Cuatro.

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Ésta vez, es la alarma de su nuevo teléfono que despierta a un Jungkook emocionado por poder escuchar algo de su agrado. Había dormido hasta tarde para poder agregar cosas a su teléfono, principalmente, música.

Salió de su habitación más temprano que antes, con todo preparado.

-Buen día -saludó al entrar a la cocina. Su madre asintió sonriendo y su padre, respondió con las mismas palabras.

-Es muy temprano aún -comentó ella, observando el reloj colgado de la pared. Jungkook siguió su vista, sorprendiéndose de la hora. No se podía culpar, algo lo llenaba de alegría por dentro haciéndolo estar perdido en su mente.

-Si te vas ahora, llegarás justo a tiempo -habló su padre.

-Llegaremos muy temprano -defendió ella.

-No hablo de ti. Me refiero a él, digo, ya tiene su bicicleta... Aunque decide tú, yo no soy quien va a dejarlo de igual manera -encongió sus hombros, volviendo a leer el periódico a su lado.

Su madre lo miró sin decir nada, a la espera de su decisión.

-Ah... ¿Te molesta llevarme solo por hoy?

-No, está bien. Avísame cuando estés listo.

Su padre rodó los ojos escuchando la conversación. Volviendo incómodo el ambiente, terminó su taza de café y salió, dejando al resto en silencio.

{...}

-Jungkook -saludó Jimin apareciendo por detrás. El menor asintió y siguió su camino, creyendo que era solo un gentil saludo, pero Jimin lo sujetó por el antebrazo haciéndolo volver. El castaño se liberó sorprendido y asustado.

-¿Acaso estás muriendo? -reclamó molesto Jungkook.

-¿Qué? -musitó confundido el mayor.

-No tienes que ser agresivo si quieres mi atención -soltó sin pensar.

-Eh, espera. Que tu atención ni la quiero, solo... ¿Sabes qué? Si sigues así no tendrás amigos, porque acabas de perder la oportunidad de uno -mintió, logrando su objetivo de hacer sentir culpable al chico. Su anhelo era tener amigos.

-Jimin -corrió trás él. Quizá el pelirrojo tuviese razón, él debía cambiar si quería tener amigos.

-¿Qué? -preguntó sin verlo.

-Yo, lo siento -bajó la mirada a sus zapatos, tímido.

-Bien -actúo indiferente, siguiendo su camino.

Jungkook quedó estático en su lugar, no entendía muy bien qué había sucedido. Pero las cosas sí cambiaban por poco que fuese el tiempo que pasara. No recordaba cuándo había sido su último año estudiando en un colegio, pero todo parecía sencillo en aquel entonces; al menos en ese entorno. Desechando esos recuerdos, tomó un desvío al salón de Jin en busca de ayuda. Sonrío al encontrarlo en su escritorio, muy concentrado en su móvil.

-Hola Jin

-Jungkook, hola -sonrió, guardando el aparato en su bolsillo-. ¿Cómo estás?

-Bien... ¿Recuerdas que me habías pedido mi número?

-Sí, también recuerdo que dijiste que no tenías...

-Es que... Mi papá me regaló un teléfono ayer y -encogió sus hombros apenado por lo que diría:- no lo sé, quería que lo supieras ya.

-Ay, Jungkookie -sonrió tierno-, bien. ¿Cuál es tu número?

-Ese es el problema -rió nervioso-, no lo sé. Pensé que tú podrías ayudarme con eso...

Bully ; ykDonde viven las historias. Descúbrelo ahora