En la vida conoces miles de personas, pero siempre hay una diferencia, que cada vez que está cerca el tiempo es corto y lo quieres tener para siempre. Eso sentía yo con cada minuto que me dedicaba Drácula.
-Mírame y dime que no tienes interés alguno en Janut -me suplica él acercándose, su rostro se ve triste y con tensión pero escondía la furia, yo lo sabía.
-¿Por qué crees que hay algún interés de mí en él, Drácula? -pregunto un poco tranquila
-He visto como lo miras -me contesta él mientras baja su cara hacia el piso y está destruido Sentía mil emociones juntas. En ese estúpido momento no disimule analizar a Janut, debí pensarlo, Drácula se había puesto celoso.
Me acerqué a él, tomé su rostro con mis manos y lo miré a los hermosos ojos negros que tiene -Dime, ¿qué te ha hecho cambiar de opinión hacia lo nuestro? -pregunto sin entender sus actitudes últimamente.
Él tiene una expresión más serena esta vez
-Katherine soy un monstruo según tú, no te hagas esto y dejémoslo así. Respeto tu interés hacia él -me contesta Drácula con un hilo de voz.
El corazón se me viene a la garganta y no dudo en hacerle ver mi amor hacia él
-Drácula si lo he visto es por el parecido que tiene a ti -le digo mientras acaricio su mejilla pero él vuelve a mirar el piso.
- Discúlpame, ¿qué tendría para ofrecerte yo siendo un anciano inmortal? -dice él disculpándose por su celos.
-Mírame -le contesto en súplica, y él vuelve a mirarme a los ojos
-Te amo -le digo mientras tomo su cara y la uno a la mía
Mis labios tibios hacían contacto con los fríos de Drácula, pero lo deseaba tanto. Uní mis manos a su cuello, nuestras lenguas se unían de una forma apasionada y él tomó mi cintura con sus manos.
Y me llevó casi volando contra la pared, solté un gemido de dolor pero eso no nos separó, lo jalé más cerca de mí y él subía mi falda con sus manos mientras me tocaba. -Basta, no me tortures o te comeré -me dice Drácula mientras besa mi cuello
-Ya pasó lo peor -digo en tono burlón mientras acaricio su cabello, me gustaba tanto nuestro contacto.
-Llacaret me lo dijo -me contesta él mientras junta su frente a la mía.
-¿Te dijo qué? -pregunto confundida rápidamente
-Sabes lo mucho que te deseo, no de una forma cruel, tu piel, tu cuerpo hasta tu mente me llama me dice él cambiando de tema.
-Discúlpame si has mal interpretado todo, yo sólo tengo ojos para ti -le contesto sonrojada por mi confesión que no pareció sorprenderle
-Qué terca eres, siempre coqueteándome -contesta él dándome un pequeño beso en los labios. -Dime que podré tocarte, besarte y tenerte cuando quiera -le pido en súplica con los ojos llenos de lágrimas de los nervios
-Sabes que eso no es lo mío, soy un hombre seco y frío, tú misma lo viste -me contesta él en su defensa por mi petición.
Mi corazón se destroza, era verdad, el gran Drácula que conocía poco y me logó conquistar con un empujón y una sonrisa coqueta no me pertenecía, no era un hombre de verdad, él tenía bastantes traumas en su vida y no le permitía a ninguna mujer tocarle o darle de su sangre.
Solté su cuello y bajé la mirada como una buena perdedora.
-Llévame a mi casa -le contesto un poco fría y con odio, intentando caminar y soltarme de él -Katherine yo... -logra decir él pero yo lo interrumpo.
-¡No! -grito molestaNo me des falsas esperanzas Vladimir, no te hagas el celoso sabiendo que yo quiero todo o nada termino de gritarle y volteo para salir de la sala
Yo quería que fuera un cuento de hadas pero esta vez me enamoré del villano y nunca llegó el héroe.
Siento sus pasos detrás de mí, no me gasto a mirarlo.
Drácula es un hombre frío y sabe lo que quiere.
La casa parecía estar sola.
Camino hacia la puerta rápidamente, salgo, él aún sigue detrás de mí, no ha dicho palabra alguna, aunque eso me destrozaba yo debía superarlo.
Me senté en la parte de atrás del auto, noté que de vez en cuando él volteaba a verme, yo solo miré por la ventana todo el camino, cuando llegamos ni lo saludo y bajé rápidamente hacia mi departamento este día fue un poco agitado.
Saco la llave rápidamente y siento los pasos de Drácula detrás de mí
-No te quiero, lárgate -le digo sin mirarlo y ya abierta la puerta entro sin dudar y cierro para no sentir cargo de conciencia.
Pasaron dos días desde mi discusión con Drácula, no he decidido llamarlo, mi orgullo me ganó. Sé que él tampoco lo haría pero seguro me ve desde algún lugar, salgo del auto y entro a la editorial donde trabajo, Marcus me había llamado para hablar de mi siguiente libro.
Gissel, mi amiga y vecina del departamento me saluda con la mano, no dudo en saludarla con una sonrisa, ella mira para los costados y se acerca.
-¿Qué haces aquí? -pregunta sorprendida con sus ojos negros y su cabello castaño.
-Marcus me llamó, necesita pedirme algo -le contesto mientras pongo los ojos en blanco.
Ella se ríe y mira hacia los costados.
Lo siento tengo que pasar unos apuntes y la jefa está apresurada, ¿decirte o ponerte? -me contesta ella mientras una mirada burlona se posa en mí.
-Já, no tendrá suerte -le contesto con sarcasmo.
-Bueno nos vemos más tarde, últimamente estás perdida chica -dice ella dándome un abrazo y un beso en mi frente.
Ella era muy alta y rellenita, siempre estaba con sus jeans y una blusa, lo más cómoda posible según su gusto.
Mi departamento era el tercero, el lugar en donde vivía era grande y tenía divisorios donde se dividían los pequeños departamentos, gratamente la dueña del lugar nos hacía un buen precio y algunas veces los estudiantes de la Universidad de New York de la Argentina venían para aquí. Aunque la universidad les brindaba asilo, ellos preferían ser dependientes según lo que me contó la dueña.
Veo como Gissel se aleja y camino hacia el escritorio de Marcus, mientras lo veo sentado con unos apuntes.
-Hola Marcus, ¿estás ocupado? -digo con toda la discreción posible dándole una sonrisa. -Pasa Katherine, te he estado esperando -contesta él con una gran sonrisa que marcaba sus dientes más blancos que la nieve.
Marcus era un hombre de esos morochos con su gran abdomen marcado por su camisa, su piel color a chocolate y esos grandes labios que irradiaban sensualidad.
-Bueno ya estoy aquí -le contesto sentándome con las piernas dobladas como siempre. -Bueno como sabes, ya lanzamos tu primer libro como anónimo. Y creo que le fue muy bien. Lo cierto es que creo que hacerlo de otro tema sería bueno -me indica él tomando mi libro con sus manos y lanzándolo todo de una vez.
-Pero “El lado oscuro del amor” tuvo mucha fama, ¿por qué causa quieres que busque otro tema?
-pregunto confundida y un poco molesta.
Mira lo cierto es que tengo una oferta y no la voy a despilfarrar, pienso que esto te ayudará. Tiene que ser de ciencia ficción, hadas, lobos, vampiros lo que tú decidas. Pero quiero que seas tú, eres una gran escritora -dice él mientras me vuelve a sonreír con timidez.
-¿Para cuándo? -pregunto, sin vuelta alguna. Sabía que Marcus estaba en apuros y por eso me buscó a mí.
-Solo 5 meses, si es menos mejor, lo siento -me contesta él en defensa con una mirada triste. -Bueno lo escribiré, reserva mis derechos y pon mi nombre en la portada. Pero me darás más tiempo para escribir el segundo de Christofer -le contesto muy seria.
-¿No lo harás como anónimo? -pregunta él sorprendido
-No, creo que dices la verdad, quiero que la gente me conozca -le contesto con una gran sonrisa -Bueno ya sabes, cuanto antes mejor. Sólo tienes que cambiar el tema, me vuelve a decir él mientras mira sus papeles.
-Oye, ni siquiera elegí el tema, tienes que darme tiempo -gruño en defensa.
-Confío en ti, pongo toda mi fe, esto sucederá sólo una vez, no desaproveches la oportunidad
Kathe -me contesta él, mirándome de reojo
-No me digas Kathe, por Dios -contesto molesta poniendo los ojos en blanco.
-Bueno si quieres inspiración puedes llamarme -me dice él sin mirarme y eso me causa escalofríos.
-No, gracias ya tengo a quién llamar -contesto burlona, con una risita.
-Bueno yo sólo decía -dice él mirándome.
-¿De qué lo vas a hacer? -vuelve a preguntar mirándome más serio.
-Vampiros, creo que hace mucho no escucho de los vampiros -le contesto muy interesada. -¿Por qué no haces una sobre el magnífico Drácula? -me dice él y mi corazón se vuelve a mi garganta.
Ese no, es un ser cruel y frío, no sabe nada del amor y no supo cómo es la vida. Sólo hizo sufrir a la gente, matar y hacer sufrir fue su fuerte y sólo sabe hacer eso -le contesto fría mirando el piso, recordando lo sucedido con Drácula.
-Katherine, Drácula está muerto no hay mejor personaje que él, fue y será reconocido y recordado, piénsalo -me dice Marcus con una expresión de confusión en su rostro.
-Sí, bueno lo pensaré -le contesto dudosa mientras me levanto.
-Dame señales de que vas bien, últimamente estas pérdida -me contesta con preocupación. -Bueno, yo te mensajeo -le contesto. Saliendo mi mirada se cruza con la de Gissel y prepara sus cosas para salir eran apenas las 5 de la tarde, yo la miré confundida mientras se acercaba. -Bueno hoy salgo temprano, no duermo hace tres días y terminé de pasar los apuntes, la jefa me tuvo piedad -me explica ella con mucha desgana.
-¿Tres días?, ¿Cómo pudiste? -pregunto sorprendida mientras caminamos hacia afuera -Gracias al señor café y auricular -me contesta ella, entre risas tomando mi brazo.
-Bueno yo tengo que trabajar en algo nuevo y drásticamente he estado perdida por que he estado escribiendo, así que ya sé de qué se tratará mi libro nuevo -le contesto mientras caminamos hacia mi auto rojo.
-Cierto, ¿los pones como anónimos verdad? Digo, Katherine no es tu nombre -dice ella mientras se sube.
-Sí, mi nombre es Sol, y bueno mi anónimo es Katherine Balenciaga -le explico
-Bueno, acercarme a casa y… achuuu -dice ella cuando sólo se escuchan estornudos en el auto - Awww, cariño vamos te puedes quedar conmigo y te daré sopa -digo mientras le paso mi pañuelo.
-Espero no molestar, yo creo que estoy por enfermar -me contesta ella con mucha ternura.-Bueno, será mejor si te cuido así no te aburres sola -digo mientras conduzco y la miro de reojo. Lo cierto era que nos veíamos de vez en cuando, solíamos salir con Marcus los tres desde que llegué.
Aunque no soy una persona que confíe fácilmente, ella era de mi suma confianza.
Una tarde me contó acerca de su vida. Se mudó aquí porque sus padres la sobreprotegían y ella quería ser dependiente de sí misma, cuando tomó la iniciativa, cosa que le molestó a su novio. Él la dejó.
Ella era de familia adinerada y él sólo estaba con ella por eso, pero su departamento era como el mío entonces ella aprendió a vivir con los pies en la tierra.
Llegamos al departamento, abrimos la puerta principal para subir al ascensor, ella seguía estornudando y tenía escalofríos. Me quité el tapado y se lo puse. -No me siento bien -me dijo ella con sus ojos rojos y su nariz colorada.
-Es fuerte, creo que tendrán que ser días de descanso Gissel, no te ves muy bien -le digo mientras esperamos el ascensor.
-No me digas, sopa durante días, ¡No! Antes prefiero morir -me contesta ella con una mueca de asco.
-Oye, sé cocinar, no seas así -le contesto entre risas mientras subimos al ascensor.
-Bueno, ¿quieres buscar algo en tu departamento? -pregunto mientras caminamos por el pasillo -¿Por qué mejor no vamos al mío? -pregunta ella con su cabeza en mi cuello.
