Esta historia es para reflexionar acerca de las muchas cosas que pasan en nuestras vidas y no les tomamos la suficiente importancia.
¿Cómo una persona puede influir en nuestra vida hasta hacernos miserables?
O por el otro lado, ¿Cómo la persona que...
Después de casi trece años desde que Miranda abandonó a su hija por su completa y absurda madurez precoz tuvo que rehacer su vida como si jamás hubiera dado a luz, pues su madre estaba bien de salud, pero su padre había muerto a causa de una grave cirrosis hepática a causa del maldito alcohol.
A pesar de esas duras situaciones, Miranda finalmente se casó con un hombre muy bueno (Raúl) y tuvo dos hijos más a los cuales amó con toda su vida (por encima de Aurora) y los cuales crecieron junto a ella como debió de ser.
Ahora, Miranda, después de años y años de recuperación psicológica cruelmente se había arrancado del corazón a su primera hija NO deseada, y todo su amor sería para sus dos únicos hijos menores.
El mayor se llamaba "Gabriel Alonso" y su preciosa tercera niña "Ericka Viviana".
Ellos dos eran completamente felices con sus padres, pues Gabriel estaba en segundo año de escuela, y Viviana, pues tan solo tenía año y medio de edad.
Raúl y Miranda eran muy felices con sus dos "únicos" hijos, pues para Miranda su primera hija nunca había existido ignorando por completo su actual y desdichada presencia.
Pero (...)
Dios hace las cosas por algún motivo desconocido, pues después de casi trece años "Susan" debía de empezar a estudiar en la secundaria de su comunidad y, Miranda, resultó ser profesora en exactamente la misma secundaria que su hija Susan, pues ahora se dedicaba a las Artes escénicas y por alguna razón por el momento las dos eran completamente invisibles.
Los padres "adoptivos" de Susan una vez antes de entrar a la secundaria le habían advertido a Susan que se alejara por completo de una tal "Miranda Cortés", pero como los niños no escuchan nada no le tomó ni la más mínima importancia.
Ahora, el corazón de Aurora (Susan) estaba "bien" y por el momento todo iba bien hasta dos años después.
Sólo hasta el tercer año de secundaria de Susan su corazoncito había estado quieto sin la grave insuficiencia completamente desarrollada, pero ese año TODO cambiaría para su mundo actual, después de años de estar ciertamente "segura" ese sería el detonador de toda la verdad y de su terrible enfermedad, así como si se tratara de su alma a la mitad cubierta de frías mentiras e inconscientes miedos de un lado y del otro, una realidad muy diferente rodeada de dolores inmensurables, oscuros hospitales, centenares de lágrimas y una madre incapaz de amarla como a su primer amor.
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