Sus labios masajeaban los míos con delicadeza mientras que sus fuertes brazos unían nuestros cuerpos sin dejar un mínimo espacio. Mis manos, temblorosas –no sabía si de anticipación o producto de todo lo que ocurrió anteriormente –acabaron en cada una de sus mejillas. El sentir como se humedecían por sus lágrimas hicieron que mi pecho se encogiese de dolor, como si su pena fuese la mía.
De repente, Wonwoo se separó de mí, sus ojos estaban rojos y algo hinchados y, sin mediar palabra, salió corriendo de casa. El miedo se apoderó de mí ¿a dónde iría? O peor aún, ¿qué haría? No hacía falta estudiar psicología para saber que en estos momentos lo que él necesitaba era apoyo moral, alguien que escuchase sus problemas, ya que parecía que nunca nadie lo había hecho. Wonwoo se había tragado todo su dolor y sus penas, acumulando sufrimiento hasta que explotó.
La distancia entre ambos era demasiada y, aunque era imposible alcanzarlo, esperaba no perder su rastro, daba gracias que fuese una calle recta. Mi pecho comenzó a doler y en estos momentos me irritaba el pensar que podría dejar de ser tan humana al menos en un momento como este, ¿por qué el señor no nos creó más fuertes? O al menos, no tan parecidos al resto de personas.
Pude ver su cabellera negra a lo lejos y como se introducía en un pequeño callejón y una corriente de aire frío chocó contra mí, helándome de cabeza a los pies, haciendo que me detuviese, algo malo iba o estaba ocurriendo. En un último suspiro, volví a correr, varios metros me separaban del lugar por donde Wonwoo había desaparecido.
En el momento en el que me introduje en el lugar, tuve la misma sensación que cuando puse un pie en el Bulevar Marie. Parecía que estábamos en un lugar diferente donde incluso la temperatura era diferente y los rayos de sol no lograban traspasar los grandes y destruidos edificios que se encontraban en cada uno de los lados.
Un par de voces masculinas hicieron que cada uno de mis sentidos se despertase y me pusiera completamente alerta. Juraba que si no le ocurría nada malo a Wonwoo, haría todo lo posible para salvar su vida de todo sufrimiento y lo llevaría por el buen camino.
Algunos gemidos de dolor entre aquellos gritos fue lo que acabó por despertar la alarma.
Comencé a correr con el máximo estruendo posible hacia él y, como la distancia aminoraba podía escuchar como alguien huía dejando solamente paso a los quejidos con voz apagada, hasta que lo vi.
El cuerpo de Wonwoo, derrumbado y sin fuerza sobre el pavimento mientras que intentaba encogerse para evitar el dolor. Con un último esfuerzo llegué a él, poniéndome de rodillas para poder verlo desde más cerca, ¿qué es lo que hacían los humanos en estos casos?
-Ela... Estás aquí.
-Wonwoo, Wonwoo. –Mi respiración estaba agitada y comencé a sentir como de forma extraña mis ojos comenzaban a arder y provocaban una especie de quemazón. Una sonrisa ladina apareció en su boca, con los ojos entreabiertos, poco a poco cerrándose. Su labio inferior comenzó a hincharse y de este caía sangre hacia su barbilla.
Una pequeña brecha en su mejilla derecha y algo amoratado en zonas alternas de su bello rostro lo hacían ver tan demacrado que era la primera vez que sentía la necesidad de... llorar, ¿por qué Wonwoo me volvía tan humana?
-Sabía que vendrías. –Con un par de quejidos, levantó su mano que estaba algo manchada de polvo y, con suma delicadeza, pasó su pulgar por mi mejilla.
-Debo de llamar a un médico. –Comenzó a toser y pude ver como algo de sangre salió de su boca. El momento había llegado, yo debí haber actuado más rápido. Él cogió mi mano que ya iba en busca de mi móvil –el cual James me dio cuando llegué aunque no sabía para qué funcionaba en aquel entonces –y me detuvo.
-No, no puedes, ¿qué diría en el hospital que me ocurrió? No puedo involucrar a nadie, sólo... no me dejes so-. Sus ojos se cerraron, escapándose un pequeño suspiro de su boca, una última espiración y su rostro giró sin fuerza alguna quedando frente a mí.
-¿WONWOO?
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Un ángel en el infierno
FanficMiles de ángeles están distribuidos en la Tierra intentando que reine la bondad entre las personas. La joven Ela pone los pies por primera vez en el mundo de los humanos con la misión de ablandar el frío corazón de Jeon Wonwoo. Sin embargo, ¿podrá...