Atentamente: Tu Dueño.

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Kanato caminaba felizmente por los largos pasillos, robándole suspiros a las colegialas.

Miro a Elizabeth caminar junto con sus amigas, la dueña de cordura río provocándole escalofríos, su piel se erizo y sus pálidas rodillas temblaron.

Dios, esa mujer lo descontrolaba...

- ¿Ya sabes su nombre? .-preguntó Anett-.

- Nop, ¡pero es divino! Además se en que aula va y puedo verlo en los recesos es el chico mas lindo que haya visto  .-dijo Elizabeth poniéndose las manos en las mejillas sonrojadas-.

Kanato casi frena de inmediato, se agachó a fingir que se acomodaba algo del zapato pero le costaba respirar y sentía los ojos picar... Su pecho dolía, llevó la mano a dicha zona, arrugando su ropa, las voces callaron y podía sentir las miradas de las chicas en el.

- hey, ¿Que haces? .-susurró una de ellas-.

- Voy a ayudarlo...

La oí decir mientras sus pasos se acercaban a mi.

- Pero es un Sakamaki, no dan buena pinta...

Dijo una deteniendo el andar de mi linda estúpida... Ella no tiene derecho a enamorarse de alguien que no sea yo... Seguramente mi Elizabeth no tiene la culpa... Tratan de robarla de mi lado... Deben de abusar de su torpeza, si ella tan sólo no fuera tan alegre no llamaría tanto la atención de esos bastardos... Eres demasiado estúpida...

Su bonito rostro estaba frente al mío, analizaba mis facciones atentamente.
De manera un poco torpe, supongo que por nervios... Me ayudó a parar.

- ¿Te llevo a la enfermería?¿Llamo a uno de tus hermanos?

- Llévame a la enfermería... Prefiero que no les hables, se puede decir que no nos llevamos muy bien.

Ella asintió, me obedeció pero eso no borraba mi malestar, joder yo la quería demasiado...
Su dulce olor me dejaba en un trance, su cabello rozaba mi piel haciéndola erizar y su mano tomaba la mía provocando excitantes reacciones en mi anatomía.