Dos

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«Entrar tarde debe ser normal. Seguro te irá bien Jungkook, vamos. Ahora puedes estar seguro, estarás bien», repetía en su mente. Intentaba animarse mientras se tranquilizaba con la música de su madre.

-Cariño –habló ella de pronto–, tu padre... Comenzará a llegar tarde, mientras tú estudias él estará en casa y cuando tú llegues, él estará yéndose. Si quieres –dió una rápida mirada por el espejo y sonrió–, puedes llegar un poco tarde. Has amigos y sal con ellos, está bien. Solo, avísame siempre qué vayas a hacer, por favor.

Aceptó feliz, sentándose al borde del asiento y la abrazó desde atrás. No podía estar más que agradecido con esa mujer, la adoraba.

-Vendré por ti cuando salgas.

-¿Podría volver caminando? –arriesgó a preguntar, viéndola a través del diminuto espejo –, he observado el camino... La mayoría al menos.

-No lo creo Jungkook. Es tu primer día... Te perderás.

-¿Y si me das la dirección de casa escrita?

-Está bien... Ese es el edificio –señaló su madre minutos después.

Recargó sus brazos sobre la ventana fingiendo estar ocupado, pero en realidad se había puesto nervioso. Imaginó las posibles vergüenzas que podría causar y también se ilusionó, la idea de tener amigos parecía emocionante.

Sujetó el papel con su dirección, despidió a su madre y la vió perderse lentamente entre otros autos. Suspiró cerrando los ojos. Esperaba que fuese un buen día. Cuando los abrió un chico pelirrojo estaba al otro lado de la calle observándolo, apenado, giró rápidamente hacia el enorme edificio y comenzó a caminar.

-Hola, soy Jin –se presentó un castaño a su lado–. Eres Jungkook, ¿Cierto?

Asintió.

-Genial, mucho gusto – sonrió en respuesta. El mayor rascó su cabeza nervioso–, ¿Eres mudo? ¿Puedes entenderme? No me dijeron de...

-Sí... Digo no, no lo soy; pero sí soy Jungkook. Bueno, lo del no es a que, bueno, no soy mudo –cubrió su rostro con ambas manos avergonzado y el castaño rió–. Disculpa.

-Está bien. Comencemos de nuevo -Jin descubrió su rostro, luego extiendió una mano– Mucho gusto, soy Jin.

Estrechó su mano y musitó: – soy Jungkook.

-El director me ha... –se detuvo. Miró por encima del menor y su semblante se tornó serio. Jungkook volteó en la misma dirección. El pelirrojo estaba situado a unos metros observándolos mientras avanzaba despacio. Hasta situarse a su lado sin pronunciar palabra– Jimin, ¿Necesitas algo?

-Sí, pero... –observó de arriba a abajo al chico nuevo, como lo nombró en su mente y enarcó una ceja. Éste, sintiéndose intimidado, le brindó una diminuta sonrisa deseoso de que olvidara su imagen con los ojos cerrados. Volvió su vista de nuevo a Jin negando– será luego.

El intimidante chico se reunió con un grupo de jóvenes en la entrada y cuando volteó a ver, Jungkook fue consciente que no había dejado de verle. Reaccionó al sentir presión en su hombro.

-Jungkook –rió Jin–, estoy hablándote.

-Lo siento –encogió sus hombros–, ¿Qué decías?

–Es un gusto tenerte aquí, el director me habló muy poco sobre ti... Fue ésta mañana en realidad –explicó riendo–, no entendí todo muy bien la verdad; pero, como ya te dije, soy Jin y puedo ayudarte en todo lo que necesites. Ahora lo principal es conseguir tus papeles –indicó, dando la vuelta y comenzó a caminar.

Bully ; ykDonde viven las historias. Descúbrelo ahora