Atentamente: Tu Dueño.

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Querida Elizabeth:

Últimamente no paro de pensar en ti, me resulta sorprendente que despiertes emociones tan fuertes en mi, sin duda eres el mejor recipiente con el que me he podido encontrar, ahora... Permíteme llenarte con mi amor y cariño, aunque no lo quieras te lo daré...
Te recomiendo no irte a casa tan tarde porque, la próxima vez que te tenga en mi habitación no dudaré en mantenerte como mi eterna amante... No tienes idea de cuanto deseo abrazarte todas las noches, dudo que imagines cuanto me gustaría despertar oliendo tu aroma dulzón, falta poco para cumplir nuestro deseo, porque sé que solamente puedes ser feliz estando conmigo, se una buena estudiante... No hables con hombres y si puedes tampoco con chicas, quiero que pienses sólo en mí.

Atentamente: Tu dueño...

La castaña metió aquella carta en una caja donde mantenía las otras, cerró sus ojos con una fría sensación corriendo por sus venas... El miedo no la dejaba pensar con claridad, su estómago se revolvía ante la idea de dormir en el mismo lugar que ese lunático. Miró el techo de su habitación dejando libre un pesado suspiro con el que intento dejar sus penas, tras ver que no sirvió de nada tomó papel y un bolígrafo pensándose bien si debía escribir o no, finalmente lo hizo:

Buenas noches, es halagador el que gustes de mi pero... Me haces daño, ¿Porqué no quieres verlo? El arrancarme de todo lo que amo es simplemente espantoso, si tanto dices amarme deberías dejar que yo viva en paz, sé que es inútil razonar contigo pues piensas estar en lo correcto, pero abre los ojos, estoy perfectamente bien, no es necesario llegar a esos extremos, no es sano, no es correcto...
Olvidemos estas notas y a quien pertenecen, es lo mejor para ambos.

(...)

Pude verla dejar una carta  en una rendija de su casillero, miró a los lados asegurándose de que nadie estuviera cerca y caminó directo a su aula, tras verla irse rápidamente tomé su respuesta huyendo del lugar, leí esta con entusiasmo pero lo que decía no me pareció muy agradable, era tanta mi molestia que inmediatamente le escribí la respuesta.

Querida estúpida:
La humanidad es cruel, te hará sufrir... Tu propia familia te ha dado la espalda en ocasiones, todos buscan superar a los demás pisando a quienes son débiles, si yo no te cuido se aprovecharán de tu estupidez... Eres demasiado tonta como para subsistir en la realidad, prefieres ver todo con demasiados colores y eso terminará por destrozar tu buen corazón... Es mejor mantenerte en un lugar donde yo pueda impedir que te lastimen, velo por el lado amable tarde o temprano serás mucho más feliz viviendo conmigo que estando en cautiverio... No olvidaré a quien quiero y tampoco permitiré que te olvides de mi, ten esto muy claro, y de verdad espero que no te moleste; Un objeto siempre tiene un propietario, tú mi bonita castaña no eres la excepción...

Atentamente: Tu dueño.

Kanato con un rostro lleno de molestia dejó la respuesta dentro de su casillero, caminó a su aula refunfuñando en voz baja... Lo bueno era que ya faltaba poco para comer juntos nuevamente, sonrió aferrándose a aquél pensamiento, volvería a tener toda su atención sólo para él.

— Bye bye mis teporingas...