☆゚*・。゚10 .。.:*♡

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Kanato caminaba felizmente por las calles de Japón con una mochila sobre su espalda y Teddy entre sus brazos como siempre, se sentó fuera de una residencia en una zona obscura y al poco un castaño salió silbando mientras escuchaba música, el sakamaki guardó a su oso sacando un bat de béisbol de la mochila caminando lentamente en dirección de Adrián, dio un par de golpesitos contra el asfalto con el bat para después golpearlo en un costado de la cabeza haciendo que su oído sangrara llenando el auricular con aquel líquido, el peli-lila puso su pie sobre él con asco y aparecieron en un calabozo, colocó al chico en una celda poniéndole unos grilletes, con algo de rabia escuchó su estúpido corazón latir.

- No le pegué con tanta fuerza...

Aburrido fue a comer un dulce al volver el sonido de las cadenas moverse le hicieron sonreír.

- Hola Adrián...

- mi cabeza... ¿Que rayos?

El humano se quedó mudo al sentir el peso de los grilletes aterrado miró a todos lados encontrándose con kanato riendo en voz baja.

- Sakamaki -dijo identificando al vampiro-.

- debes de tener muchas dudas ¿O me equivoco?

-....

- Me enoja que no quieras hablar, bien... Si no quieres cooperar te haré retorcer de dolor, ¿Sabes qué tan insoportable es que ella te mire en lugar de ?

- ¿E-ella? -preguntó tocándose ligeramente para saber si conservaba su celular-.

- mi novia... Bueno aún no lo es jeje pero la amo y ella pues, trabajo para que sea mutuo pero lo arruinas... -utilizó un tono inocente mientras sonreía de manera enfermiza-.

- Yo ni si quiera sé de quién me hablas, mira... Seamos razonables, si me dejas ir no diré nada incluso cambiaré de colegio -dijo agitando las cadenas de sus grilletes-.

- No quiero -infló los mofletes-.

Tomo la licuadora de su casa partiendo el vaso de vidrio dejando las aspas al descubierto, conectó unos cuantos cables y encendió el aparato.

- Siempre sentí curiosidad, ¿Puedo licuar personas? -preguntó en voz alta sonriendo de una manera tétrica-.

Adrián retrocedió atemorizado, estaba frente a un psicópata y unos barrotes eran lo único que los separaban.
Kanato mientras tarareaba una dulce canción tiró de las cadenas acercando al humano lentamente a su muerte, prendía y apagaba la licuadora con una expresión macabra, atascó las cadenas dejándolo inmóvil y le desabrochó la camisa, miró el bien formado cuerpo del humano y fruncio el ceño mientras se miraba a si mismo.

- No es justo que alguien inferior a mi tenga mejor cuerpo, ni que a ella le guste -dijo entrecerrando los ojos-.

- Oye, por favor -rogaba inútilmente-.

- No puedo permitir que nada de ti que le guste permanezca intacto... ¿Sabes que fue lo primero que vio en ti? ¿No? Tu cochambroso cabello -pasó el filo de las aspas por la frente del humano-.

El vampiro deslizó las navajas haciendo una linea horizontal, metió los dedos por dentro de esta y con cuidado de no partile el cuello tiró hacia atrás comenzando a arrancar el cuero cabelludo del chico, disfrutó de los gritos ensanchando su sonrisa, con las manos ensangrentadas toco el cabello ondulado y castaño poniéndoselo sobre la cabeza.

- ¿Me veo bien de castaño? -le preguntó sonriente-. Elizabeth dice que tu voz es muy varonil, ¿La mía no le gusta?

Le sostuvo la mandíbula abriendo sus fauces y metiendo su mano y arañando su garganta
sacó su mano, sus uñas tenían trozitos de carne.

- ¡Sus ojos verde avellana son tan lindos kiaaaa! -fingio la voz de la chiquilla-. Me dan asco...

Pasó su índice por el globo ocular del chico, empujó ligeramente su dedo junto con el pulgar tomando el ojo y arrancándolo.

- Que desagradable es el olor de tu sangre, en verdad ¿A ella le gustaba esto?

Preguntó inocente sujetando el ojo del nervio óptico como si fuese un juguete, los intentos de grito le parecían una hermosa melodía, una pequeña risita huyo de sus labios, pronto sus tétricas carcajadas llenaron el ambiente.

- Como soy amable te licuaré vivo hahahaha.... Hahahahahahahahaha.

Encendió el aparato poniendo las aspas en las masculinas manos del humano.

- Sus manos "varoniles" ya no están Eli... -dijo en tono infantil e inocente-.

Procedió a apagarlo pasando el filo por la cara de Adrián.

- Su carita ya no es "atractiva"...
-fingió pena-.

Puso las aspas en el vientre del humano, sonrió dulcemente oprimiendo el interructor que la encendía, los trozos de vísceras manchaban las paredes y al sakamaki estuvo licuando hasta sentir olor a quemado. Miró el cadáver, chasqueo los dedos y un fuego de tonalidad morado o púrpura se encargó de quemar todo.

- Ups me olvidé de tu mugroso cabello -le lanzó la "peluca" castaña y esta ardió-.

Atentamente: Tu Dueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora