Capitulo 2

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-Despierta mi amor-Oigo que me dicen.-Es tarde ya, vamos arriba.

-No quiero-contesto haciendo un puchero.

-No seas chineada, levantate, el desayuno ya esta listo. Te espero abajo-Dicho esto deposito un beso en mis labios y se fue.

Me levante perezosamente mientras intentaba encontrar mi bastón, cuando lo encontré me dirigí directamente hacia el baño, llegue al lavabo, enjabone mi cara y la enjuague. Luego salí del baño y me dirigí al armario que se encuentra 10 pasos a la derecha del baño. Palpé toda mi ropa, de repente sentí algo nuevo, lo tome y en el aire toque toda la prenda. Vestido. Tiene parece un vestido. Tal vez se preguntan como se lo que es un vestido pues bueno...

*Flasback*

-Mamá, ¿En serio es necesario?-Exclamé casi llorando.

-Claro que es necesario, toma esto.-Dijo poniendo algo en mis manos-Tocalo, sientelo.

Lo empecé a tocar, tiene 4 huecos, 1 enorme, 2 del mismo tamaño en ambos lados y en medio de esos 2 huecos 1 ni muy grande ni muy pequeño, es largo y suave.

-Ya.-Exclame devolviéndole la cosa a mi mamá.

-Esto es un vestido, es como una blusa enorme pero se usa sin jeans por debajo, solo te colocas un short por debajo para que no se te vean las bragas.

-Bueno mamá gracias, ¿podemos ya dejar las lecciones de ropa?

-No señorita, debemos continuar...

*Fin del Flashback*

Es extraño pues nunca lo había sentido, es nuevo. Busqué ropa interior, volví al baño y tomé una larga ducha. Cuando terminé de vestirme, busqué un cepillo e intente peinar mi cabello. Cuando lo sentí libre de enredos lo deje quieto y camine 20 pasos hasta mi puerta, estando fuera de la habitación doble hacia la izquierda y camine 25 pasos, luego sentí la barandilla de la escalera y baje lentamente cada uno de los 18 escalones. Cuando termine de bajarlos doble hacia la derecha y camine directamente hacia la cocina donde choque con mi padre.

-Lo siento cariño, no sabia que ya te habías levantado. ¿Como amaneciste?

-Oh, pues muy bien y ¿tu?

-Bien, cariño sientate a desayunar.

-Esta bien.

Camine 3 pasos a la izquierda y llegue a la mesa, Gabriel me guió a mi silla y la corrió para que yo me sentase en esta.

-¿Dormiste bien, Gabriel?-Pregunta mi mamá.

-Claro Samanta, aunque los ronquidos de Scarleth me despertaron varias veces -Exclama con tono de burla.

-Hey, yo no ronco.

-Claro que lo haces.

-Que no.

-Que si.

-Que no.

-Que si.

-Que no, si dices de nuevo que si no te volvere a pedir que te quedes a dormir conmigo.

-Sabes Samanta, creó que el que ronco fui yo.

-Es tan terca como su madre -Exclama mi padre riendo.

-Claro que no, David.-Contesta mi madre.

-Claro que si, Samanta.

-Claro que no, David.

-Claro que si, Samanta.

-Claro que no amorcito, y si dices algo más dormiras en el sofá esta noche.-Exclama mi madre.

-Claro que no diré nada mas mi vida.

Ellos son los mejores padres que pueden existir, me apoyan en todo, me cuidan y me aman. A pesar de todo lo que ha pasado ellos nunca dejan de sonreír. Mi ceguera y la muerte de mi hermano.

-Amor, tenía pensado ir al parque, ¿que te parece?

-Me parece bien, siempre y cuando mis padres me dejen ir.

-Claro que te dejaremos, sabemos que con Gabriel estas en buenas manos -Responde mi padre.

-Gracias papá, Amor espera que termine el desayuno y nos vamos, ¿si?

-Genial-Dice depositando un pequeño beso en mis labios.

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