Cuando yo era joven nunca fui a muchas fiestas. Al contrario de ustedes, SABANDIJAS SARNOSAS, yo no era un hijito de papá con mucha plata regalada y tiempo para gastarla. No, delincuentes: yo tenía que trabajar. La palabra "descanso" es para mí relativa, porque que yo me acuerde, nunca, en los CINCUENTA años en que trabajé para los gloriosos Ferrocarriles del Estado, pasé lo que ustedes llaman un "wikén" de descanso. Yo, PATANES, no necesitaba descanso. Me gustaba mi trabajo. ¡Me pagaban por viajar y conocer mi país! A ustedes, "prístinos" jovencitos chilenos, que a las seis de la tarde andan con las marcas de la almohada en el caracho, y que hay que animarlos A PATADAS EN EL TAMBEMBE para que hagan las cosas, esto les debe parecer muy raro. Pero así no más era. ¿Diversión? En cada estación de cada ramal teníamos nuestras picadas: una tonta fuente de soda, una buena cantina, una Casa de huifas limpia. De hecho, me acuerdo que en Cabrero había una de unas gorditas que en las mañanas, antes de que nos despidiéramos, cocinaban unas cazuelas ESPECTACULARES, y más encima gratis. Eso era cariño. Sí, sabandijas, yo no soy ningún "cartucho", como dicen ahora los AGÜEBOLDOS que creen que el sexo apareció en 1980, cuando ustedes, VACAS, comenzaron a nacer. Yo también lo pasé bien en mi juventud, pero para eso no tenía que "dejar de trabajar". Yo amaba mi trabajo, flojos de la contumelia.
Pero ahora resulta que los perlas tienen que ir a "fiestas" para pasarlo bien. No les basta con comprarse un helado y dar vueltas por la plaza. No, las sabandijitas tienen que:
Primero. Levantarse a la hora de la reverenda ñauca, de preferencia las seis de la tarde, porque justamente la noche anterior, las BOSTAS también han estado divirtiéndose hasta las seis de la mañana. Por supuesto que el olor a PEO que hay en las piezas de los caballeros y las señoritas se puede cortar con un cuchillo. La pobre nana que entra a limpiar LA PORQUERÍA tiene que hacerlo con un gancho de ropa en la nariz.
Segundo. Ducharse, de preferencia unos cuarenta y cinco minutos, gastando gas y agua como chanchos, porque como no son ustedes los que pagan la cuestioncita, ponerle que son pasteles.
Tercero. Ir a saquear el refrigerador porque los perlas tienen hambre. Si los demás jetones de la casa (el jetón principal fundamentalmente, es decir, el tontorrón que paga todo, o sea, papi), no han comido, a la miércole no más. Los chistosos marabuntitas chilenos tienen hambre. Que todos los demás se jodan.
Cuarto. Volver a dormir un rato para poder resistir el carrete que se viene encima. La nanita los tiene que despertar, si no, pobre de ella que enfrente la furia de los señores y señoritas de la casa.
Quinto. Marcar el número del celularcito del narcotraficante paleteado, ese que les mueve la marihuana desde que estaban en séptimo básico, cuando para ser más "cool" que el resto, decidieron transformarse en unos drogadictos descerebrados. En esa llamada, luego de decir un par de groserías, quedan de acuerdo para comprar la mercancía.
Sexto. Amá, dame plata. Y la mamacita, alma generosa, creyendo que su niño o niña es tan "centrado", tan "maduro", tan "responsable", simplemente les pregunta ¿cuánto quiere mijito? Y allí les da la millonada.
Séptimo. Salir en el auto que papito les regaló luego de haberse portado como "príncipes" durante todo el año; aunque los porros retamboreados hayan pasado de curso con un cuatro pelado. En ese auto pasan a buscar a cuatro o cinco más jetones cabezas de chorlito igual que ustedes, para empezar a preparar el carretito.
Octavo. Drogarse como piojos para empezar el carrete "en onda".
¿Y qué es el famoso "carrete"? ¿Qué crestas significa la palabrita? Esa noche estaba yo a punto de descubrirlo. Pero iba a ser tarde. El cartel de la famosa "Rupture Party", indicaba que la cosa empezaba como a las dos de la mañana. En mis tiempos las cosas TERMINABAN a esa hora porque después todo el mundo se iba a trabajar, pero como hoy en día ustedes no le trabajan un peso a nadie, más bien TODO EL PAÍS TRABAJA PARA USTEDES, privilegiados retamboreados, los flojonazos empiezan su diversión a esa hora.
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MALDITOS JÓVENES. En busca de la nieta perdida
Humor"Don Casimiro Huerta", el popular abuelo que odia a los jóvenes, regresa en esta aventura a buscar a su nieta descarriada por todo el país. La persecución lo lleva a enfrentarse con la "crema y nata" de la juventud actual a bastonazo limpio. Todo pa...