3° Harry Styles

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-come – ordené. Darcy negó con la cabeza por un segundo pero como cualquier niño toco su hamburguesa y la devoró.

-esto no es saludable – margulló con la boca llena.

-¡oh vamos! Una hamburguesa no hace daño a nadie.- dije.

Estábamos en la mesa más apartada del local justo al lado de los juegos para niños pequeños y sobre todo lejos de cualquier ventana. Pedí dos hamburguesas,  la cajera me miraba mucho y era peligroso que avisara a cualquier medio que estaba allí, se armaría un caos, asique Darcy debía comer más rápido.

-¿Qué? ¿Por qué nos vamos? Todavía no me eh subido a los juegos – dijo una desalentada Darcy.  Me dieron ganas de dejarla pero luego me acorde del acuerdo, era lo mejor. ¡Si no fuera por esa cajera! Cosas malas de la fama: no poder salir NUNCA.

-te llevaré al parque, ¿recuerdas? – Dije tratando de arreglarlo.- ahora vámonos.

La empuje desde su espalda y la hice caminar fuera del local. Una chica de unos 19 años me miraba de reojo como asegurándose de que era yo.- disculpa, pero te pareces a Harry Styles de One Direction.

-si me lo han dicho – respondí sin emoción, tratando de bajar el rostro.- pero no hoy él, asique puedes dejar de mirarme.

-lo siento – dijo avergonzada. Me sentí mal por ser así de descortés, pero no había otra. Subí al auto y puse las llaves. Partí y puse una canción de Coldplay: viva la vida. Tararee la canción y mire el asiento del copiloto para ver a Darcy.

¡DARCY! Frene de golpe y me pegue en la frente. Di vuelta en U y acelere al máximo asustado de haber dejado a Darcy de esa manera. Estaba tan concentrado en que no me reconocieran que se olvidó por completo que ella estaba esperándome. Espero que se haya quedado allí esperándome.

Cuando llegué no la vi cerca del local y baje del auto preocupado. Entre de nuevo al McDonald. Ya no importaba si me reconocían o no. me acerque a la cajera.

-¿has visto a la niña que almorzaba conmigo? – le pregunte nervioso. Ella frunció la ceja.

-disculpa, ¿alguien estaba contigo? No la vi – respondió. Y mi caos estalló. ¿Dónde estaba Darcy?

Salí del local y observe detenidamente, entre lo que podía en la desesperación, a Darcy. Repase en mi cabeza su vestuario… pero no me acordaba, solo recordaba la chaqueta café claro que le llegaba a las rodillas.

¡Estúpido! Gritó mi mente y yo asentí.

Mire el local de nuevo, cuando veo colgada una chaqueta café claro en los percheros de los juegos para niños dentro del McDonald. Corrí adentro y entre a los juegos. Fue difícil porque era un tubo para una estatura máxima de 130 cm. Y yo media 1,80 cm. Me arrastre y cuando salí solo habían pocos pequeños de 4 a 10 años.

-¡Darcy! – grité. Al principio nadie respondió. Hacía más calor en los juegos, era como una cúpula de colores y olorosa. Después de unos segundo un gritito me hizo mirar asía arriba y vi a Darcy en el puente para pasar a la otra escalera de la cúpula pequeña azul.- Darcy – suspire de alivio.

-¡me dejaste sola! – grito desde arriba.

-lo sé. Lo siento, tenía otras cosas en la cabeza y se me paso que me esperabas afuera – espero haber soñado arrepentido. Lo estaba, pero ahora era más importante Salir de allí, porque las mamás de esos poco niños empezabas a husmear quien gritaba. – vamos, ¡baja!

-ya voy – se deslizo por un tobogán verde y salió justo para atraparla la tome de las axilas y la deje en el suelo.- me debes una grande, no me puedes dejar sola en medio de la calle y olvidarte de mí.

Sonaba enojada. Tenía ese tono de voz que usaba mi madre cuando se me olvidaba poner la ropa a lavar o hacer mis tareas. Me causo escalofríos. Darcy saco sus sandalias negras de el estante y se las puso con tranquilidad, luego tomo su chaqueta y sin esperarme. Siguió su camino ignorando las miradas curiosas de personas que entraban al local.

Todo el camino nos mantuvimos en silencio, hasta que llegamos a mi casa. Quería una ducha urgente, estaba sudado aun por mi sesión de boxeo.

-siéntate – ordeno de repente Darcy. La mire mal y ella me ignoro. Igualita a mi madre.- esto no puede volver a pasar, se supone que yo soy lo primero y lo último en lo que piensas. –¿No tenía 7 años? -, Sé que fue sorpresivo, pero quiero quedarme, y mi mami jamás me dejara si no ve que me quieres al menos.

Eso último lo dijo con una tristeza que me llego al corazón. No entendía que me pasaba, toda la vida había amado a los niños: era prácticamente padrino de la hija de nuestra maquilladora, pero no podía dedicarle ni siquiera un pensamiento de cariño a mi HIJA. Darcy no iba a llorar, lo sabía porque yo no lo haría, pero quería se volvía roja como tomate y sus ojos cristalinos.

-Darcy, los siento mucho, es solo… - suspire – nade tiempo, solo un poco. En poco saldremos de gira y tengo muchas cosas enzima de mis hombros, solo no se controlarlo y ordenarlo.

-no debía haber venido, ha sido una estupidez – dijo triste, pero luego de repente se calló y puso las manos en su boca.- no quiere decir esa palabrota, lo siento, Harry.

<<Harry>> << Palabrota>> ¿pero qué?

-¿Cómo me dijiste?- pregunte. Sentía una molestia en el estómago y no sabía que era.

-Harry, así te llamas- dijo resaltándome lo obvio – dijiste que no te llamara papá asique te llamo por tu nombre.

Iba a responderle que era solo en presencia de personas que no fueran los chicos, pero luego me arrepentí, era mejor así. La mande a la cama y yo hizo lo mismo, mañana partíamos a Liverpool, temprano para el primer concierto.

¡Papá Sorpresa! [Edición Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora