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Mi miércoles, jueves y viernes no fueron nada fuera de lo normal.

Me levanté temprano, me despedí de Rebecca y Lucy y fui a trabajar. Cuando volví almorcé con mi hija y luego dormimos un rato. A la tarde la lleve a su clase de teatro y yo volví a trabajar y luego de la cena, a dormir.

Mi vida se había vuelto una rutina y comenzaba a aburrirme.

Tal vez Nick tenía razón y necesitaba salir con alguien pero cuando comenzaba a pensarlo demasiado, me daba cuenta que no tenía tiempo o que no quería descuidar a Rebecca por una relación.

Era sábado por la tarde y Becca y yo decidimos sacar a pasear a nuestra mascota.

Ella insistió en que fuéramos hacia el Central Park por lo que nos llevó al menos media hora en llegar debido que nuestra casa quedaba algo alejada de esta zona.

Le colocamos la correa a Elsa, nombre elegido por ella luego de ver Frozen, y bajamos del auto.

Comenzamos a caminar mientras la pequeña bola de pelos trataba de zafarse de la correa.

-Deberíamos soltarla-habló Rebecca mirando a la cachorra con ojos tristes.

-Si lo hacemos, seguro escapará-dije.

-Pero está triste-murmuró.

Negué con la cabeza.

-¿Quieres un helado Rebecca?-cambié de tema.

-¡Sí!-comenzó a correr al carro de helados y yo la seguí.

Compramos helados de chocolate para ambas y seguimos recorriendo el gran parque.

-¿Puedo llevar yo la correa de Elsa?-preguntó Becca. Asentí entregándole la tira de color rosa.

-Sujetala fuerte, no vayas a solta...-me quedé en silencio al ver a la pequeña perra correr lejos de nosotras-¡Rebecca!-le regañé.

-¡Atrápala mamá!-dijo ella mirando preocupada a la cachorra.

Tomé su mano y prácticamente la arrastre detrás de mi corriendo detrás de Elsa.

A pesar de que ambas gritabamos su nombre, la perra ni siquiera nos miraba.

Comencé a reducir la velocidad al ver como un chico detenía a la cachorra y la cargaba.

-¡Elsa!-gritó Rebecca soltándose de mi mano y corriendo hacia el chico.

-Creo que esto te pertenece-le dijo el chico a mi hija entregándole a Elsa.

-De verdad te lo agradezco-dije tratando de regular mi respiración.

-Esta bien-el chico me sonrió.

Lo miré durante unos segundos y era guapo. Bastante.

Parecía tener 30 años y estaba en forma. Vestía ropa deportiva y tenía algo de sudor en su frente lo que significa que seguro estaba corriendo.

-No vuelvas a escaparte-escuché decir a mi hija mientras abrazaba a su mascota. Sonreí.

-Creo que deberíamos irnos-hablé mirando nuevamente al joven-Gracias, de nuevo-le sonreí y él me devolvió la sonrisa y comenzamos a caminar por donde habíamos venido.

Estuvimos alrededor de una hora más caminando por el parque y luego volvimos a casa al rededor de las seis de la tarde. Le preparé la merienda a Rebecca y se la lleve a la sala donde ella estaba viendo Toy Story 3.

Por mi lado, tomé mi laptop y entre en los detalles de la boda de mañana y marqué el número de Luke.

Estuvimos hablando al rededor de una hora, poniéndonos de acuerdo que debíamos preparar cada uno y a que hora debíamos encontrarnos.

Wedding Planner {hs}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora