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- Aunque me hubiese gustado que fuera sexo y no una mordida, me conformaré con esto -me quejo mirándolo burlona 
- Yo tengo mucha hambre, no quiero hacerlo -contesta él serio y con los ojos rojos 
- Pues yo sí, lástima -digo en defensa 

La habitación tenía una cama de dos plazas con sabanas rojas y una manta de su mismo color. Además de grandes lámparas, ventanales, una pequeña biblioteca con sus sillones y televisor plasma en la pared.
Camino entrando mientras examino todo 
- ¿Janut la remodeló? -pregunto 
- No, yo la remodelé para nosotros, hace un mes - contesta él, caminando hacia la cama.
A mi mente le vino como una sorpresa la frase “Hace un mes”, si salimos hace dos días.
- Bueno, no decidía si pedírtelo o dejarte ir -gruñe él mirando el piso 
- Bueno, ¿lo haremos o no? -pregunto seria, pero por dentro me muero de entusiasmo 
Él me mira sin ninguna expresión en sus oscuros ojos 
- Quiero hacerlo, vamos -vuelvo a decir 
Drácula levanta la mirada y se acomoda en la cama 
- Ven, ya no puedo contra ti -contesta él tendiéndome la mano.
Mi cuerpo tiene escalofríos y mi piel se eriza, siento mis piernas temblar de los nervios.  - No tengas miedo, confío en ti -digo mientras me acerco a él, que queda cerca de mi panza por estar sentado y yo parada.
- No tengo miedo -dice él levantando mi pollera. Maldita sea, sus dedos tocan mis piernas. El corazón se me sube a la garganta, no pregunto por qué la sube; no importaba lo que hiciéramos en ese momento.  
Mientras que fuera Drácula el que lo hiciera, yo podría ser feliz.  No hacemos gesto alguno, él no quita su mirada de mí mientras la pollera llega a cubrir sólo mis partes íntimas. Drácula sonríe con lujuria y coloca sus manos entre en medio de mis piernas para abrirlas.
Respiro profundo mientras mi pecho sube y baja de los nervios, noto que empieza a abrir mis piernas pero sin mover sus manos de ellas.
Sus piernas quedan debajo de las mías juntas, él sube sus manos a mi cintura jalándome para quedar arrodillada encima de él.
Mi cuerpo empieza a reaccionar, nuestros rostros se unen y puedo sentir su respiración en mi cara.
Mientras él sube sus manos por mi espalda, yo coloco mis manos en su pecho que aún está cubierto por su camisa.
Cosa que maldije en ese momento, pero salgo de mis pensamientos cuando siento sus dedos por mi piel delantera; sus hermosos dedos estaban desabrochando mis botones.
- Drácula - logro susurrar.
- Por favor, te dejaré que me toques, no me arrepentiré, ya lo estoy haciendo - contesta él susurrando para mí, noto que respira profundo.
Ya desabrochada mi camisa, mi cuerpo siente tanta excitación con sólo el contacto de sus dedos.
Drácula baja mi camisa y sólo queda mi sostén de encaje 
Él sonríe mientras respira en mi cuello, siento su nariz en la piel, él me envuelve la cintura con su mano derecha y con la izquierda acaricia mi cabello. Como si estuviera dudoso de si hacerlo o no, pero finalmente saca sus colmillos y antes de clavarlos vuelve a respirar.  
Ahhh -me quejo del dolor que luego se torna en excitación mientras él succiona de mi sangre. Ciño mis manos con su camisa y él me acerca aún más a su cuerpo que parece calentarse con la sangre. Yo sentía como la succionaba lentamente para no lastimarme, él parece excitarse en su entrepierna y me suelta con sus manos.
Pero los colmillos aún siguen en mí, dándome un dolor único pero placentero. Drácula rompe su camisa acercándome de nuevo a él, y yo no dudo en tocar su hermoso cuerpo.
Sentía tantas ganas de abrazarlo y besarlo, sólo me aferré más a él, abrazándolo para tocarlo por la espalda mientras lo acaricio. 
Drácula aprieta la herida para que dé más dolor y mi cabeza se hace para atrás del gusto. 
Él no parecía querer soltarme, sabía que él no podía hacerlo.
- Drácula, mi amor, ya está -le digo en su oído besando su cuello, él reacciona inmediatamente soltando mi cuello y guardando sus colmillos 
- Lo siento -contesta él escondiendo su cara en mi cuello.
- Podría estar así todo el día -confieso acariciando su espalda y respirando en su cuello 
- Creo que esta noche dormirás con mi camisa -contesta él pasando su cara por mi piel caliente 
- Mierda, olvidé mi pijama -me quejo, apoyando mi cabeza en su pecho 
- Me gusta escuchar tu corazón latir, hace tanto no escuchaba eso - contesta Drácula, respirando encima de mi pecho mientras mi corazón se derrite por dentro.

Los Hijos De Drácula(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora