Seis.

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Jungkook;

Dudé muchísimo en aceptar la invitación de Jin cuando me contó los detalles. Me parecía demasiado extraño que hubiese nacido de Sun-Hi, haberme invitado a su fiesta; pero es bondad lo que significa su nombre después de todo. O eso me dijo Jin cuando intentaba convencerme de que solo me había tomado en cuenta porque me había visto en la escuela y parecía buen chico, estando solo.

"Para empezar, no parezco, yo SOY un buen chico; segundo, estar solo no es malo; tercero... Bueno, no había tercero. Pero seguía siendo extraño", fue mi respuesta en ese entonces... Antes de que teminara aceptando.

Jin parquea su auto un poco alejado. Y al frente de la casa, la música resuena en alto mientras muchos adolescentes entran y salen por la puerta que dirige a la parte trasera del hogar de Sun-Hi, la “chica bondadosa” de la escuela.

-Eh, Jungkook. La fiesta es dentro, deja de pensar –habla Jin, tirando del hombro de mi suéter para comenzar a caminar. Al parecer, él tiene toda la intención de pasarla bien hoy. Al igual que yo. Estoy preparado para todo, incluso para divertirme.

Atravesar el jardín sin llamar la atención era mi prioridad, y no porque yo fuese alguien importante; pero todos parecían estar muy pendientes desde lo ocurrido con Jimin. Analizando a los demás, observé mi vestuario. Mi madre había decidido por un suéter rayado de color negro y rojo que se ajustaba a mí, junto con jean oscuro y también había dejado desordenado mi cabello; sí, había recurrido a ella luego que Jin me escribiera “Jungkook, vamos a una fiesta. Viste para ello”. Pues, ¿Cómo se viste para una fiesta? Le dije a mi madre que vendría normal, no pensaba que la ropa importara; pero no le agradó nada mi respuesta al parecer, que rodó sus ojos y se enfocó en buscar algo ella misma.

Entramos por la única puerta disponible a oscuras. La fiesta no es tan diferente a cómo lo imaginé. Chicos aquí y allá con una chica, haciendo cosas que estando sobrios no harían; botellas por el suelo, gritos, personas bailando, música a lo alto, desastres y más. Lo que no esperaba era la enorme piscina en la cuál no había nadie. Reglas de Sun-Hi, supongo.

Me adentré a la cocina ante la curiosa mirada de algunas personas, caminando detrás de Jin. Al entrar, una mesa llena de diferentes bebidas llamó mi atención, Tae estaba al lado con un vaso en la mano y una gran sonrisa.

Estaba consciente que probablemente, luego me arrepentiría; pero también, no volvería a tener oportunidad como esta. Estaba decidido a experimentar, tenía mucho curiosidad.

{...}

Ya había perdido la cordura. El alcohol corría por mis venas y mi mente estaba desconectada; estaba borracho en pocas palabras. Sin embargo, mi estado no es mi culpa, porque recuerdo que Jin debía cuidarme; y ahora,  por regañarlo de que no había cumplido bien su tarea yo no estaba disfrutando.

-Tú dijiste que...

-Por amor a la vida –colocó su mano en mi boca, impidiéndome hablar–, por amor a mis oídos, por amor a algo; callate. Ya te dije que no soy Jin. Deja de perseguirme, ¿Sí?

Asiento, pero luego me siento estúpido porque olvido qué se supone sí capté o a qué estoy diciendo sí.

-¿Cuándo pintaste tu pelo? Me gusta más negro –acaricio su melena. Él no se aparta, pero luego sujeta mi mano y la aleja.

Bully ; ykDonde viven las historias. Descúbrelo ahora