Capítulo 2 "El comienzo"

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Con Yeye, mi pareja, aunque no se llame así, es como quienes la conocen y quieren lo hacen, por lo queme permitiré referir a la compañera de mi vida en esta manera

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Con Yeye, mi pareja, aunque no se llame así, es como quienes la conocen y quieren lo hacen, por lo queme permitiré referir a la compañera de mi vida en esta manera. Mujer dueña de unos ojos brillantes y marrones, a mi ver los más hermosos del planeta. Comparables solo a frescas gotas de lluvias sobre las arenas del desierto, de un alma tan dulce que en noche fresca pueden verse brotar terrones en su aliento y sus cabellos, sus cabellos caen como si fuesen cascadas de miel, sobre sus hombros. Paciencia única de abuelas a primer nieto y de una cultura a sabiendas sobresaliente, el arte vinculado a pintura, su rama preferida. Aunque no le gusta que lo diga, debo comentarlo, para que entiendan por completo mi relato. Dueña de una profesión frustrada como profesora de arte, debido a las exigencias de este maravilloso mundo, por lo que su pasatiempo principal es pintar y visitar galerías y museos.Me detuve por un instante... El auditorio en un silencio sin retorno, esperando a que continuara, el silencio era tal que podía oírse al niño junto a su madre al final del auditorio, quitar el envoltorio a un caramelo. -Saben... -dije girándome hacia la cortina bordó-: Esta aquí, con nosotros...Miré a Yeye a los ojos, me ponía miles de caras, para que no hiciese lo que estaba por hacer. En un ademán le dije: -Ven amor, párate junto a mí. -Yeye, en sonrojo y muy apresurada, se acercó a mí,ocultándose tras el atril, como si fuese algún tipo de trinchera. Mientras saludaba con su mano, entre dientes decía-: Te mato.Continué mi relato... Junto a ella, emprendimos en dualidad una misteriosa empresa progresivamente efervescente sin siquiera darnos cuenta, un día sumado a otro... y a otro... de forma consecutiva, a lo que fuera una aventura, ya sin regreso, aunque quisiéramos a nuestras antiguas vidas, de ignorante y agobiante tranquilidad. Un viaje, mejor dicho, un gran viaje, que no incluye demasiados kilómetros de huellas marcadas por nuestros pies, pero sí cargados sobre los hombros de nuestro intelecto.Antes de conocernos investigábamos de forma muy poco profesional, realmente no lo hacíamos ni deforma amateur, muy pocos textos eran buscados. Literalmente nos chocábamos y encontrábamos con ellos, los que eran mayormente solo ojeados, de seguro por la falta de algún tipo de interés, que aun ni si siquiera era sospechado.Ahora sé... que no importa cuán grandes sean los esfuerzos, llegaban a nosotros como si fueran millones de semillas al campo. Alguna debía prender y florecer en aunque no más sea una pequeña duda. También ahora sé... que no era por trama ni mucho menos obra caprichosa de la mal llamada casualidad, sí enteramente de la bien mencionada causalidad.Aunque por separados, quizás solo porque estos temas nos seguían como niños a globos en parque, eran simplemente leídos por nosotros por insistencia de ellos. Claro que cada uno lo hacía por su lado, y deforma muy salteada, con la continuidad de una casi sin continuidad, de una forma de contadas veces.Podría decirse que en el desierto del Sahara precipitaban más gotas de agua que preguntas a nuestras mentes. Aunque la metodología de llegar en el momento justo ayudaba con respuestas y entregaba soluciones a los crucigramas de pocos renglones, que nos pedía nuestra temporánea y plana vida.En el caso de Yeye, su nivel de precipitaciones era mayor, a las nubes llenas de ideas y preguntas formadas sobre mi cabeza en estos temas, referidos al destino y paradigmas de nuestra raza humana.Ya con más edad sujeta y números de documentos en mi documento cada vez más alejados de los nuevos, las ganas de aprender de ambos, en temas relacionados con los orígenes de nuestra humanidad,nos fueron guiando de uno a otro, a temas nuevos, al menos para nosotros... entrelazados de forma misteriosa entre sí, agregando kilos y kilos de levadura a nuestras efervescentes mentes, llenando de nuevas preguntas y muy pocas respuestas.Como fuere... con Yeye hemos llegado a ver increíbles lugares, disfrutar de aromas, a vivir situaciones, y sobre todo estimulaciones muy extrañas a nuestras mentes, que junto a la imaginación mundana que nos sumía se nos era imposible recrear, por voluntad propia.

Entre cuervos y palomasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora