Natalia:
Sentí su mirada de temor atraves del espejo retrovisor y como la apartó cuando la fije con la mía. Hice una mueca de desprecio y seguí con mi anterior tarea, idear una forma de votarme del coche. Para mi desgracia mi madre me leyó las intenciones y cerró los seguros de las puertas de atras.
-Puta.
Murmure entre dientes. Mi madre gimió ruborizada. Mi padre negó con la cabeza.
-Que pasa?? Te ha venido un orgasmo por primera vez en años??
Le dije a mi madre con tono de desprecio cuando soltó el gemido. Mi padre la miro y le agarró la mano.
-Joder, parece que en vez de vuestra hija lleváis a la puta niña del eszorcista en el coche.
Dije burlandome de su "acto de amor". Hacia años que no se querían pero iban a un psicólogo y según mi madre "vamos mejor gracias al terapeuta". Si, y las discuciones nocturnas cada noche a cada hora eran por mi tambien. Por favor Dios has que llegue ya porque no aguantó mas falsedad.
-Tu!!
Le dije a mi padre.
-Tambien me puedes llamar papa.
Dijo el mirando a través del espejo.
-Y tu hija pero no estoy segura si eres mi padre.
Dije volviendo la vista a la ventana. Mi padre le habia sido infiel a mi madre millones de veces y aún así ella le habia perdonado. Me daban asco, no se si se habia notado.
-Respeta a tu padre.
Dijo mi adre ruborizada. Ella era una fina dama de Londres educada a la antigua usanza. Era, como decirlo, repugnante?? Ella era de la estatura perfecta. Sus ojos eran castaños y su piel, retocada de tanta operación, era tensa y falsa. Sus ojos reflejaban los años y la desgracia de tener el marido más infiel de la historia.
-Callate. Me irritas.
Le dije, a lo que mi padre sonrio a escondidas. El tampoco la soportaba. Todo era tan falso en mi familia.
-Que querías Natalia??
Dijo mi padre retomando nuestra anterior conversación.
-Queda mucho??
-No, debería de estar por aquí.
Dijo inclinando su cuerpo hacia delante para ver los edificios y sus carteles.
-Ese es.
Dijo señalando un edificio blanco y gris. A penas habian ventanas y se contaban dos pisos. El edificio era largo pero hacia atras. Su alredor estaba repleto de jardines. Nos bajamos del coche y me coloqué la capucha. Cogi mi mochila Billabong y me la colgué a la espalda. Cogi mi maleta de ruedas y la lleve conmigo. Si, iba a pasar un tiempo largo allí dentro. Habia hecho cosas de las que no me arrepentia y que, según mi madre, no eran normales. Camine hacia la puerta con mis padres detrás. Llegamos a una recepción acogedora pero fría al mismo tiempo. Habia algo raro. Como si escondiecen algo. Mis padres se acercaron a rellenar formulario y yo, con mis auriculares encendidos, me puse a pasear por allí. Miraba una fotografía en la que se veía unas gradas de un estadio y chicos jovenes colocados asimetricamente en las gradas y todos con su uniforme. Ninguno parecía querer estar allí. Habian chicos de todas las edades, pero ninguno menor de 13 y mayor de 20. Alguien tocó mi hombro y me gire para ver quien era.
-Buenas dias señorita. Sus padres ya lo han firmado todo y se han marchado. Ahora vendrás conmigo.
Dijo una señora de unos 40 años. Me miraba seria y fijamente.