Bloddy Girlfriend II Diabolik Lovers II n.n/

La fobia y el entrenamiento unidos de la mano (Con Ruki Mukami)

P.D.: Lean los avisos del final, son importantes, plz >3<  

Po.v. __________

Ya ha pasado una semana desde lo sucedido con Yui. Hoy me dirigía a la biblioteca a leer un rato para despejarme. Pronto llegaría maestro así que tenía que descansar mientras pudiera. Cuando llegué, me senté en una silla cercana a una mesa. Estuve media hora ahí sentada, leyendo muy concentrada otro de mis libros favoritos.
-¿Qué lees?-. Me preguntó una voz detrás de mí.

-Oh, Ruki buenos días. Estoy leyendo La Odisea*.

-¿En serio? Cuéntame más-. Dijo él algo interesado.

Le conté un poco sobre mi familia divina. Él parecía saber mucho sobre ello.

-Eres el más inteligente-. Dije sorprendida.

-G-gracias-. Dijo levemente sonrojado. Yo sonreí.

En ese momento, apareció un mayordomo.

-__________sama, hay alguien en la puerta que dice que quiere verla.

-¿Va en silla de ruedas?-. Le dije. Ruki al oír eso se extrañó.

-Pues sí, ¿Cómo lo ha adivinado?

-Ahora mismo bajo. Sírvele unas pastas si puedes-. Le aconsejé.

-Recibido. Ahora, si me disculpa-. Dicho esto se marchó dando pasos lentamente hacia atrás y perdiéndose en la negrura de la casa. A Ruki y a mí nos salió una gota de anime.

-Vale...-. Dije un poco confundida -Tengo que ir abajo, adiós-. Justo cuando me iba a ir me cogió de la mano. -¿Querías algo?

-T-te acompaño-. Me dijo un poco sonrojado y a la vez sorprendido por sus palabras.

Bajamos juntos hasta a puerta en las escaleras escuchamos un grito.

-¡¡________!! ¡¡_____________!! ¡¿SE PUEDE SABER DÓNDE ESTÁS?!-. Gritó una voz demasiado familiar para mí desde la entrada. Me salió una venita en la frente.

-Bastardo...-. Dije echa un basilisco yendo hacia la entrada echa una furia. Ruki me seguía preocupado. Cuando llegué, todos estaban allí mirándome con semblante interrogativo. En la entrada estaba un señor con tweed y unas gafas en silla de ruedas. Me acerqué a él.

-Quirón... ¡¿CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE NO GRITES CUANDO ENTRAS EN CASAS AJENAS?!  ¡Y YA SABES DE SOBRA QUE ELLOS SON VAMPIROS, ASÍ QUE QUÍTATE ESE DISFRAZ DE HUMANO!-. Le grité en la cara.

-Chiquilla. Soy tu maestro, un poco de respeto. Y ya sé que son vampiros-. Dijo como levantándose, cuando se levantó su cuerpo cambió. Sus piernas se transformaron en cuartos traseros de caballo. -Así mejor-. Dijo estirando las patas.

-¿Qué cómo...-. Dijeron los vampiros.

-¡Oh! Se me olvidaron las presentaciones. Quirón, estos son los Skamakis y Mukamis. Chicos, este es Quirón, mi maestro al igual que el de todos los semidioses, además es un centauro.

-De ahí los cuartos traseros-. Dijo Ayato.

-Eres muy listo, chaval-. Dijo con sarcasmo.

-¿Y a qué debemos su visita?-. Preguntó Reiji un poco molesto porque no se le avisó.

-He venido a entrenar a _________ por petición suya-. Todos me miraron con aire interrogativo. Yo levanté las manos.

-No me miréis así. No sabía que iba a venir tan pronto-. Les dije.

-Bien, harás el típico entrenamiento sin súpervelocidad y en la mitad de tiempo-. Me dijo con naturalidad. -Yo mientras prepararé el circuito-. Dicho esto se fue galopando. Yo me pasé la mano por la frente, que recién había empezado a sudar.