Atentamente: Tu Dueño.

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Elizabeth mantenía la mirada fija en la puerta de la azotea, dudaba con respecto a ir, aún se encontraba un poco asustada por el como actuó su amigo hace una semana,  retrocedió un par de pasos decidiendo que aunque fuera grosero de su parte no iría, le pareció algo malo dejarlo ahí esperando así que cedió abriéndose paso.

Observó a Kanato sentado mirando el nocturno horizonte, lentamente se acercó a él tapándole los ojos logrando que este sonriera.

— ¿Quién soy? –Preguntó la castaña fingiendo una voz de macho–.

— Ammm ¿Un hipopótamo? –Preguntó riéndose–.

— No...

— ¿Reiji?

— No...

— ¿Mi teddy?

— Señorito tiene a su Teddy entre los brazos –Dijo con un toque de ironia–.

— ¿Mi novia?

Elizabeth lo soltó sumamente roja, negando con la cabeza y las manos.

— No, ni si quiera sabía que tuvieras novia...

— No tengo.

—¿Entonces porqué dijiste eso? –Preguntó la humana enrojeciendo–.

— Porque me gustan las caras que haces ¡Son muy graciosas! –Se burló de ella manteniendo una sonrisa–.

— Joooo que malo –Dijo empujándolo reprochando el como la trataba–.

— Bien, hay que comer...

Le indicó abriendo su bento, Elizabeth hizo lo mismo sentándose con la típica pose de yoga que hace todo el tiempo, incluso en clases la reprenden por dicha postura pero no entienden que así se siente cómoda.

Siempre me pareció curiosa su pose, aún así se veía bien... Le miré comer por largos momentos, me desesperaba que no hiciera nada para recibir su tercera notificación, yo quiero tenerla sólo para mi ahora... Me cansa ser tan paciente, quiero ya mantenerla conmigo.

— Kanato, ¿Te puedo pedir un favor?

— Adelante...

— ¿Me acompañas a hacer un trabajo? Es que me tocó con puros chicos y... Me da algo de miedo ir sola...

— Claro... Pero yo también quisiera que me acompañaras a un lugar...

— Esta bien, te veo mañana en esta dirección a las... Seis de la tarde, ¿Seguro que no es problema?

— En lo absoluto, me gusta cuidarte... Te quiero...

— También yo, ¡Eres mi mejor amigo! –Expresó la muchacha con alegría abrazando cariñosamente al chico–.

¿Esto es la friendzone? ¡Si que duele!

Mis manos temblaron un poco, terminé haciendo algo impropio de mí; cedí por ahora apretándola más pegándola a mi cuerpo sintiendo su aroma dulzón llevarme a la locura...
Besé su mejilla haciéndola reír y devolver el gesto... Ojalá hubiera sido en los labios...

(...)

Llegué unos minutos antes, finalmente llegó utilizando un vestido, eso me molestó un poco, le da miedo venir sola pero trae un vestido... Sabiendo que hay muchos chicos dentro de esa casa, definitivamente hoy recibirá carta nueva, puedo usar esto como pretexto para llevármela de una vez, sonreí abriendo la puerta para que pasara.

Lo hizo y todo marchó bien, realizaron el trabajo sin dificultades debido a que lo organizó... Se subestima demasiado, pero es mejor para mi que siga así, aún era temprano, bueno técnicamente las diez de la noche.

— Elizabeth, vamos a cenar... Y después a donde quiero que me acompañes...

— Esta bien, me muero de hambre –Fingió estar quedándose sin aire–.

— Elizabeth es muy dramática, ¿No es así Teddy?

— No se burlen de mi –Dijo dando pequeños saltos–.

— Bien... Recuerda no hablarle con tanta confianza a Teddy, él es sólo mío –Besé la cabeza de mi oso–.

Tú dentro de poco ya no tendrás escapatoria... Vivirás con tu dueño hasta que aprendas a quererlo, descansa tranquila solamente te lastimaré cuando sea necesario... No me obligues a disciplinarte que dudo el poder frenar mis obscurecidos sentimientos, intentaré ser un buen niño contigo...

— Bye bye mis teporingas...