-Será lo mismo, tu departamento está a unos pasos -contesto, mientras piso su llave.
-Bien, me voy a dormir un rato, ponte cómoda y tengo un cuarto si te quieres quedar -me dice ella mientras se va.
Empiezo a mirar alrededor, la cocina tenía varios platos sucios en la pileta, los sillones estaban llenos de libros y hojas como si se tratase de un historiador.
-Bueno creo que alguien ha estado deprimida -me digo a mí misma, mientras camino hacia la cocina para lavar los platos.
Mientras los lavo, empiezo a pensar que quizás Drácula me ayude a escribir, ya tenía decidido el título; lo elegí apenas salí de la editorial.
-Mi libro se llamará "Los hijos de Drácula" -me volví a decir a mí misma, terminé de lavar los platos y limpiar la cocina miré la hora y eran casi las 7:30. Tardé lavando porque estaba pensando la mayor parte del tiempo.
Fui hacia su pequeña sala y puse los libros en su estante, sacudí el sillón y recordé que Gissel no estaba muy bien.
Fui a la heladera, saqué una sopa en sobre, puse agua a hervir y la mezclé, la serví en un plato con un vaso de jugo de naranja.
Fui a su cuarto y se lo dejé en su mesita de luz
-Gissel, toma, te sentirás mejor -le digo mientras saco su cabello de su cara.
Ella abre sus ojos mientras se sienta en la cama
-Dios, es miércoles, ¿Cómo me pude enfermar hoy? ¿Por qué no fue el lunes? -gruñe entre risas.
Mis ojos se abren como platos al escuchar miércoles
-¿Cómo dijiste? -pregunto confundida
-Que como no me enfermé el lunes -vuelve a repetir ella -No, no, ¿No dijiste que es miércoles? -pregunto sorprendida -Si lo es, ¿No lo sabías? -me contesta ella.
-No miro los días, mayormente no me importa -le contesto seria -¿Tienes algo que hacer? -me pregunta mientras toma su sopa.
-Sí. Tengo que ver a alguien -le contesto rápidamente.
-Está bien, ve, no te preocupes por mí, estaré bien, achuuu- me contesta entre estornudos. -Oye no pongas llave, vendré a dormir aquí, así vemos películas -le contesto con mucha ternura mientras acaricio su pelo.
-Está bien, te esperaré -me contesta ella.
Aunque me daba lástima dejarla así, tuve que hacerlo, fui a mi departamento, me bañé rápidamente, me cambié, me puse una pollera y una camisa blanca como suelen usar las empresarias de clase alta y peiné mi cabello lacio.
Tomé mi chaqueta negra y mis zapatos negros, me veía demasiado sexy, como siempre me gustaba vestir, así conduzco hacia el bar de siempre sin apuro, iba justo a tiempo, siempre nos veíamos a las 8:30.
Entro en el bar quitándome la chaqueta mientras la rubia se acerca con su mirada de siempre -¿Él ya llegó? -pregunto seria y seca, sin mirarla.
-No señorita, pero su mesa de siempre está lista, puede pedir si lo desea. Todo va a la cuenta del señor -me contesta ella tomando mi chaqueta y una sonrisa en su rostro.
Camino hacia la mesa vacía, cosa que me sorprende, Vladimir siempre llegó antes que yo y eso me parecía extraño. Miro mi celular y tengo un mensaje de Marcus.
Marcus: Si buscas un personaje piensa en mí, lo leo con un susurro y detrás de mí está ese escalofrío de que alguien me mira por la espalda.
Giro mi rostro para mirarlo y era Drácula, me pongo nerviosa y respiro profundo -Hola -digo con timidez no sé cómo tratarlo después de la discusión.
-Hola, disculpa la tardanza, Elliot y yo fuimos a cazar -me contesta en defensa.
-Ah, está bien -digo mientras intento estar firme.
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Los Hijos De Drácula(Terminada)
VampireLuego de la muerte de Elizabeth Drácula encontrará el verdadero amor si Elizabeth sólo fue una parte Katherine ocupará todo el tiempo de Drácula mientras el Confiesa cada secreto de Sus hijos Esta Drácula listo para perder a alguien más después de...