Atentamente: Tu Dueño.

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Pasaron dos semanas desde dicho incidente, la chica ya casi no hablaba con el Sakamaki ya que temía por su libertad, eso en parte hacía irritar al joven del oso.

Este al verla pasar por el pasillo la tomó del brazo dirigiéndolos a  un salón vacío, ella bajó un poco la cabeza ante la penetrante mirada del joven.

— Ya no me hablas... –Habló de forma acusadora–.

— Bueno, estoy ocupada... Estudiando y todo eso...

— Si en verdad Teddy y yo somos tus amigos deberías buscar un espacio en tu vida para prestarnos atención –Le regañó tomando un mechón de cabello de la chiquilla–. Relájate un poco...

— Perdón Kanato, perdón Teddy –Les sonrió de forma despreocupada–.

— Tienes que darme una compensación –Dijo con un tono bastante infantil–. Si es que realmente quieres nuestro perdón...

— Lo haría si pudiera, pero me da miedo que te pase algo –Lo despeinó juguetonamente–.

Las mejillas del Sakamaki enrojecieron.

Yo le preocupo... Yo le importo...

Mi mano lentamente se posó sobre su mejilla, acaricié esta disfrutando de su textura cálida y aterciopelada.

— A mi me preocupa que dejes de hablarme, me hace pensar que ya no te agrado... Y que otro tiene tu atención.

— Pero si me agradas mucho  –Intentó explicarme riendo ligeramente–.

Si que es tonta... Yo no me refiero a eso, reí ante su ignorancia y ella solamente me miró, levanté una ceja con algo de confusión.

— ¿Qué sucede?–Le pregunté y sus mejillas se tornaron rojizas–.

— Solamente pienso que eres muy lindo y me pregunto porque no tienes novia –Jugueteo con sus manos–.

Inevitablemente sonreí ante la idea de resultarle atractivo, yo jugué con los brazos de Teddy mirando a mi amigo.

— Bueno, la mujer que yo quiero no se fija en mi...