Jungkook me observaba serio, con el rostro imperturbable, como si quisiera adivinar qué estaba pensando con tan solo una mirada. Con cada paso que daba acercándose a mí, yo retrocedía también hasta que mi espalda chocó contra una de las paredes del pasillo.
Centímetros separaban ambos cuerpos, mi corazón latía rápido, como si estuviese en una espacie de Déjà-vu cuando conocí a Wonwoo por primera vez.
Aquella máscara de ángel había desaparecido por completo y ahora aquel que parecía un bebé se veía aterrador. Mi barbilla comenzó a temblar levemente y Jungkook con sus dedos, en un toque frágil, comenzó a delinear mi mandíbula hasta llegar a un mechón de mi cabello que tapaba parte de mi rostro, colocándolo tras mi oreja.
-Eres tan parecida a ella...No voy a hacerte daño Ela, que tú estés aquí es como si ella hubiese vuelto a mi lado. -Mientras hablaba llevó su mano a mi hombro, arrastrándola delicadamente a lo largo de mi brazo y deteniéndose en mi cadera. No supe cómo, pero ahora mi pecho chocaba con cada respiración contra su cuerpo escultural.
-Tu color de pelo es igual al de ella, incluso cuando el sol choca contra ti tiene esos reflejos pelirrojos que tanto me gustaba observar por horas. -Jungkook se agachó levemente, rozando con la punta de su nariz mi cuello, haciendo pequeñas cosquillas con esta. -Tu olor... es el mismo. -Delineó hasta la zona de la mandíbula de forma tan lenta y tortuosa que pensé que en cualquier momento caería al suelo por culpa de mis piernas temblorosas. Apoyó su frente contra la mía, teniendo aquellos ojos felinos y astutos a tan sólo unos milímetros. -Me pregunto... si tu sabor es el mismo. -Entonces posó sus labios contra los míos, de forma delicada, tan sólo un toque, disfrutando el momento como si lo hubiese esperado durante años.
Mis manos estaban contra su pecho y aunque intentaba separarlo era imposible. Jungkook colocó una de sus manos en el hueco de mi cuello mientras que la otra sostenía aún mi cadera. Giró su cabeza un poco para profundizar el beso, tomando velocidad y fuerza.
Y entonces el rostro de Wonwoo apareció en mi mente, haciendo que todo fuese mucho peor, porque yo deseaba que aquel que pasaba sus manos de forma tan sutil por mi cuerpo fuese él, no Jungkook. Un pequeño gruñido grave y ronco salió de su garganta mientras que sus manos comenzaron a subir mi camiseta y eso fue suficiente para que mi fuerza incrementase y pudiese separarnos un poco.
-Su-suéltame. -Dije con un simple hilo de voz pero suficiente para que Jungkook se separase de mí. Sus ojos estaban completamente abiertos como si hubiese acabado de despertar después de haberlo hipnotizado.
-Tan parecida... Sin embargo, sigues siendo Ela no Adaia.
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Un ángel en el infierno
Fiksi PenggemarMiles de ángeles están distribuidos en la Tierra intentando que reine la bondad entre las personas. La joven Ela pone los pies por primera vez en el mundo de los humanos con la misión de ablandar el frío corazón de Jeon Wonwoo. Sin embargo, ¿podrá...