Sentí algo húmedo y caliente en mi cara, que causó que despertara.
-Agh, Martha...Me llenaste de baba, qué asco. Después preguntan por qué prefiero los gatos.
Ladró y volvió lamerme la cara. La alejé como pude, me senté en la cama y miré alrededor. Estaba en el cuarto de Paul, pero ahora lucía como un cuarto normal. Recuerdos de la noche anterior invadieron mi mente. ¿Dónde estaba William? ¿Fue real lo que vi?
-Al fin despiertas, estaba preocupado.
Pegué un salto por el susto. William me miraba sonriendo desde una esquina del cuarto, cargando una bandeja con una taza de té y un plato con galletas. Bueno, creo que eso era, porque no veía nada. Mis lentes estaban en la mesa de noche.
-Me vas a matar de un infarto. ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
-No tanto, unos diez minutos.
-¿Qué hora es?
-Las once de la mañana.
-¿Y Julian?
-Desayunando abajo.
Me levanté y refregué mis ojos para después ponerme mis lentes. Bajé las escaleras y William me siguió.
-Jules, ya nos vamos.
-Pero no terminé mi desayuno.
-Te compraré algo en el camino. O le diré al tío George que te dé algo de su escondite de comida en el estudio.
-¿George tiene un escondite de comida en el estudio?-William frunció el ceño.
-George tiene un escondite de comida en casi todos lados, incluso aquí. Vamos, Julian.
-Pero no has desayunado, John.
-Le pediré algo a George.
-¡Pero quiero jugar con Martha!
-En otra ocasión será, hijo.
Sin aceptar sus berrinches, lo cargué y salimos de la casa.
-¿Dónde estaban? ¡Desaparecieron toda la noche!-Reclamó Cynthia cuando nos vio llegar.
-Dimos un largo paseo y dormimos en la vieja casa de Paul.-Contesté y dejé a Julian en el suelo. Él se apresuró a abrazar a su madre.
-Debiste llamarme al menos. Estaba muy preocupada.
-No es para tanto, mujer. Julian ya desayunó, yo me voy a los estudios. Adiós.
-Ah, no. No te escaparas de ésta tan fácil, Lennon. Hablaremos muy seriamente cuando regreses.
-A veces siento que me casé con mi tía Mimi. Falta que me digas "¡John, ponte los anteojos!"-Imité la voz aguda de mi tía cuando se enojaba.-Los tienes puestos.
Me los saqué y salí de la casa.
Al llegar a los estudios George y Ringo ya estaban allí. Ambos voltearon a verme como si estuviera hecho un desastre.
-Te ves muy mal, John.
-¿Por qué lo dices?
-Te ves cansado.
-Y asustado.
-No me pasa nada...
-Bueno ¿quieres un accidente?
-¿Qué?
-Que si quieres un té caliente.-Ringo me miró extrañado.
Suspiré de alivio.
-Sí, por favor...
El colmilludo fue a la cocina y se quedó ahí hasta que el agua hirvió.
-¿Cómo estás?-Me preguntó Ringo mientras esperábamos.
-Bien ¿y tú?
-También. ¿Cómo vas con...? Ya sabes. El aniversario.
Miré el suelo.
-Lo extraño...Mucho.
-Lo sé, Johnny. Pero él no querría que estuvieras así. Ánimo.
-Tienes razón, trataré de estar mejor.
Harrison interrumpió, depositando la taza en mis manos.
-Gracias.
-De nada.
-Tengo que decirles algo sobre William.
-Claro ¿qué sucede?
-Temo que él pudo haber matado a Paul.
Ringo me miró como si estuviera loco, pero George se echó a reír.
-No puedo creer que su plan funcionara.
-¿Plan? ¿Qué plan?
-Bien, creo que debo decirles esto a los dos. William me confesó estar enamorado de John, y me pidió ayuda para llamar su atención.
-¿Entonces le dijiste que fingiera ser un psicópata?
-Bueno, logró su cometido. Llamó tu atención.-Se encogió de hombros.
-¡Eres un idiota! ¿Tienes idea del miedo que sentí al verlo riendo como loco en la antigua habitación de Paul, llena de fotos suyas?
-Lo siento, no pensé que lo haría tan bien...
-Bueno, parece que el caso está cerrado.
Sentimos la puerta principal abrirse, y los tres estiramos la cabeza simultáneamente para ver quién entraba.
-Lamento la demora, había demasiado tránsito.
-No te preocupes, Paul.
¿Paul? ¿Por qué lo llaman Paul? ¡Él no es Paul!
-Gracias, George. ¿Les parece si comenzamos?
-Claro.
Estuvimos todo el día ahí encerrados. Los últimos detalles del disco estuvieron listos pronto, y al día siguiente lo lanzaríamos al mercado. Regresé a casa dispuesto a descansar mucho.
Pero una rubia enojada me esperaba, y supe que sería imposible descansar esa noche.
-¿En qué estabas pensando al irte a casa de Paul?-Fue lo primero que dijo.
-El disco saldrá mañana y yo estoy bien, gracias.
-Es en serio, John.
-¿Por qué tanto problema porque haya estado ahí? ¿Qué te preocupa? ¡Nadie vive en esa casa! ¡No pasó nada!
-¿Pero por qué terminaste ahí? ¿No sabes que Paul se fue? ¿Tanto te cuesta superarlo?
-¡Claro que sé que Paul se fue! ¡Lo estoy superando, maldita sea!
-¡Claro que no! ¿Crees que no te escucho hablar cuando duermes?
-¿Hablo dormido?-Y cómo. Siempre le hablas a Paul, John. Siempre.
Me quedé en silencio unos segundos.
-Es mi problema. No llevaré a Julian ahí de nuevo si es lo que quieres, pero no puedes evitar que yo vaya.
-John, por favor. Esto te hace mal.
-¡No! ¡Tú me haces mal! ¡Quieres que me olvide de mi mejor amigo así como así!
-¡Quiero que te concentres! ¡Tienes un hijo pequeño que apenas sabe cuándo es tu cumpleaños, Lennon! ¡Estás en la cima del mundo! ¡Ya no eres un niño, debes dejar las cosas pasar!
Me puse a pensar en todo lo que había pasado en mi vida hasta la fecha. La separación de mis padres, conocer a Paul, la muerte de Julia, conocer a George, Hamburgo, la muerte de Stuart, el primer beso con Paul, conocer a Cynthia, conocer a Ringo, el primer disco, la primera vez con Paul, la primera gira, A Hard Day's Night, Help!, Bob Dylan, la marihuana, el accidente, Yoko, Faul.-Cynthia...
-¿Qué?
-Quiero el divorcio.

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Faul [McLennon]
RandomJohn Lennon conoció a Paul McCartney el 6 de julio de 1957. Fueron mejores amigos y pareja, pero diez años después, un 9 de noviembre Paul sufrió un trágico accidente automovilístico que terminó con su vida. John, destrozado, debe continuar sin su...