Oneshots AkaKuro «sin editar»

28. For life

Es un songfic inspirado en la canción puesta arriba (For Life, por EXO). Si desean, pueden oírla mientras leen.

La traducción en inglés es de itshysterie, y la traducción a español le pertenece a Información de EXO en español.

Sin más, espero que disfruten.

∆ For Life ∆

Akashi depositó el anillo de oro a un costado de él mientras comenzaba a mirar el techo de la habitación, pensando en todos los sucesos que habían ocurrido esa tarde, acompañados de suspiros llenos de por qué.

Comenzando desde el principio, cuando conoció a aquel chico; Kuroko Tetsuya. Sonriendo recordó que lo había encontrado en el pequeño parque, escondido entre los juegos y sollozando de manera silenciosa con visibles hematomas recorriendo toda la piel descubierta de sus brazos y piernas. Y él no pudo hacer nada más que ofrecerle un dulce y un abrazo a cambio de cesar su llanto. Y todo fue muy cálido, a pesar de que Kuroko era un desconocido para Akashi.

Al final se había ido de ahí sin saber el nombre de Kuroko, cuando la noche ya había llegado, recibiendo regaños de su padre y de su madre por consecuencia. A él no le importó, ya que su mente quedó prendada en el encuentro con el otro niño abarrotado de lastimaduras.

《 Un misterio que vino hacia mi con el rostro de un ángel, la calidez que te caracteriza. Y creer que soy el único que se queda a tu lado y te ama.》

A la semana se vieron en la escuela, la primaria Teiko. Ambos sorprendidos pero con sonrisas deslumbrantes en sus rostros se llamaron de forma inconsciente. Kuroko se sentó junto a Akashi, gustoso. Se presentaron entre sí no pudiendo esperar más. A causa de aquello los sermonearon por unos minutos al final de la clase.

Akashi se sentía muy feliz después de mucho tiempo. ¡Había hecho un amigo!

Entusiasta se los contó a sus padres durante la cena. Es una lástima que éstos no le hayan tomado demasiada importancia, desanimándolo notablemente. Sin embargo al rememorar a su amigo Kuroko, todos esos pesares en su corazón desaparecieron.

Cada vez se volvían más cercanos, cada vez el cálido sentimiento en su pecho crecía con más fuerza. Al transcurrir de las semanas Akashi podía afirmar que Kuroko era su mejor amigo. Y como es obvio, a él le encantaba todo de su mejor amigo. Su sonrisa, sus abrazos, sus palabras de ánimo, su celeste cabello, sus brillosos ojos, su blanca piel -sin importar que el color violeta azulado lo cubra en ocasiones-, su risa, su confianza y sus terribles chistes. Lo único que le disgustaba era su llanto. Odiaba cuando, estando en su casa -más preciso en su habitación-, las lágrimas salían de los ojos de Kuroko sin detenerse en ningún momento, rodeando con sus brazos a Akashi buscando un refugio con el cual huir de sus miedos.

Desde aquel momento Akashi se prometió proteger a Kuroko.

Pero su pequeño corazón se destrozó ante la ausencia definitiva de Kuroko luego de unas semanas.

Se había mudado. Y su felicidad decidió acompañar a Kuroko, dejándolo en una soledad imparable con la que sus padres intentaban menguar con infinitos regalos.

《 Incluso en las frígidas mañanas de invierno y en algunas encantadoras noches, estamos juntos aquí así que, intercambiaré la oscuridad con tu luz esta noche. Un milagro increíble.》

Con el paso de los años, él intentó olvidar a aquel ángel que fue su mejor amigo de la infancia. Perdió la esperanza de volver a verlo. Además, su madre había perecido y sólo vivía en una acogedora casa con su padre. Era obvio que todo había cambiado, quizás para mal. Ya no tenían la misma riqueza que antes y sus estudios dependían de una beca que consiguió con un enorme esfuerzo, logrando entrar en una gran escuela de renombre. Y aun así, sin importar el tiempo pasado, en lo profundo de su corazón creía que Kuroko vendría por él.