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—Buenos días—saludó Lizzy cuando entro a la cocina donde Rebecca y yo desayunabamos.

—Buen día—saludamos ambas.

—¿Lista para tu primer día de trabajo?—le pregunté a mi amiga.

—¡Sí! Estoy muy nerviosa, me contaron que mi jefa es una perra—señalé con la mirada a Becca y ella se dió cuenta de sus palabras—Lo siento.

—No debes preocuparte por eso, te irá bien.

—Espero—dijo en un suspiro.

Cuando terminamos de comer, las tres subimos ponernos nuestros respectivos uniformes aunque mi “uniforme” era lo que yo quisiera ponerme.

—Mami...—dijo Becca entrando a mi cuarto. La miré.

—¿Qué haces? ¿por qué no te aún no te vestiste?

—No me siento bien—dijo apretando su estómago. Fruncí el ceño.

—¿Que sientes?

—Me duele la panza.

—Estabas bien hace unos minutos.

—Pero ahora me siento mal.

—Tienes que ir a la escuela Rebecca.

—Lo sé pero no me siento bien—dijo recostándose en el suelo y poniendo una mano en su frente.

—Levántate del suelo y ve a vestirte—le dije.

—En serio no me siento bien—chilló.

—¿Qué sucede?—preguntó Liz entrando a mi cuarto—¿Qué haces en el suelo Becca?

—No me siento bien y mamá no me cree—dijo haciendo su voz más aguda.

—Oh pobrecita—dijo mi amiga acariciando su frente—¿Por qué no le crees Sasha? Luce realmente enferma.

—Estudia teatro Lizbeth, no es la primera vez que inventa estar enferma para no ir a clases.

—¡No es cierto!—exclamó mi hija desde el suelo.

—Se nos está haciendo tarde—dije mirando el reloj—Becca, tu uniforme está en tu armario y Liz, más te vale que te apures por que si no tendrás que caminar.

—Ya va mamá—dijo Liz rodando los ojos y yéndose de mi cuarto.

Miré a mi hija que seguía recostada en el suelo con un ojo cerrado. Suspiré.

—Es la última vez que faltas a clases—se levantó rápidamente y corrió a abrazarme y luego fué a su cuarto.

Negué con la cabeza y terminé de prepararme para el trabajo.

(...)

—Estoy aburrida—dijo Rebecca que estaba sentada en el sofá de mi oficina.

—Hubieras ido a clases—dije.

—O podría haberme quedado en casa.

—Lucy no podía cuidarte y no ibas a quedarte sola por que eres pequeña así que no.

—¡Cumpliré 7 pronto!—exclamó ella.

—Wow, que mayor eres—me miró mal y siguió dibujando.

La puerta se abrió y Luke entró con un paquete en sus manos.

—Esto llegó para tí—dijo dejando el gran sobre marrón en mi mesa. Miró a mi hija y sonrió—¡Hola Becky!

—¡Lucky!—exclamó ella y corrió abrazarlo. Sonreí.

—¡Mira que grande estás! No te veo hace como dos semanas—rodé los ojos—¿Qué te trae por aquí?

Wedding Planner {hs}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora