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R o u l e t t e
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Akashi Seijuro era un adolescente de quince años de no tan baja estatura, proveniente de una familia con bienes y excedentes por doquier.
Sus cabellos eran de un color rojo intenso como un manto de sangre, y sus ojos dos dagas penetrantes de distintivo color: carmesí y oro.
Por otro lado, Kuroko Tetsuya era un universitario de veinticinco años, aspirante a pintor y maestro de un famoso jardín de niños.
Era pálido. Muy pálido. Con una presencia tan baja que incluso le apodaban fantasma. Por esto, físicamente pasaba desapercibido a pesar de ser tan brillante, con su pelo de color celeste al igual que sus ojos.
A la vista, no habían cosas en común, no obstante, un día como cualquier otro, Akashi Seijuro conoció a Kuroko Tetsuya, en las profundidades de un pequeño bosque un poco lejano al verdadero establecimiento: un hospital público.
Kuroko con una libreta y un lápiz de dibujo a su costado, Akashi con un diente de león entre sus manos.
Y mientras el de cabellos celestes admiraba el paisaje, le dirigió la palabra sin siquiera darle una mínima atención visual.
"¿Quién eres?, preguntó Kuroko, distante, con una mirada nostálgica reflejando su actual estado.
Y era un desconocido. Kuroko Tetsuya era un desconocido para Akashi.
"Soy Akashi Seijuro". Sin embargo había respondido sin dudar, con una casi imperceptible sonrisa en su rostro.
Así fue su primer encuentro para Akashi Seijuro; así Kuroko Tetsuya fue capaz de conocerlo por enésima vez.
... De esa manera, el reencuentro se produjo de nuevo, para que después vaya volviéndose más invisible en la memoria del pelirrojo.
Es una lástima, Kuroko Tetsuya, pero el reinicio pronto dará presencia, y una vez más, todo se olvidará...
