Cuando Miranda aceptó ser la madre de ese bebé tenía sus muchas ventajas, pues tendría todos los cuidados necesarios durante su embarazo y un hogar asegurado, pero por desgracia las cosas no resultaron ser tan fáciles como ella creyó.
En la primera cita ginecológica del recién embarazo de Miranda las muchas e hirientes lágrimas aparecieron de golpe, ya que para sorpresa suya antes de que la convirtieran en madre de alquiler del bebé de Karina y Rigoberto ya ella estaba embarazada, ya que, a la hora de la supuesta inseminación el bebé de la pareja había muerto dentro de ella pues no sobrevivió al vientre de Miranda por estar ella encinta.
Ahora Miranda, de apenas quince años sería madre por primera vez, pero esta vez los papeles se invirtieron, pues ahora era solo ella quien daría a luz a su propio hijo.
Desde luego muy feliz Miranda no podía creer que sería madre, pues aún siendo una niña cuidaría a su hijo con su vida entera; Tanta era la felicidad que por un momento pensó en abandonar ese lugar para siempre y ocultar a su bebé de la pareja, pero luego tuvo que reflexionar y pensar mejor las cosas pues si ellos se daban cuenta ella perdería su trabajo y que ellos le mantuvieran su hijo.
Por lo que, muy triste y con el corazón destrozado, Miranda tenía que continuar fingiendo que la nueva criaturita no era de ella a pesar de que eso le doliera muchísimo y así salir adelante con su familia.
-¡¡Ay por Dios!! -¡Estoy embarazada! -Es mi hijo, mío y de nadie más, ¡¡Ohh mi bebé precioso!! -exclamó Miranda muy feliz.
-¡Miraaandaaaaa! -gritó Karina un poco alterada.
-¡¡Ay noo!!-Ya- aa voy Señorita Karina. -dijo Miranda revoloteando de felicidad.
-Tengo antojo a salchichas calientes con muucha mostaza y queso derretido sobre ellas. -¡¿Será que tu....!? -¡¡¡Ohhhh!!! -exclamó Karina saltando de su cama.
-¡¿Seré madre por fin!? -preguntó Karina completamente emocionada.
-Am, si, estoy... estoy embarazada y técnicamente es en plural, "seremos" es lo que quiso decir, ¿No? -preguntó Miranda algo triste.
-¿Qué fue lo que dijiste? -No, no, no maldita cerda, ese bebé es solo nuestro, de Rigoberto y yo, nada más, tu eres y serás siempre una extraña para el o ella. -¡¿Lo entendiste bien!? -Te pagamos por ese niño y no perderemos ese dinero ni nuestro tiempo. -¡¡Ohh Dios seré madre!! -afirmó Karina completamente demente.
-Si señora, es su bebé. -Yo, yo me retiro.-¡¡¡¡Ohhhhhh!!!! -exclamó Miranda rota por dentro con su corazón destrozado.
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Proceso para destruir mi alma©
No FicciónEsta historia es para reflexionar acerca de las muchas cosas que pasan en nuestras vidas y no les tomamos la suficiente importancia. ¿Cómo una persona puede influir en nuestra vida hasta hacernos miserables? O por el otro lado, ¿Cómo la persona que...