Siempre hogar

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En los bordes de esta mesa
las soberanas carcajadas resuenan
y en las paredes de la casa
se pintan algunas filiales penas.

En estas habitaciones
juegan los chiquillos recuerdos
soltando risas traviesas
y lágrimas de castigo venidero.

Las deslucidas fotografías
actúan con ímpetus adolescentes
y sobre el suelo se refleja
el aprecio de una familia ferviente.

Las imágenes divinas
fueron las enseñanzas encendidas
de una bendición maternal,
de un paterno y firme buenos días.

Ya los herederos jardines
han echado por otro lado sus raíces,
van desocupando muebles
que avisaron anécdotas en matices.

La casa ha quedado vacía
pero todavía sobrevive el afecto
y bajo su acogedor techo
está el diario de un hogar modesto.

Viaje a contraluzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora