Por alguna razón, Aurora por dentro sabía que no pertenecía a esa familia, pues sus padres eran distintos con ella desde que iban a nacer sus hermanas (mellizas) y su corazón, a parte de sentir demasiada tristeza por el abandono desmedido de sus padres como miles de alfileres dentro de ella lastimándola era sinónimo de que cada día estaba peor de su corazón ya que, la insufiencia cardiaca había regresado y a sus "padres" no les importaba aún así cuando le faltaba el aire, pues estaban muy ocupados con las bebés.
Pero, un día martes de junio, en clases de Física cuántica, Susan empezó a tener una especie de súbitos recuerdos de su inconsciente, logró recordar algunas cosas no tan fáciles de asimilar y olvidar, pues recordó cosas como la voz de una mujer hablándole a su vientre, una extraña canción de cuna, y la voz de una mujer que decía:
"Esta niña no vivirá mucho tiempo..."
Al recordar esas cosas, Susan no le tomó importancia, pues pensó que podía ser alguna conversación del pasado con algún extraño del cual jamás se olvidó, pero prontamente esos recuerdos cruelmente arrancarían su presente vida arrastrándola a un completo vacío.
En la secundaria donde iba Susan estaban en el proceso de elecciones estudiantiles así que, un lunes de ese mes Miranda pasaba a los estudiantes con sus identificaciones para poder votar, y al entrar, Susan, tuvo obviamente que mostrar su ahora identificación de manera inmediata.
Miranda al ver el apellido "Castella" en su tarjeta de identidad supo de inmediato que era la hija que algún día había negado por ser "diferente".
—Siguiente por favor... —Susan Elena Castella verd... —¡¿Queeé!? —¡¡Ohh Dios mío no puede ser verdad!! —dijo Miranda derramando un vaso de agua fría sobre unas papeletas de la elecciones.
—¡¿Ehh!? —¡¿Qué le sucede profesora!? —preguntó Susan algo preocupada.
—Nada, olvídalo, no es nada. —Pasa por aquí y sales por allá. —dijo Miranda muy alterada mirando como Susan era completamente normal.
Meses después, en el mismo noveno año, Miranda ya no podía ver a la cara a esa hermosa chica, pues la veía con mucho cuidado y notaba que no era especial físicamente como le habían asegurado, y por lo tanto era complemente "normal" como todos los demás.
Un día de septiembre, Miranda salió del aula de profesores de la misma secundaria para encargar su almuerzo, y para su sorpresa, Susan estaba también afuera almorzando, justo en ese momento Miranda y Susan intercambiaron miradas muy profundamente por al menos quince minutos consecutivos; Al cabo que terminaron de mirarse, Miranda lloró como nunca en toda su vida y, al obviamente notar que su pequeñita era completamente normal empezó a sentir mucha pero mucha culpa.
—¡¡Ohhh!! —exclamó Miranda mirando nuevamente a Susan directamente a los ojos.
—¡Ohhhh! —exclamó Susan después de casi quince minutos conectada con su mirada.
Desde ese momento, Miranda trataba de evitar por completo a Susan, pues no podía verla más tiempo, ya que a pesar de ser "normal" ella la había abandonado en el pasado y cada día era más y más parecida a ella cuando tenía su edad.
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Proceso para destruir mi alma©
Non-FictionEsta historia es para reflexionar acerca de las muchas cosas que pasan en nuestras vidas y no les tomamos la suficiente importancia. ¿Cómo una persona puede influir en nuestra vida hasta hacernos miserables? O por el otro lado, ¿Cómo la persona que...