Los Hijos De Drácula(Terminada)

2

- Acompáñalo y no dejes que se encierre en su mundo, ¿qué es lo peor que puede pasar? -le digo mientras lo miro seria. 
- Un vampiro puede morir por amor, es un sentimiento nuevo y único para nosotros. Las uniones de sangre no son lo mismo Katherine. No todos sobreviven -me explica sentándose en frente de mí. 
- Pero tú estás aquí, él tiene tu sangre y no creo que eso suceda. Debes pensar en positivo Drácula, no pienses a tu manera -le contesto mientras me acerco a mirarlo de frente, su mirada es triste y asustada. 
- Lo amo demasiado como para perderlo -me dice mientras una gota de sangre cae por sus ojos.  - Querido él también te ama y de seguro eres un gran padre, pero si es la primera vez no hay nada que hacer él ya se ha enamorado -le contesto acariciando su mejilla, veo como el pecho de Drácula sube y baja de los nervios. 
Él no dice palabra alguna y nuestras miradas se unen pero el contacto se rompe al escuchar mi celular sonar. 
Tenía una llamada, me giro para tomarlo y me muevo hacia él.  - Hola -digo intentando pararme de la cama 
- Hola, viste la hora bonita -me dice Marcus con un tono burlón  -Hey, me dormí -le digo mientras me río. 
- Bueno, ¿salimos hoy o suspenderás de nuevo como ayer? -pregunta él. 
No dudo en girarme a ver a Drácula, está serio y sus ojos se oscurecen un poco más 
- No hoy no, estoy cansada y tengo cosas pendientes, ¿mañana puede ser? -le contesto mientras no quito la mirada de Drácula. 
- Está bien, mi linda niña, mañana será -me contesta él mientras corta. 
Respiro profundo y le sonrío a Drácula 
- ¿Están en tu casa aún? - le pregunto un poco seria 
Él inclina la cabeza sin comprender 
¿Entonces irás a mi castillo?-me pregunta él sorprendido. 
Aunque invadir su espacio me da miedo, lo admito, pero no dudo en contestar  - Sí, quiero conocer a los hijos del famoso Drácula -digo algo sarcástica. 
- Genial querida mi auto está abajo -me contesta Drácula con una sonrisa en sus labios.  - Me preparo y vamos -le contesto yendo para el baño mis piernas tiemblan del miedo  - Si tienes miedo, ¿por qué lo haces? -me pregunta Drácula mientras camina detrás mío.  - No es miedo quizás, conozco tanto sobre ti que el miedo me lo brindas tú -le contesto en defensa. 
- Pensé que le tenías miedo al contacto y la privacidad -dice él mientras se apoya en el marco mirándome. 
Tomo el cepillo para peinar mi lacio y largo cabello negro, mientras volteo a verlo  - Mira Drácula te tengo miedo, ese es mi gran secreto -le confieso sin vuelta alguna. 
Lo cierto era que una charla no daña, pero él es un vampiro, nunca deja de leer mi mente aparece cuando quiere y donde quiere, tiene fuerza, rapidez y es el gran Drácula Vladimir Tepes uno de los hombres más temidos en su tiempo.  Que ahora pasa desapercibido en mi tiempo 
- Jaja Katherine para desafiarme no tienes miedo, para invadir mi espacio sabiendo que no me gusta no tienes miedo, pero para ir a mi casa llena de vampiros más bajos de catálogo que yo sí tienes miedo -me gruñe mirándome con gracia. 
- Dime, ¿ellos comen humanos como tú? -pregunto algo burlona sabiendo que eso le molesta.  - ¿Comer humanos? ¿Crees que yo como humanos? Justo tenía hambre no te preocupes, si no despiertas mañana estarás muerta para ese entonces -me contesta él con su rapidez al caminar doblando mi cuello y sacando sus colmillos. 
“Vamos Katherine piensa rápido” me decía a mí misma   
Está bien mátame. Te quiero - le contesto cerrando mis ojos, siento su respiración en mi cabello y sus uñas clavadas 
- Eres irritante, ¿lo sabías? - Me dice él soltando mi cuello mientras me mira sarcástico.  - Eres estúpido y eso demuestra que una parte de ti no me quiere matar -le contesto riendo mientras me vuelvo a mirar al espejo 
- Eres una estúpida niña -me gruñe el mientras continúa detrás mío mirándome desde el espejo.  - Tú eres el Conde cara de culo de vaca y yo no digo nada -le contesto mirando mis marcas en mi cuello acariciándola 
- Eres una inmadura. 25 años físicamente y 18 mentalmente y no maduras más -me dice el mientras se burla de mí  Pongo los ojos en blanco 
- Vuelve en unos 10 años, quizás más grande te guste de verdad -le contesto sin darme cuenta y me arden las mejillas 
Él me mira con los ojos como platos y sonríe acercándose más a mí. 
- A mí ya me gustas tal cual eres Katherine -me dice mientras respira en mi cabello y coloca sus manos en mi cintura rodeándome 
Ciertamente él me gusta pero es difícil acercarse a él, es un hombre frío y calculador.  - Vladimir no me des falsas esperanzas por favor - le contesto soltando sus manos y caminando fuera del baño sin importarme que es lo que sienta él, tomo mi tapado rojo y me lo coloco mientras me giro para verlo 
- Estoy lista -le vuelvo a decir 
Drácula quedó molesto por no corresponderle en el abrazo pero este hombre es una caja de pandora, nunca se sabe. 
- Está bien, noto que estás apresurada querida - me dice él acercándose a la ventana   
Sí, lo estoy - contesto rápidamente 
- Te espero abajo -me contesta él saliendo rápidamente por la ventana hacia el auto. 
