I'll help you

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Mi corazón estaba tan agitado como la respiración de Wonwoo, la cual chocaba contra mi rostro, aturdiéndome y despojándome de cada uno de mis sentidos, dejándome completamente a sus pies, sin defensa alguna.

Las gotas caían por su rostro, las arrugas que demostraban que siempre estaba alerta habían desaparecido y el verlo tan frágil no ayudaba absolutamente en nada.

Creo que jamás podré agradecerte lo suficiente que me hayas salvado la vida, no sé por qué, pero algo me dice que si hoy estoy aquí es debido a ti, mi ángel de la guarda.

Sus palabras aún rebotaban entre las cuatro paredes que nos rodeaban. No sé cómo ni cuándo pero la distancia entre ambos había comenzado a desaparecer, tal vez fue cosa suya o tal vez fui yo la que se acercó sin siquiera prestar atención, pero realmente –y sin querer pensarlo mucho –deseaba que esta desapareciese totalmente.

Wonwoo cerró los ojos, dejó escapar un fuerte suspiro y chocó delicadamente mi frente contra la suya, mientras que parecía negar aquella petición silenciosa por mi parte.

-No puedo hacerlo. No sé cuándo pero he empezado a verte como si fueses mi mejor amiga, una hermana pequeña a la que quiero defender y yo ansío convertirme en alguien del que te enorgullezcas. No lo entiendo, no te conozco, pero es lo que más deseo, quiero ser cercano a ti, convertirte en alguien tan próxima que hable de ti en un futuro como si fueses de mi propia familia. –Sus palabras habían sonado tan bonitas; sin embargo, mi pecho parecía hueco y si no fuese porque mi corazón dolía hasta tal punto que lloraría, pensaría que había desaparecido, como si Wonwoo me hubiese robado el corazón. –Mi mente divagaba lejos de allí hasta que escuché cómo aclaraba la garganta y me observaba como si esperase una respuesta por mi parte.

-Realmente me gustaría que eso ocurriese. –Y antes de poder terminar mis palabras Wonwoo me había fundido en un fuerte y, por primera vez, frío abrazo, porque aquella calidez que me embriagaba con su simple cercanía, había desaparecido con sus palabras.

***

Media hora de película había transcurrido ya y yo aún no sería capaz predecir siquiera cuál era el protagonista o si la trama era de terror o  amor. Mi mano bajo mi cabeza, apoyada en su pierna, mientras que sus largos y finos dedos trazaban caricias en mi pelo.

Si no fuese porque era Wonwoo el dueño de aquellos mimos estaba segura de que habría experimentado por primera vez en mi vida lo que era dormir o, al menos, sentir sueño.

Sin embargo, al saber que era aquel moreno que solía estar malhumorado todo el tiempo pero ahora quería ser alguien cercano, provocaba que una corriente eléctrica recorriese mi columna vertebral.

-¿Ela? ¡Ela! –Abrí mis ojos de par en par al escuchar su voz y me giré levemente hasta quedar boca arriba. –Pensaba que te habías quedado dormida por primera vez.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Bueno, tienes un tipo de trastorno con el sueño ¿no? Jamás te he visto dormir en este casi mes que he vivido aquí, simplemente lo aparentas.

-Ah, sí, eso... -Unos segundos de silencio incómodos aparecieron y yo sólo podía pensar en algo de lo que poder hablar y que él dejase el tema y así saber algo de mi origen. –Oye, he estado pensando. –Por Dios, que paren sus caricias y deje a mi cerebro funcionar en paz. -¿Es cierto lo que dijiste antes?

-¿El qué?

-Quieres.... Quieres ser alguien del que me enorgullezca, ¿verdad?

-Sí... Un poco estúpido, ¿no? –La forma en la que pasó su mano por el pelo me indicó que estaba nervioso.

-No, me alegra que sea así pero, ¿por qué no comienzas a intentarlo? –Wonwoo soltó una risa triste, tan melancólica como una lágrima.

-¿Cómo?

-Abandona todo lo turbio que te rodea, busca un nuevo oficio y un hogar que te aparte de aquel lugar. Si tú... si tú encontrases un buen trabajo yo... ehmm... bueno, podrías vivir aquí, ya sabes, conmigo. –Wonwoo abrió los ojos al máximo pero poco a poco la realidad chocó contra él, realidad que desconocía y que estaba dispuesta a averiguar en ese mismo momento.

-No lo entiendes, no es que no desee dejar la forma tan sucia con la que consigo el dinero, es que no puedo hacer otra cosa. Verás, esto nadie lo sabe y realmente creo que ha llegado el momento de desahogarme. –Me senté a su lado pero quedando frente a él, con mis piernas cruzadas en forma de indio. Mis músculos dolían debido a mis nervios por comenzar a hacer mi trabajo bien, pero sobretodo, el empezar a ser cercana a Jeon. –Es vergonzoso. –Sus mejillas se tiñeron de rojo y sus ojos se cerraron como si fuese más fácil decirlo sin verme. –No soy capaz de leer ni escribir, no sé siquiera sumar, ¿cómo podré trabajar así? Cualquier trabajo implica tener un mínimo conocimiento cosa que yo no tengo, Ela. Si trabajase en un supermercado, ¿cómo podría dar el cambio? ¿Obrero? A veces necesitan utilizar números y aunque sean sencillos es imposible para mí, tan inalcanzable... Sólo tengo esto. –Levantó sus puños dejando ver sus magullados nudillos. –Lo he intentado, de verás que sí, pero no puedo perder mi tiempo en un colegio porque necesito el dinero para poder mantenerme con vida. Además, apuesto lo que sea que lo acabaría dejando.

-Wonwoo...

-No quiero tu lástima, sólo que comprendas por qué soy como soy. He crecido sin poder confiar en nadie, simplemente porque no entiendo la mayoría de las cosas. Si fuese tan bondadoso como tú en este mundo cruel sería engañado como un tonto. –Su voz era rasposa, sabía que ese tema era delicado y posiblemente habían sido de las palabras más difíciles que había dicho en toda su vida.

El expresar en voz alta que era un analfabeto a tan pronta edad y en los tiempos que corrían no era algo que se podía tomar a la ligera y con aquella altanería y orgullo que lo caracterizaban aún más, pero ahora que podía comprender mejor el por qué de sus actos, sentí como una barrera de hielo que mantenía a su corazón distante de mí había comenzado a descongelarse.

-Yo te ayudaré Wonwoo, te enseñaré lo necesario para que puedas abandonar todo lo malo que te rodea y te convertirás en esa persona que deseas ser, porque déjame decirte, que ya comienzo a sentirme orgullosa de ti.

Y aquello era cierto, Wonwoo había sido más valiente de lo que muchos podían decir y aunque su forma de actuar habían sido primitivas tenía sus razones y por eso yo debía de ayudarlo, al fin y al cabo era su ángel de la guarda, su mejor amiga, su hermana ¿no?

Un ángel en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora