Capítulo 9.

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Andamos en silencio hasta llegar a una sala llena de muebles de madera. Ronald me señaló un sofá gris y me senté.

—A ver, —dijo mientras se sentaba en un sillón en frente de mi.— Nathaniel fue al mundo de los humanos como quería su madre. Estuvo con una pareja de ángeles muy amigos de sus padres, se llamaban Emma y Robert. Nathaniel te conoció en la guardería y al principio no pasó nada, pero cuando cumplió un mes, llamaron a su casa desde la guardería diciendo que se había tragado un bote de purpurina y tenían que llevarlo al médico.

Emma y Robert fueron a por Nathaniel y lo llevaron a casa. No se había tragado nada, simplemente había empezado a lanzar Lucidum, es decir, polvo de ángel. Para que te hagas a la idea, el Lucidum lo utilizan los ángeles adultos como protección o como estimulante en prácticas sexuales. Pero solo se segrega en presencia de la persona a la que estés vinculada, ya que los ángeles cuando se sienten muy atraídos mutuamente crean un lazo entre ellos y se produce una unión. Ya te lo explicará mejor Nathaniel. —Dijo con una mirada desvergonzada.—Además, este polvo se comienza a segregar a partir de los dieciseis años y Nathaniel ni siquiera tenía el año cuando lo hizo. 

Emma volvió esa tarde a la guardería para descubrir quien había hecho que Nathaniel segregase Lucidum. Las educadoras dijeron que tuvieron que llamar a otra familia esa mañana por que una niña se había desmayado. Emma preguntó si la niña estaba llena de purpurina también y las educadoras asintieron. Esa niña eras tú. Al contacto con Lucidum te desmayastes porque no es algo que soporte cualquier humano y a partir de ahí empezó todo. 

Robert consiguió la dirección de tu casa y llevaron a Nathaniel contigo. Una vez estuvisteis juntos, empezasteis a brillar por el Lucidum y os quedastéis dormidos. Emma y Robert explicaron la situación a tus padres y Natahniel y tú estuvistéis juntos hasta que Nathaniel cumplió diez años, tú tenías nueve. Te dijeron que Nathaniel se iba a mudar muy lejos porque tenía que volver aquí para aprender a gobernar. Tú no parabas de llorar y Nathaniel perdió su alegría. 

Cuando llegó a Vitrum y no consiguió establecer ningún vínculo con el centro todos nos asustamos. Por primera vez el centro era débil y poco a poco se apagaba. Pero la madre de Nathaniel, que era una mujer muy inteligente, habló con Emma y Robert y llegaron a la conclusión de que tú podías tener algo que ver. Se les ordenó que te vigilaran y protegieran, pero un día te diste un golpe en la cabeza muy fuerte y te quedaste inconsciente. El centro se apagó y la ciudad de Vitrum entró en pánico. A la madre de Nathaniel no le quedó otra que ir al mundo de los humanos para hablar con tus padres. Fue un momento muy duro para todos, pero si no estabas con Nathaniel el centro estaría desprotegido ante cualquier ataque. 

Fue difícil volver a encontrarte porque alguien te había hecho un hechizo para que parecieras una humana más, así que trajeron a unas diez chicas, pero no eras ninguna de ellas. Emma y Robert buscaron por todos los lugares hasta que dieron contigo. No estaban seguros de que fueras tú, pero cuando Nathaniel te vio cualquier atisbo de duda desapareció y te llevó al centro. El centro reaccionó y comenzó a iluminarse, no consiguió toda su fuerza pero fue lo suficiente para que Vitrum volviese a funcionar. Nathaniel te borró tus recuerdos y estuviste un mes inconsciente en una habitación del refugio. Del resto ya te acuerdas.

Es decir que he estado con él toda mi infancia, por eso reaccionaba así ante él. No es un desconocido.

—Es Nath...

Sentí un dolor de cabeza horrible y empecé a oir voces. Niños riéndose. Vi un lago, una niña y un niño jugaban y se salpicaban. Éramos Nath y yo. Más voces, esta vez eran adultas. Mis padres. Estábamos en mi casa y me decían que Nathaniel se iba, me envolvió la tristeza de ese momento y empecé a llorar. Estaba recuperando mis recuerdos. 

Ardor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora