Capítulo 24

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Los pitidos que emitía mi despertador, me sacaron fue del sueño en el que estaba sumergido.

El frio caló mis huesos en cuanto retiré la manta de mi cuerpo. Aunque llevará pijama, este de poco me servía. Me desvestí y me miré al espejo.

¿este de verdad era yo?

¿Todo lo que pasó ayer, fue real?

Miré las cartas que yacían al pie de la cama, sin orden. Volví a mirar el espejo. Durante estos días había adelgazado, realmente no había tenido muchas ganas de comer. Me acerqué aún más, bajo mis ojos descansaban unas triste ojeras que contestaban con mi pelo negro, mis ojos cristalinos y mi piel casi trasparente. ¿será por eso por lo que dicen que se me notan las emociones a leguas? ¿podrán ver a través de mi?

Deje de pensar en mi cuerpo, desde luego no era el mejor de todos, no quería deprimirme después de la sorpresa de anoche. Bajé a desayunar tan pronto como pude. Hoy si iría al instituto con la comida más importante del día, no se sentía presencia de mi madre por toda la casa, seguirá durmiendo. Desayuné lo mejor que mi estómago y la despensa me permitió. Y salí de casa mi chubasquero con amarillo, aun llevaba en el bolsillo la caja de lápices que compré, aquel día. Un suspiro ahogado salió de mi pecho.

Desde que me levante no me había parado a pensar en lo que me esperaba en el instituto. Me deprimí al instante, tendría que lidiar con más bromas de mal gusto, La riña de los profesores por irme así de clase, murmullos por os pasillos, Jenny preocupada...

Sería un día muy agobiante, pero... ¿y si no iba? ¿y si evitaba el problema?

No, no lo evitaría, tengo que ser fuerte, ser un fuerte guerrero, como me habían dicho ellos, que n me rindiera, que si tenía que luchar, luchara, que si tena que gritar, gritara... que no me rindiera, que ellos son personas al igual que yo, que no son mejores por hacer tonterías. Hoy iba a ser un gran día, le haría frente, no volverán a reírse de mí, hoy empieza el cambio, a partir de aquí la vida será distinta, se medirá con risas no con llantos, será mejor.

Sin darme cuenta ya estaba en la puerta del institutito, este discurso personal me había absorbido. Entre con paso fuerte al instituto y cabeza alta.

Los murmullos se hicieron presentes en cuanto pasé el umbral de la puerta. Eres fuerte, pensé constantemente para no dejarme influenciar.

Entré al aula que tocaba, y una fuerza se abalanzo sobre mí, fundiéndome en un abrazo. Inspiré el olor de su pelo y le devolví el abrazo tan fuerte como pude.

— Me preocupaste, Adrián — susurró en mi oído — pensé que...

— Estoy bien, tranquila — suspiré

— No lo vuelvas a hacer — dijo al borde de llorar — por favor

— No, a partir de ahora no — la abracé con más fuerza

El profesor entró al aula y la clase continuó como siempre. Aunque yo no pude dejar de pensar en lo ocurrido. Jenny estuvo preocupada por mí, nunca pensé que alguien se podría preocupar por otra persona hasta el punto que casi llora en mi hombro. A lo mejor era diferente a como yo creía, a lo mejor de verdad le importo y no juega conmigo. Una sonrisa se asomó por mi rostro.

— ¿Está bien, señorito Adrián? — habló el profesor

Salí de mi transito — sí, si continúe — contesté atropelladamente.

El timbre para ir a comer me sacó de otra clase de matemáticas. Preparado para ir a la cafetería — suspiré.

Difícilmente conseguí traspasar la montaña de estudiantes y conseguir mi alimento. Eché en falta, algo, bueno a alguien, estaba acostumbrado que ahora viniera Juan y se comiera mi comida, dejando con una simple manzana, pero no, nada de eso pasó. Pude salir de la cafetería libremente sin que nada me molestara. Caminé hasta el jardín y me senté junto a un árbol. Totalmente alejado de donde estaban los "fumetas." Al poco tiempo alguien se sentó a mi lado, confuso miré a esa persona.

— Hola — sonrió alegre la chica

— ¿Cómo estás? — me alegré al ver a Castie

— Mejor que otros días — rio — ¿y tú?, oí lo que paso...

— Oh... — suspiré — pues bien, supongo

— Bueno, me alegro — sonrió sincera — por cierto, tengo que devolverte la sudadera — rio

— Oh, tampoco la eché de menos — reí levemente — ¿qué tal ese tema...?

— Robert... —respondió bajando la cabeza

— Eso mismo, ¿tienes más moratones? — miré sus brazos

— Es culpa mía, yo... yo no le hice caso... me merezco el castigo... — sollozó de manera casi inaudible

— No, Castie, tú no tienes ninguna culpa, no tiene derecho a hacer eso contigo, tu no le perteneces... — hable suavemente — ¿puedo ver los?

Asintió levantándose la manga de la sudadera.

— Castie... no puedes dejar que haga esto contigo... — susurré

— Son muestras de amor, ¿no lo entiendes? — elevó un poco el tono de voz

— Eso no es amor... esto es maltrato — respondí firme

— NO SABES COMO ES, NO LO CONOCES — gritó levantándose — EL ME QUIERE Y CADA UNO LO DEMUESTRA A SU MANERA — terminó para irse

— NO LO ES CASTIE, ESO ES MALTRATO — grité a la lejanía.

¿Cómo haces para que entre en razón alguien en esa situación? Parece que ella realmente lo quiere... me desplome contra el árbol. Puede que nadie me haya quitado la comida hoy, pero desde liego esta conversación me ha cerrado el estómago. Tengo que hacer algo, no puede quedar me así, siendo un mero espectador, y sé lo que duele estar sin ayuda.

Hey hey hey gentecita :D

Siento que sea tan cortito el capítulo, pero pensemos, es navidad y bueno, eso es navidad...

FELIZ NAVIDAAD!!!

Contadme...

¿Qué os ha traído papa Noel? En mis país se llama así no se en el tuyo :D

¿Cómo reaccionaríais vosotros cuando un amigo os dice lo mismo que le está pasando a Castie?

¿algo más que deba preguntaros?

Bueno, creo que eso es todo...

HADIOOS:D

Ser feliz no es tan fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora