Estaba un poco confundido... Fue como cuando te duermes a mitad de dia y luego despiertas en la madrugada... algo se sentía extraño.
Lo único que se escuchaba en la habitación era una radio... era la narración de un partido... pero yo ya lo había oído estuve ahí cuando eso que narraba el locutor ocurrió. Bucky y yo lo escuchamos en nuestra habitación en el ejército.
La ansiedad del recuerdo me hizo abrir los ojos para averiguar que ocurría. Miré a mi alrededor y desconfie totalmente del lugar, era... antinatural. Limpio como hospital y agradable como hotel, no podia ser real
entonces una chica que pretendía parecerse a Carter entró dandome los buenos dias amablemente y eso me hizo confirmarlo, algo estaba mal.
- Donde estoy? - pregunté sin responder a su saludo
- En un establecimiento en new york
- Donde estoy realmente?? - pregunté de nuevo
- Me temo que no entiendo tu pregunta. - dijo ella sonriendo nerviosa
- Lo diré una vez mas - me levanté de la cama donde estaba sentado acercándome a ella amenazante - Donde estoy realmente??
En ese momento unos guardias entraron por detrás de ella y yo los enfrenté haciendo que un par de ellos atravesaran las paredes falsas que daban a una especie de edificio ejecutivo del cual huí sin dudar pero al salir por el frente del edificio crucé casi sin querer una avenida y me sorprendí de lo que vi... era como otro mundo.
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Entonces un grupo de camionetas negras y hombres armados me rodearon pero yo estaba intentando asimilar todo
- Descanse soldado. - dijo un hombre que exhalaba autoridad y control acercándose a mi. - perdona el espectaculo, es solo que queríamos revelartelo mas despacio
- Revelarme que cosa?? - pregunté impaciente
- Has estado dormido capitán... por casi 70 años - dijo el y no dudé en creerle, eso tenía sentido. Miré a mi alrededor y de hecho no cabía duda
- Estarás bien?? - me preguntó
- Si... es solo que... me falta alguien.
Narración por Bucky
Desperté pero no podía abrir los ojos
Me sentía absolutamente exhausto como si hubiese atravesado un desierto corriendo.
- Qué es lo que más anhelas?? - me preguntó alguien pero apenas podía escucharle... abrí los ojos lenta y pesadamente, noté que estaba atado a una camilla pero en posición vertical y casi colgaba de ella ya que mis piernas estaban débiles, tal vez demasiado.
Estaba conectado a muchos aparatos con transmisores en mi cabeza y pecho además de una vía donde había un líquido transparente que no podía reconocer. Habían otras personas que iban y venían me miraban y me hacían preguntas pero no podía entenderlas ni siquiera podía entender lo que yo mismo decía, no escuchaba mi propia voz.
Pero había una puerta... cada vez que la abrían una brisa helada chocaba mi cuerpo. Sentí que pasaron horas y horas hasta que logré recuperar mis sentidos, la vista se me aclaró, ya podía escuchar y sentir las pequeñas corrientes eléctricas que pasaban a través de mi cuerpo.
Entonces lo vi... aunque no sé quién era, pero yo creía conocerlo, era un chico rubio y de ojos azules flacucho y sonriente que dibujaba algo y decía algo que supongo que era chistoso porque se estaba riendo.
Noté como un hombre entró en la habitación y se sentó cerca de mi a ver al chico reírse dentro de la pantalla, él tomó un cuaderno de color rojo con una estrella negra al frente y escribió algo que no detalle en el
- Quien eres?? - me preguntó y me dí cuenta de que no tenía idea... yo... no lo sabía, pero no dije nada. aunque en ese momento la pantalla se ennegreció. El se paró de su asiento e incrementó la cantidad de líquido que entraba a mi sistema y yo empecé a tener visiones... recuerdos supongo.
Recodé el frío que parecía apoderarse de mi cuerpo mientra me arrastraban, tenía el brazo izquierdo casi mutilado y la sangre dejaba un rastro en la nieve
Recordé el dolor de cuando desperté en el momento en el que serruchaba lo que quedaba de mi brazo
Y recordé el horrible sentimiento que me dió cuando lo reemplazaron por una uno de metal, me sentí lleno de ira... esa que se forma después de haber llorado durante horas y arremete contra todos.
Para cuando salí de ese trance me estaba llevando a otra sala. Allí me sentaron en una silla que parecía mas bien una máquina de ejecución aseguraron mis dos brazos y me dieron un protector bucal me recostaron un poco y dos partes de la máquina sostuvieron mi cabeza.
Entonces supe lo que era el dolor, supe qué era , supe lo que debía hacer, lo que me convenía y lo que no, lo supe yo era su nueva arma.
