Wedding Planner {hs}

❣19❣

—¿Qué es eso de que le dijiste a Rebecca que te casarás con su padre?—fué lo primero que dijo Liz cuando bajó a desayunar y vió que mi hija no estaba presente.

—Buenos días para tí también Lizzy—rodé los ojos—Se lo dije una vez pero hace mucho tiempo y obviamente no lo dije en serio, o tal vez lo dije con la esperanza de que eso pasara pero definitivamente eso no pasará.

—¿Sabes lo que pasará cuando ella se entere de que Harry es su padre y recuerde lo que tu le dijiste? Hasta te puedo jurar que la vi desilusionada cuando se enteró que Harry estaba por casarse con otra mujer—mordí mi labio mientras preparaba el desayuno para Becca.

—¿Tratas de decirme que no debería decirle que Harry es su padre para evitar todo ese drama?

—¡No! No puedes privarla de tener un padre por lo que pudiera pasar—dijo—Sólo digo que deberías hablar con ella y quitarle esa idea.

—Trataré de hablar con ella—justo en ese momento, Becca entró arrastrando sus pies y con los ojos achinados debido al sueño—Buen día cielo—dije y ella me abrazó—Ya preparé tu desayuno.

Ella asintió y luego caminó para saludar a su madrina.

—Buenos días corazón—dijo mi amiga besando su mejilla.

—No me gustan los lunes—murmuró Rebecca mientras se sentaba.

—A mi tampoco pero no podemos evitarlos—dijo Liz.

—Hoy no iré a trabajar así que probablemente pase por oficina, quiero conocer tu ámbito de trabajo—le dije a mi amiga.

—¡Claro! Avísame cuando estés por ir—asentí.

—También quiero ir—dijo Becca.

—Tal vez otro día, tú debes ir a la escuela—ella hizo una mueca pero no dijo nada.

(...)

Después de dejar a mi hija en la escuela y a mi amiga en su trabajo, me dirigí al centro comercial.

Tenía que comprar un vestido para una boda que sería la próxima semana y quizás también algunos zapatos, bolsos y perfumes.

Entré en una tienda de zapatos y observé algunos que estaban en oferta.

—¿Necesitas ayuda?—preguntó una voz detrás, volteé a mirar a un joven de cabello oscuro y corto y ojos azules.

—¿Tienes estos en 8?—pregunté señalando unos zapatos con tacos negros.

—Claro, ahora te los traigo—me senté a esperar a que me los trajera y el chico volvió minutos después con una caja—Aquí tienes.

—Gracias—dije mientras los sacaba de su caja para probarmelos.

—¿Nos conocemos?—me preguntó el chico que no se había movido y yo lo miré. Ahora que lo dice, me resulta familiar pero no recuerdo donde lo vi.

—Tal vez si, me resultas familiar—él me miró por unos segundos y luego sonrió como recordando algo.

—En el Central Park—dijo—Tú estabas con una pequeña bola de pelos que se escapó y una niña.

Hice memoria y era justamente el mismo chico.

—¡Tienes razón!—dije—Te agradezco de nuevo por lo de esa vez.

El asintió.

—No te preocupes, fue un placer salvar a tu mascota—hizo una reverencia y yo reí—¿Cómo te llamas?