Planes

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5 de octubre

-Te vez muy tenso-dijo Becka al notar las grandes ojeras de su amigo.
-No he dormido muy bien- dijo bostezando.
-¿Que pasó con Megan?- dijo curiosa (realmente celosa de la situación)
-Ahi seguimos..- dijo Aiden cerrando los ojos.
Todas las noches había ido a ver a Sophie (era un milagro que no lo hubieran descubierto) con la preocupación de que estuviera bien. Tenía una obsecion por ella, tal vez por su parecido con Megan. Aveces le traía comida y cenaban juntos, o leían juntos los viejos libros que encontraban guardados ahí , y otras veces sólo se quedaba en silencio admirando la oscuridad del viejo ático de los Cooper.

-¿Como es ahí afuera?- aveces preguntaba ella.
-Es un lugar muy grande e iluminado- se limitaba a decir Aiden.
-Lo se... pero ¿a que huele? ¿como se siente? ¿a que sabe? ¿como se escucha?- empezaba a preguntarle frenéticamente.
Entonces el le narraba como se sentía el calor la luz del sol en su rostro, el dulce aroma a pasto en las mañanas lluviosas, también a como era el sabor del helado y como se escuchaban los pájaros en los árboles.

Sophie, cerraba sus ojos e imaginaba todo lo que Aiden decía, hasta que profundamente se quedaba dormida. Había tenido pesadillas casi todas las noches, pero cuando llegaba Aiden podía conciliar el sueño. Para ella el era el único que podía hacerla olvidar sus pesadillas. Y lo amaba profundamente, para ella era más fácil admitirlo en la oscuridad del ático. Le encantaba el cabello negro despeinado, sus ojos de un gris profundo, su sonrisa encantadora y su amable voz.
Para ella Aiden era su nuevo todo, pero Aiden no la veía a ella de esa manera, sino como una hermana pequeña a la que debe proteger.

Flashback

Sophie miraba el techo de su habitación con aburrimiento. Su madre limpiaba el destrozo que había hecho en la sala. Para ella había sido una obra de arte, pero en los ojos de los demás en... una asquerosa escena.

Una vieja paloma con el cuello roto descansaba entre sus brazos cuando su madre encontró los gritos de tristeza de su gemela, Megan. Phie le cantaba una canción de cuna a la pobre ave.

Los padres de las niñas, cada vez se preocupaban por el carácter psicópata de una de sus hijas. Decapitar a sus muñecas era una cosa muy diferente a matar a su perro por diversión. El doctor Martinez, le parecía fascinante la actitud sangrienta de la pequeña de apenas ocho años.

Todos veían a Sophie Cooper como un engendro malévolo. Sus compañeros le tenían miedo, su maestra se mostraba preocupada por los trastornos de la niña y cada vez más los padres de familia de la escuela a la que asistía exigían su aislamiento (en un hospital psiquiátrico)

Sin embargo, para los Cooper las cosas no podrían ser peor, o al menos eso creían.

Fin Flashback

7 de octubre

Megan besaba el cuello de Aiden cuando sonó su celular. Esta vez lo apago inmediatamente. Ella no quería arruinar el momento, pues había notado a Aiden más distante estos días. El se la pasaba divagando todo el tiempo, pensando y preguntando en cosas sin sentido común.

-¿Que es más frío, la nieve o la oscuridad?- preguntaba aveces en voz alta.
-Mmm creo que la nieve- le contestaba Megan gentilmente.
-Pero nunca has estado en la oscuridad total así que...- empezaba a reflexionar Aiden.
-Shhh- le dijo dándole un beso al borde de sus labios- No se si es fría la oscuridad, ya que siempre que estoy contigo en ella... nunca siento frío.

Pero esa respuesta no le bastaba a Aiden. El sabía que Megan no tenía ni idea sobre el frío y la oscuridad de un ático. Y obvio que no le podía insinuar eso. Tratando de olvidar por unos segundos a su pequeña amiga del ático, decidio tomar la cintura de Megan.

Ella sonrío y empezó a besar a él pelinegro. Era evidente que no tenía ni idea de todos los planes que pasaban por la cabeza de Aiden.

Querida Sophie...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora