Capítulo 26 - Final

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Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y ahora me encuentro medianamente mejor. El tiempo ha conseguido encajar las cosas en su sitio. Recuerdo que las primeras semanas me constaba salir de entre las sabanas y vivir el día a día.  Mi "madre", no se si llamarla realmente  ya que tan solo se encargo de mi durante varios años y bueno supongo que me inculco un poco lo dura que seria la vida, Marta tras confesarme que ella no era mi madre biológica, ni siquiera de mi misma sangre se fue dejándome una nota en su dormitorio.

  —  Mi querido Adrián: ahora que ya sabes toda la verdad no puedo seguir a tu lado. Soy sin duda una persona toxica para ti, intenté cumplir la promesa de tu madre pero no puedo. Siento que sin mi estarás mejor. Algún día nos reencontraremos y podré ver el muchacho fuerte que siempre fuiste. Te quiere con todo su corazón como si fueras su propio hijo, Marta.

En aquel momento me sentía totalmente solo y perdido en la vida, no tenia a nadie. Mi familia había muerto y la otra a la cual consideraba, a pesar de lo mal que me trataba, se había ido. Me costó semanas o incluso meses recuperarme de aquel duro golpe pero después de todo le agradezco su valentía, gracias a su partida me he convertido en lo que soy ahora.

Os preguntareis que fue de Juan y de los abusones. Al dejar atrás el instituto los deje atrás a ellos. Cuando me ven por la calle agachan la cabeza arrepentidos, supongo que habrán madurado y dado cuenta de lo que le hacia a un pobre chaval que se levantaba de la cama cada día mas cansado y con  más ganas de acabar con todo. 

Especialmente de Juan no supe nada hasta hace apenas unos días tampoco de Castie o Ale, Jenny me contó que se rumoreaba que habían vuelto a Italia y que gracias al abusón rubio, el novio de Castie, Robert el cual la maltrataba estaba en la cárcel. Me alegro que Juan haya podido cumplir mi promesa y lograr lo que yo nunca me atreví.

Con la única que aun me trataba era Jenny, sigue con su mismo pelo morado y profundos ojos grises. Tras conocerme consiguió reconducir su vida, sin embargo a mi no me incluyó de la manera que pensaba al principio, ahora era como su amigo intimo, su amigo de toda la vida al cual le cuentas todo.  Como digo el tiempo ha conseguido colocar las cosas en su sitio. Jenny nunca llegó a saber lo que en un momento sentí por ella ni yo sé lo que ella llegó a sentir por mi. Dicen que el primer amor nunca se olvida y no lo voy a negar, fue demasiado bonito como para arrojarlo al mar y cerrar con candado. Jenny conoció a Adam en una fiesta, según siempre me cuenta " las chispa nació en ellos como el fuego para los cavernícolas, con un rayo" Adam era su novio, un chico musculoso, moreno, alto y con el pelo lleno de rizos nerviosos. No voy a negar lo es un cacho de pan que ha logrado caerme bien y mas cuando  consiguió que Jenny aprobara todo y la convenciera para ir a una universidad cercana.

Mi situación durante estos dos años que han pasado ha variado completamente.   Cuando Marta se fue deje de ir a clase, ni siquiera me gradué ni fui a la universidad. El instituto no se preocupó por ello, no recibí ningún tipo de llamada ni vista. Creo que no se han dado cuenta de que el ultimo curso casi ni asistí. Hasta que cumplí los dieciocho esperaba que llegara el día en el cual unos señores trajeados picaran a la puerta y se presentaran como servicios sociales. Sin embrago nunca llegó.

Deje de aislarme de la gente, a ver aun me aíslo un poco puesto que me gusta más la soledad que la compañia pero siempre intento entablar conversaciones cuando voy a bares o cosas así.

Empecé a trabajar para poder sobrevivir, Marta no me había dejado mucho dinero, supongo que era el que se podía permitir. La señora de la librería me acogió con una alegre sonrisa cuando un día me presente preguntado si necesitaba un ayudante. Rápidamente aceptó. Ahora conozco a los clientes , coloco libros, hago cuentas... 

Sobre las cartas de mis padres, no volví a leer ninguna más. Por muy mal que lo pasara sentía que no era el momento adecuado para escuchara sus voces en mi cabeza. 

Aquel día, hace dos años desobedecí a mi padre cuando me decía que debería ser valiente y luchar por los que quería. Salvarlos a ellos ¿incluía destruirme yo? Eran ellos o yo. Podéis llamarme cobarde, egoísta, caprichoso, pero antes que ellos iba yo mismo, tenia que dejar de torturarme la cabeza con aquellos pensamientos que me dejaban  por los suelos, si yo no podía salvarme a mi mismo tampoco podía hacerlo a mis amigos.

Supongo que este es el final, el final de aquella vida oscura y profunda sumergida en lágrimas y tragedias. El mundo que antes era gris lo había logrado pintar de colores con tan solo un ápice de esperanza. No es un final de cuento de hadas donde el príncipe salva a todos, ni siquiera es un final bonito; es una final normal. 

Toda mi vida me consideraré como como el Fénix que renace de sus cenizas cada vez que muere, que sale de la oscuridad con mayor esplendor que nunca, que se da cuenta que ser feliz no es tan fácil pero que con tan solo una sonrisa esa felicidad al final del túnel se vuelve más cercana y real.

Ser feliz no es tan fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora