Los accidentes sólo ocurren. Por lo general no hay nadie a quien se deba culpar. Pero cada vez que una tragedia ocurre aquellos que se quedan atrás, aquellos que se sienten solos, aquellos que sufren una perdida terminan sintiéndose culpables.
Por la mañana del día siguiente, Dean Winchester tuvo que llamar a su padre, John, para disculparse pues había quedado que si tomaba sus vacaciones esa semana, conduciría con Cas e irían a visitarlos hasta Kansas, pero por exceso de trabajo tenía que quedarse...quizá podría tomarse una semana en un par de meses.
— No te preocupes, cariño —respondió su madre al otro lado de la línea, tenía el altavoz y Mary y John Winchester hablaban con él.
— Igualmente habíamos pensado en ir a darles una vuelta...ya sabes, —sonó a través del teléfono la áspera voz de su padre— para ver que cuidas bien de mi auto y que Sammy se corta el cabello regularmente.
— ¡Claro que lo cuido! —Pudo escuchar a su madre riendo— pero Sam creo que se ha olvidado de que existen las tijeras...
— Si, pude verlo en el periódico...
— Déjenlo en paz, —les reprimió Mary pero no sonaba en absoluto molesta— Sam y Jess se veían muy bien en esa fotografía.
Conversaron un rato más, mientras Dean comía una hamburguesa cocinada por Liz, y finalmente se despidieron, su madre pidiéndole que se cuidara y saludará a Cas de su parte. Y John exigiéndole que cuidara el auto que le había regalado años atrás y que no hiciera nada para que Castiel lo eche de la casa.
— Nos vemos pronto Dean —finalizó su padre.
— Claro, señor. Los llamaré luego —se despidió Dean a la vez que se limpiaba lo mejor que podía con la servilleta de papel.
...
Al primer lugar que llamaron fue a la casa de Dean y Cas pero nadie atendió, apenas eran las 2:57 de la madrugada del miércoles y la pareja dormía profundamente.
El segundo lugar al que llamaron fue a la casa de Sam y Jess, pero el resultado fue el mismo. Entonces llamaron a sus celulares sin obtener respuesta. La pantalla brillante del teléfono de Dean marcaba las tres de la madrugada con ocho minutos cuando por fin el ruido lo despertó y cogió el teléfono. En seguida tuvo una sensación como de tener un agujero enorme en el estómago, pero sólo deslizo un dedo por la pantalla para contestar y respondió aún bastante adormecido. Primero le preguntaron si él era Dean Winchester.— S-si... —respondió tallando con la otra mano ambos ojos. Entonces le preguntaron si conocía a Mary y John Winchester. Cuando Dean volvió a hablar había un miedo que hizo sonar su voz bastante rara— ¿Por qué?
Castiel se despertó al escuchar el ruido que hizo el celular al golpear el suelo y vio a su pareja; sentado en la cama, estaba muy oscuro y no le era posible distinguir su expresión pero algo en su silencio, algo en su postura le hizo entender que algo no iba bien.
— ¿Dean?
No hubo respuesta alguna. Castiel se enderezó y alargo el brazo para tocar la mejilla de Dean, quien rechazo el toque en cuanto sintió el primer roce.
— ¿Dean? —Volvió a preguntar a la par que retiraba su mano— ¿qué pasa?
No respondió. Ninguno se movió y lo único que se escuchaba eran sus respiraciones y algún automóvil pasando ocasionalmente. Pasaron varios minutos hasta que Dean abrió la boca aunque ningún sonido salió de ella. Abrió y cerró la boca varias veces sin lograr decir nada, hasta que finalmente las palabras salieron aunque al Winchester no le parecía que él las estuviera diciendo.
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But please don't cry, you liar...
Fanfiction[Castiel y Dean han estado juntos por más de diez años, y tienen a los ojos de todos una relación perfecta, sin embargo no todo es lo que parece y a veces las dudas terminan con grandes errores y heridas incurables. Infidelidades y mentiras...