Nuestros ojos seguían sin poder ver absolutamente nada, solo sentíamos la suave piel de nuestra bebé, y su pequeña boquita jugando con nuestras manos.
Nuestros pies no sentían el suelo, sentíamos volar, pero nada nos tocaba, solo la inercia nos proyectaba el avance. Por unos quince o más minutos, no tantos más. Nuestros pies al fin se apoyaron, nuestros ojos, aún en blanco, nada podían ver, ni al más mínimo reflejo, ni la más pequeña línea cortaba en formas nuestra ceguera.
-¿Dónde estamos? -le pregunté a Hermes, mientras Yeye se apoyaba en mí, junto a nuestra hija.
-Estamos en las costas del río Lete, esperando la llegada de la embarcación que los llevará a casa -respondió muy amable Hermes.
-¿Por qué no podemos ver? -le consultó Yeye.
-Aún tengo frente a mis ojos una pared blanca -aporté.
-Para que recuerden, querida Yeye. De hacerlo sería como al nacer, sus mentes en blanco virgen quedarían. Cambió su tono a uno más conservador.
-Escuchen... Su niña va a tener una gran responsabilidad. Deben educarla, guiarla, pero de las situaciones, igual que a Uds., del resto nos encargaremos nosotros. No olviden lo que aprendieron aquí.
-¿Quiere decir que esto continúa? -le preguntó Yeye.
-Esto... como tú dices, querida Yeye, nunca acaba. Nuevamente enfatizó Hermes-. Su tarea es ayudar a su niña, que por cierto... ¿cómo se llama?
-Alma... -contestó Yeye junto a un largo suspiro.
-Alma... Hermoso nombre. Continuó: -Decía... que su tarea es ayudar a Alma, aunque tienen que realizar una nueva búsqueda. Anoche me lo fue pedido por Ossdina.
-¿Qué sería? -Ansioso interrumpí.
-Has notado que en tus sueños siempre hemos implantado ciudades blancas, de hecho las paredes que siempre veías aquí en esta dimensión eran un reflejo proyectado de tu mente. -Se detuvo un segundo-. Deben encontrar y dar a conocer la ciudad blanca, la humanidad descubrirá por sí sola muchos misterios. Y así podrán comprender con pruebas un nuevo avance.
-Se detuvo nuevamente, mientras solo escuchábamos inmóviles-. Pero todo a su debido tiempo, lo más importante es el cuidado de Alma. Una voz firme junto a unas manos apoyadas en mi hombro me guiaron a la embarcación. Por aquí -solo dijo y seco, sin vueltas.
-Los visitaré... -dijo Hermes mientras el barco comenzó a moverse.
Luego de unos segundos, nos encontrábamos tirados en una playa al norte de Chile, escupiendo agua por nuestras bocas, lo supimos de forma rápida ya que varios nos rodeaban, y fue su respuesta a nuestra cansada pregunta de ¿Dónde estamos?
Nos llevaron a la casa de una señora que vivía cerca de la playa, tenía el porte regordete, era una especie de líder, de un pequeño asentamiento de no más de cien habitantes. Luego de un par de días, a la que le respondimos preguntas de toda clase, realicé trabajos de albañilería, plomería y demás a cambio de alimentos y comodidades para nuestra pequeña hija. Ingresaron a la casa luego de varios golpes en la puerta un par de uniformados llamados carabineros, venían en nuestra búsqueda.
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Entre cuervos y palomas
General FictionDonde se ponen a prueba nuestras creencias, origenes, religiones y hasta al mismo demonio. Gustavo, un ingeniero químico vinculado a la industria farmacéutica. Se ve sumido al igual que muchos en este planeta, en una burbuja mundana y ordinaria...