------------

— ¿Mamá?

— Hola, mi pequeño.

— Esto no es posible — tartamudeo en voz baja

— Sh... hay muchas cosas que te desearía contar, pero no soy la persona indicada — susurra

Por una extraña razón la creía. Creía que era mi madre.

— Porque mamá porque ahora me pasa todo, a mí — una lágrima recorre mi mejilla

— No llores, cariño, recuerda todo pasa por algo.

— Pero, yo quiero ser feliz de una vez por todas — susurro con vox endeble

— Ser feliz no están fácil como parece, pero tampoco imposible — me intenta limpiar las lágrimas.

— Adrián — una voz lejana me llama

— Adiós, cariño, parece que alguien importante te necesita — dice refiriéndose a Jeny que se encuentra apoyada en mi mesa mirándome con sus grandes ojos grises — y recuerda todo pasa por algo.

— No, mamá, espera no me vuelvas a dejar solo — hablo más alto e intento agarrarle la manos para impedir que se vaya, pero ya es demasiado tarde e inútil, mi mano la traspasa sin dificultad.

Un estallido de risas procedentes de mis compañeros de clase me rodea.

— ¿estás bien? —me pregunta Jeny preocupada

Rápidamente recojo mis cosas y me levanto

— No, no lo estoy, para que mentir — respondo evitando que las lágrimas broten de nuevo.

Ágilmente algo de clase haciendo oídos sordos a los gritos escandalosos del profesor, y me dirijo a la entrada del instituto dirección al parque, aquel de los bellos cerezos. Sin poder contenerme más empiezo a llorar, esas lágrimas saben que no van a ser las ultimas, ni tampoco las primeras, pero fueron con diferencia las más dolorosas de todas.

En este momento todo me da igual, solo quiero estar solo y poder expresar mis sentimientos sin ser juzgado hacia los pétalos de los cerezos. Ellos serán los únicos que sabrán su existencia y aún así siguen a mi lado hasta que el peligroso viento los arrastre al vació.

(···)

Empezaba a oscurecer cuando, por fin, decidí que ya era hora de volver a casa, después de todo el día desaparecido.

Y si preguntáis, no, no he recibido ninguna llamada preocupada preguntándome donde estaba, entre otras cosas porque no tengo teléfono, asique soy ilocalizable, pero, oye, es una de las pocas ventajas de no tener dinero suficiente para ello, aparte de que no me estresaría; como la mayoría de los adolescentes de mi edad; por los mensajes y cosas raras de las redes sociales, creo que ya tengo suficiente con mi propia vida.

Camino solitario por las calles, iluminadas solo por algunas farolas que todavía no se han fundido, pero que tampoco les falta mucho.

A lo lejos puedo divisar la figura de una señora tambaleándose.

— Siempre me encuentro gente de noche, ¿Qué pasa? Acaso ¿soy un imán? — susurró para mí mismo

Veo como la señora cae al suelo, pero no me inmuto, probablemente esté borracha y para mañana ya no sabrá ni siquiera que la he ayudado, así que para que hacerlo.

Lentamente un llanto se abre paso entre todo el silencio.

Sin dudarlo, sea quien sea esa señora debo ayudarla, no puedo evitarlo, su llanto me mata, no puedo dejarla llorando sin más, siendo un mero espectador como me han hecho a mí, así que empiezo a correr hacia ella.

A cada paso que doy, mi corazón se encoge cada vez más; Reconozco ese llanto. Cuando me aproximo lo suficiente, me doy cuenta de que pertenece a la persona que se supone que me esperaría en casa dispuesta a reñirme, pero no, está en el suelo de una calle llorando con un olor a alcohol sofocante. Una parte de mí, reclama que le pida explicaciones pero otra me dice que la ayude.

Haciendo caso omiso a la parte "mala" de mí mismo, me agacho a su altura y paso su brazo por mis hombros para ayudarla a caminar.

Ella, sin decir palabra, se deja manejar. De repente ha dejado de sollozar, pero aún con la cabeza baja puedo ver como lagrimas recorren sus mejillas.

— ¿por qué haces esto? — pregunta de la nada cuando ya estamos cerca de casa

— Soy tu hijo — respondo seco

— Te he tratado mal y aun sigues aquí. No te he educado bien — dice entre dientes mirando al suelo

— De que hablas, Mamá.

— No me llames mamá, no soy una madre de verdad — grita mirándome con lágrimas en los ojos — Ya lo sabes todo, no he cumplido lo que prometí, no te he educado bien, no he sabido alejarte de personas... Personas como yo, toxicas.

— Tú no eres toxica, entiéndelo

— No intentes negarlo, no soy buena persona, nunca hago nada bien, no soy un ejemplo a seguir, y menos unos bueno de madre.

Un silencio reino entre nosotros

— Por qué todo es tan difícil, Adrián, por qué — lloró en mi hombro

— No lo sé, Mamá, no lo sé — la consolé con un abrazo

El tiempo pareció ralentizarse mientras estábamos, madre e hijo, abrazados.

Cuando nos separamos, mire como mi madre rebuscaba en su bolso las llaves y se limpiaba restos de lágrimas disimuladamente; ya no parecía borracha pero el olor del alcohol seguía impregnado en su ropa.

— Vamos, dilo, se lo que estas pensado — levanto la vista de su bolso

— ¿Estas borracha? — digo sin pensar

— Ya no tanto — sonríe — pero no es eso lo que ocupa tu mente, ¿verdad?

— No — respondo pasando dentro de casa

— Siempre temí este día, pero algún día averiguarías la verdad — suspira — Me he estado preparando frente al espejo desde el accidente, pero nunca imagine que sería en esta situación, yo medio ebria y tu tan confuso, bueno lo de confuso, estaría claro — ríe levemente

— Mamá céntrate

— Está bien, está bien, pequeño impaciente, será mejor que te sientes tenemos para un gran rato.


Ser feliz no es tan fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora