Capítulo 13.

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Tomó los vestidos que había visto antes y los colocó frente a su hija, para que escoja cuál quería usar, viendo a la niña que parece pensarlo un poco antes de decidirse por el que tenía en la mano derecha, era un vestido rosa pastel, con flores blancas en la zona del pecho y encaje blanco al final, un regalo uno de los tantos vestidos que le había comprado Ki Bum cuando se la llevó con él, incluso el secretario creía que había comprado la misma cantidad de ropa que él le había comprado desde que huyó de Jong In, porque al parecer el abogado Kim era un poco exagerado.

—¿Te gusta éste? —le preguntó a su hija y la niña asintió efusiva, alzando los brazos para que le coloque el vestido —¿te gusta la ropa que te compró Ki Bum?

La niña volvió a asentir y él sólo termina de amarrarle el lazo del vestido, para ir a buscar las medias y colocárselas, la pequeña parecía emocionada porque sabía que no estaba siendo arreglada para quedarse en la casa, sino que saldría junto con su padre, había sido lo que la convenció para que dejara de negarse de tomar un baño y continuar jugando, porque ella no quería dejar aquella muñeca que cantaba y bailaba que le había regalado el abogado Kim.

Dejó a su hija sobre la cama esperando que no se bajara y se ensuciara, él se fue a cambiar porque casi estaban sobre el tiempo del que ya debieron haber salido de la casa. Fue tan rápido como pudo serlo, y volvió a la habitación de su hija, viéndola que ahora había encontrado de entretenimiento uno de los peluches que adornaba su cama.

—Eun Min ven para peinarte —pidió la pequeña para que se acerque al borde de la cama.

—No quiero —negó con la cabeza.

—Si no te dejas peinar no podremos salir con Min Ho.

—¿Min Ho?

—Sí, Min Ho.

Sólo escuchar el nombre del abogado la convenció porque en serio que Eun Min había tomado mucho cariño a los abogados y a Jong Hyun porque eran las personas que ahora la rodeaban, eso sin contar a las personas de la guardería, pero era lógico, eran las personas con las que convivía ahora, ni siquiera extrañaba a su otro padre porque ni lo veía, era como si no existiera en su vida.

Taemin sonrió cuando la niña arrastró al peluche con ella para acercarse y se sentó frente a él para que comenzara a peinarla, su hija estaba creciendo muy rápido para su parecer, porque sabía que Min Ho tenía casi un mismo significado que Ki Bum, porque el abogado Kim era regalos y el abogado Choi golosinas, complacía sus caprichos, en las pocas veces que habían salido era así.

Le colocó la colonia de niños le ayudó a bajar de la cama y colocarse las pantuflas, tomó el bolso con ropa que antes había preparado y se dirigieron a la puerta, en dónde les tomó un poco de tiempo hasta que se coloquen los zapatos, porque al secretario le tocó ayudarle a su hija a colocárselos porque los tenía al revés, y si no hubieran estado sobre el tiempo le hubiese permitido que lo descubriera por sí misma, pero era tarde.

La niña caminaba feliz de la mano de su padre por el pasillo hasta llegar al ascensor, hablando con frases poco entendibles que hacían que el secretario se esfuerce por entenderle, estaba muy enérgica con sólo saber de aquella salida.

No dejó de moverse cuando finalmente estaban esperando al autobús, y fue mucho peor cuando tuvo que viajar sobre las piernas de su padre porque el lugar junto a él fue ocupado por una señora mayor que en momentos le hacía preguntas a la niña y ella tímida sólo negaba o asentía, no queriendo hablar, encontrando más divertido ver por la ventana que prestarle atención a la señora mayor.

—Mira —apuntó a la ventana cuando el bus se detuvo, justo en frente de una tienda de juguetes —¡Señor Oso! —gritó la niña y Taemin sonrió al ver que en la tienda había un oso de peluche igual al que su hija tenía.

The correct person.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora