Capítulo 3

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-Uhi, que lleva el pajarito entre las plumas.-dijo el cojiendo mi libro

-Damelo.- Grité.- No te importa.

-¿Que hago, lo rompo? - dijo refieriendose a la gente que rápidamente nos había rodeado al oír gritos.

Algunos asentían y gritaban "ROMPELO Y QUE APRENDA", otros simplemente se reían de mi o solamente me miraban, pero allí nadie hacía nada.

-pues lo rompo, es un simple libro - dijo Juan arrancandole las hojas.

- No, por favor!! - grité yo a punto de llorar.

- Que no me grites!! - dijo alarmado y dandome una patada en la boca.-A ver si te callas de una vez.

Despues de decir eso, me tiró el libro, o bueno, lo que quedaba, y se fue. La gente que nos rodeaba rapidamente se fue tras él, sin preocuparse de mi.
Estaba solo, sangrando por la boca y con el libro nuevo roto.

- Por que todo me pasa a mí.- grité llorando.

- ¿Estas bien? - dijo Jeny acercandose a mi.

- Claro...- conteste secandome las lágrimas con la manga de la chaqueta.

-no lo estas, tu boca esta sangrando- dijo suavemente

-Si lo estoy ¿VALE? Dejame ya! - grité levantándome.

-He visto como te pegaban ¿por que no reaccionaste?- pregunto ella agarrandome del brazo para que no me fuera.

- ¿para que? Me seguirian pegando- reproche triste.

Ella no contestaba, solo me miraba con sus ojos grises, podría quedarme todo el dia así, pero sonó el timbre.

- Bueno adios, tengo que irme a matemáticas, ¿vienes?- dije

-no, yo no voy.- dijo ella llendose.- adiós.

Me quede mirandola como si fiera un idiota, me había hipnotizado verla saltar por una valla y salir del instituto.
Cuando la perdi de vista me giré y me fui a clase de matemáticas.

-llego tarde.-pensé.- otro castigo más.

Y asi fue, la profesora me mando quedarme fuera y ademas me dijo que debía copiar 300 veces "No debo llegar tarde a clase"

Cuando por fín llego la hora de irme a casa, ya  que había terminado de copiar.
De camino, para colmo mío empezó a llover.
Al llegar al portal de mi casa, me dispuse a cojer las llaves que estaban o bueno se supone, en el bolsillo pequeño de mi mochila, pero no las encontré con la mano.
Nervioso, posé la mochila en el suelo mojado y me puse a buscarlas. Saqué todos los libros, pero alli solo había libros y papeles con insultos.

Ser feliz no es tan fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora