Preparé mi rutinario tazón de leche y cogí del armario las galletas de canela, que la gente suele merendar con café, pero yo soy diferente y solo las tomo para desayunar.
Sin pausa pero sin prisa terminé de desayunar a mi manera.
Listo para marcharme, la voz de mi madre me llamó desde el salón.
— Adrián, ¿A dónde vas?
— Al manicomio desde luego
— No empecemos, ¿no podemos tener una mañana tranquila?
— Voy al instituto — cedí
— ¿Un domingo? Mira que eres raro — rió
— Es lunes, mamá —rodé los ojos
— ¡¿Lunes, qué?!
— Sí — respondí obvio
— Voy a llegar tarde otra vez — chilló
— Yo también si no me dejas — grité, ahora yo
— Me van a despedir — se desesperó
— Deja de hablar y prepárate — voceé antes de salir a la calle
Desde la calle aún se podían oír sus lamentos y pasos apurados. Mi madre es lo peor, en serio.
Camino al instituto una chica pelirroja me asaltó por la espalda.
— Adrián— gritó Castie
— Hola — respondí con una leve sonrisa — ¿Estas mejor?
Su cara rápidamente se entristeció. La he cagado. Soy un gilipollas o algo por el estilo, al parecer.
— Esto... ¿Esa es mi sudadera? — Cambié de tema
— Me gusta mucho — sonrió inocente.
Esta chica es bipolar.
Aun así, es totalmente diferente a como la vi ayer, no parece la misma persona que lloraba en el baño.
— Por cierto, recuerdo que dijiste que venias a mi instituto, ¿cómo es que nunca te he visto?
— Me mudé hace poco con mi hermano, así que... Bueno eso — respondió
— Sí, tu hermano — susurré recordando la tortura diaria
— Yo soy nueva — dijo alegremente — ¿Me enseñaras el instituto esta tarde?
— Eh... está bien pero y ¿tu hermano?
— No puede — elevó los hombros con indiferencia
— Oh vale — terminé
El silencio reino hasta la entrada del instituto.
— Eh mira ahí está Juan — señaló — No vemos más tarde, Adrián — se despidió con su gran sonrisa.
Seguí mi camino en dirección al aula de Historia, primera clase. Por una vez no llegaría trade.
Entré en el aula, confiado de que no hubiera nadie, pero una melena morada yace centrada en un libro y en cuanto siente mi presencia levanta la cabeza sonriente.
— Hola — saludo con la voz que me queda.
— Hola — devuelve
Me desplazo lentamente a mi sitio justo detrás de ella.
— Me encanta Historia — suelta en cuanto me siento.
— Nunca te había visto en esta clase — afirmé — hasta ahora
— Me suelo sentar atrás — sonríe
Asiento con la cabeza.
¿ Y ahora por qué se ha cambiado?
Me hubiera gustado preguntarle, pero para cuando encuentro el valor necesario el profesor entra por la puerta.
— Buenos días alumnos, sacad vuestros libros por favor.
Obedezco y a la par saco el blog de dibujo que compré "Aquel Día"
Rápidamente dejo de atender en clase y me concentro más en dibujar. A la mente me llegan los sueños de esta noche. Un escalofrío recorre mi espalda. De entre todo, lo que más me llamaba la atención, era la mujer aquella, de ojos cristalinos, ella parecía verme, a diferencia de los niños.
Sin darle más vueltas me pongo a dibujarla. Lentamente trazo la profundidas de sus ojos, los únicos con color y vida del dibujo. Los únicos que me hacían ver transparente, sin persianas, si espejos, sin escondites. Ella entendería mis pensamientos, resolvería mis dudas. Ella es la única que me ayudaría.
Un sentimiento de añoranza nace en mi pecho. ¿Por qué? No lo sé. Siento como si la conociera y ya no estuviera. Realmente no la conozco, no sé siquiera su nombre.
— Alexy — oigo un susurro — Alexy Lemon
Me giro en su dirección y la veo. La veo ahí sentada, a mi lado, en la mesa de mi compañero ausente.
— Alexy Lemon — pienso — recuerdo haberlo leído en algún sitio.
— Sí, pequeño — responde con su voz cálida — no hace falta, que hables — ríe al ver mi cara de sorprendido. Me había leído la mente.
— ¡Ay! Mi pequeño Adrián como has crecido desde la última vez — me intenta acariciar el pelo, pero no siento nada.
— No te conozco — pienso
— O no me reconoces — responde
— Siento como si ya te conociera, pero no sé de qué — Reprochó mentalmente.
— ¿De verdad? Haz memoria
Pequeños flashback vienen a mi mente.
*flashback*
— Mamá — gritó medio llorando
— Estoy aquí, Adrián ¿Qué pasa?
— Hay un "moustro" debajo de mi cama, — digo temeroso
— Y ¿el monstruo es malo?
— No sé
— Nadie es malo, pequeño, si no lo conoces — sonríe
*Otro flashback*
— ¡¡Mamá!! — digo alegre
— ¿Qué tal en el cole?
— Bien, he conocido a un niño, se llama Juan
— Bien, pequeño
*Otro flashback*
— Mamá, nunca te vayas, por favor — digo agarrándome aun mas fuerte a su pierna con lágrimas en los ojos.
— Nunca me iré, pequeño — susurró fundiéndome en un cálido abrazo
— ¿Me lo prometes?
— Te lo prometo
*Otro flashback*
— Adrián, cúbrete la cabeza, rápido. — gritó ella desde la parte de delante del coche.
— ¿Por qué, Mamá?
— Cúbrete, ya
Sin preguntar más lo hice, y minutos más tarde, sentí como el choche chocaba contra un árbol.
— ¿Mamá?
— ¿Mamá? — volvía preguntar, pero nadie contestaba.
*Fin del flashback*
— ¿Mamá?
— Hola, mi pequeño.
Hey gentecita, siento no haber subido nada, en qué ¿Un mes?
Bueno, pues eso :v
Estuve de vacaciones ¿okey?
Pero ya estoy de vuelta, o eso intentaré.
Contarme:
¿Que os a parecido el capítulo?
Un poco mierder ¿no?
De todas formas, espero que os guste :D
Nada más que decir, asi qué...HADIOOS:D
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Ser feliz no es tan fácil
Novela Juvenil¿Te crees capaz de soportar que te pegaran todos y cada unos de tus miserables días?¿Aguantarías la presión de no llorar enfrente al enemigo? Si no conoces la respuesta de ninguna de estas preguntas, esperemos por dios que no. Adentrate, en mi vid...