Viaje a contraluz

Ángel fugaz

Tu listón se despidió con el viento.
Llevas mantos rojos de frío terciopelo.
Tu vestido blanco será siempre nuevo
porque después de la pena viene el consuelo.

Recreo tu voz despertando la mañana
con aromas de inocencia al final del día.
Arrullo tus sueños en esta noche clara
pero cada imaginación desata sutil melancolía.

Aún auguro tus efímeros recuerdos
regados por una tierna estrella fugaz
que destella quebrados mis deseos
los cuales han desgarrado lentamente mi paz.

A veces pienso en esa tarde adolorida
por el germinar cortado de tu semilla.
Esa misma tarde en la mirada anida
derramando la tristeza muda sobre mis mejillas.

Duele no abrazar más que tu nombre
mientras llueven excusas innecesarias.
Bajo esa cruz tu palidez se esconde.
Te arroparé del miedo con cálidas plegarias.

¡Vuela, pequeño ángel, por el perdón!,
pues tus latidos exiliaron con violencia.
Algún día mis deseos tendrán valor
ya que el tiempo acepta al tardar la conciencia.

Mi esperanza todavía no se ha rendido
hasta hallar tu corazón por completo.
Volaré para abrazarte como un niño
cuando me recojan tus ojos expirando quieto.