Cierro con llave la puerta, respiro profundo y salgo caminando rápidamente hacia el auto de Drácula 
Su auto lujoso llama mucho la atención, pero él lo hace mucho más con su belleza. 
- Te van a encantar, son muy simpáticos Katherine -me dice mientras subo y cierra la puerta detrás de mí. 
- Eso espero Drácula -le contesto mientras le regalo una sonrisa falsa. 
“En qué te has metido Katherine” me decía a mí misma, mientras íbamos en el camino el silencio se apodera de nosotros y mi mente me jugaba en contra. 
- No tengas miedo Katherine somos una familia normal y tú eres una más en ella -me dice Drácula mientras toca mi mano para tranquilizarme 
- ¿Cómo se llaman? -pregunto como para cambiar de tema. 
- Llacaret es el mayor -me dice el sonriéndome de reojo mientras conduce 
- Elliot es el del medio muy guapo y muy seductor, luego está Janut él es el más maduro de todos le encanta el arte la música y la literatura es un profesor en una universidad, te va a encantar -me dice de nuevo mientras quita su mano de la mía 
- Todos perfectos, quizás me case con alguno -le digo algo burlona mientras miro por la ventana.  - No lo siento, si eso pasa los mataría a ambos -me dice él, sin mirarme, noto que su vena se inflama. 
- Quién sabe, nos podemos fugar -le contesto entre risas 
- Bueno que tengas suerte Katherine - Me contesta él ignorándome cosa que nunca había visto desde su parte y me destroza el corazón 
- Aunque me gustaría fugarme contigo -le digo mientras me bajo del auto sin mirarlo.   
Bienvenida a mi casa -dice él con una sonrisa mientras la mira de pies a cabeza y suspira fuerte  ¿Es un castillo? Enserio es hermoso -digo mientras miro cada cosa que rodea el castillo, el gran jardín, sus flores blancas, algunas azules y violetas. 
-Y tengo una fuente con hermosos peces, ¿Quieres verlos?- me pregunta él muy educadamente.  -¿Estás bromeando? Será genial, Dios, es impresionante no pensé que aún existieran los castillos   -le contesto muy feliz. 
Me sentía como en un cuento de hadas. 
-Camina por aquí -me decía él, mientras señalaba las luces que alumbraban nuestro camino y todo el jardín. 
-¿Qué tipo de peces tienes? -pregunto muy entusiasmada mientras caminamos. 
Él me mira muy sorprendido y sonríe. 
-Nunca te vi así de entusiasmada -dice Drácula mientras caminamos casi llegando a la fuente.  -Antes cuando yo tenía 15 años mi padre y yo solíamos sentarnos al lado de una hermosa fuente de peces a tomar helados -le contesto mientras llego a la fuente con una sonrisa en mi rostro.  -¿Por qué decidiste irte de casa Katherine? -me pregunta él muy serio, en tono de psicólogo.  -Él rompió mi corazón, era un mal marido, no supo cuidar a su mujer, y yo me hundí profundo como el mar porque no encajaba en ningún lado -le contesto sentándome en el borde de la fuente, mientras intento tocar los peces con las manos. 
En mi mente solo venían crueles recuerdos de mi padre golpeando a mi madre. 
Pero él quiso saberlo y ser sincera es una gran parte de esta amistad. 
-Bueno, creo que es hora de pasar -dice Drácula mientras me tiende su mano para que la tome.  -Tu brazo, por favor. Si soy tu amiga, entrar de la mano no dará esa impresión -le contesto mientras sonrío y tomo su brazo. 
Siento mi pulso en mi estómago, no sé porque pero el miedo irradia mi cuerpo aun estando al lado de Drácula no me sentía segura, sentía que invadía su espacio. 
Vladimir se gira a mirarme mientras entramos por la gran puerta, él con una sonrisa como si estuviera leyendo mi cuerpo, yo con las manos temblando y sin saber qué decir. 
Si sobrevives a esto te daré un premio por valor -dice él con un tono burlón. 
-Maldito seas Drácula, nunca invadí tu espacio, y hacerlo es nuevo para mí -digo en defensa mientras doy cortos pasos para entrar. 
El lugar era grande, tenía de esas arañas que suelen colgar del techo como los millonarios, esta era hermosa, era una dorada que alumbraba el lugar, la escalera era de madera pero esta parecía ser de la más fina madera. El lugar estaba alumbrado con lámparas estaba normal pero con un toque de anormalidad cuando se trataba de las luces. 
Luego las puertas de vidrio que daban a diferentes lugares. 
-Sí lo sé, es muy bonito. Janut lo hizo, todos lo remodelamos hace poco -dice Drácula tomando mi mano para apretarla suavemente y darme tranquilidad. 
Respiro profundo, lo cierto era que los vampiros son seres crueles, viles y muy narcisistas, podían tener su aspecto humano pero nunca volverían a serlo, eso era lo que me había contado Drácula hace tiempo. 
-Tiene un gran gusto -digo saliendo de mis pensamientos. 
-Katherine si sobreviviste junto a mí es por algo, nunca dejaría que te dañasen -dice él mientras me arrastra hasta lo que parece ser la sala con toda la confianza en sí mismo. 
Las ventanas son grandes y sus hermosas cortinas de color oro de las telas más hermosas y con encaje, el gran sillón acompañado de su mesa en medio y los dos sillones pequeños donde caben dos personas. 
El gran televisor pantalla plana pegado a la pared, acorde a mis tiempos y la gran mesa en donde están los tres hijos de Drácula. 
La mesa era de esas antiguas, diría que cabrían veinte personas y sus velas rojas en el medio, definitivamente tenían un gusto antiguo.