Rubia Pero No Hueca » j.b

Capitulo 18

Hoy ya era viernes, eso significa que hoy era el baile. Luego de esto, no hay clases por un largo tiempo y no veré a la estúpida de Charlotte, ni al patán de Max, ni a nadie de la U, excepto a los chicos. ¡OH! se me olvidaba, hay algo bueno de todo esto. Peggy, me contó que luego del baile, intentara ingresar a la U donde estamos los chicos y yo, eso me encanto, porque en estos pocos días ella se a convertido en una gran amiga, igual que todos los chicos.

—Dove.—Tocaron la puerta de mi habitación, me paré y abrí la puerta. Era mi madre.

—¿Que pasa ma?.

—Ven, te quiero presentar a alguien.—Agarró mi mano y prácticamente me arrastro a la sala.

Al frente de mí había una chica un poco alta, blanca, rubia, de ojos verdes, muy linda la verdad, y muy parecida también

—¿Quien es ella mamá?.—Le pregunté y la chica me sonrió.

—Ella es Cleo, tú prima.—Me respondió.

—Hola, soy Cleo, y espero llevarme muy bien contigo.—Me abrazó y por no ser grosera lo acepte.

—Ella va a la misma Universidad que tú, Dove, así que irá al baile contigo—¿Como es que nunca la vi?

—Que raro, nunca te vi ahí.—Le dije a Cleo.

—Siempre me la pasaba alejada de todos.—Dijo.

—Bienvenida a mi mundo.—ambas reímos.

(...)

Faltaban tres horas para el baile, eran las tres de la tarde. Los chicos nos vendrían a buscar a mi casa a su respectiva pareja, seria como si fueras en grupo pero a las ves no, ¿y que creen?, el maldito de Chris había invitado a Cleo y no nos había dicho nada, solo nos dijo. " No iré, no tengo pareja" Maldito mentiroso.

Caitlin ya estaba en mi casa, así que ya podríamos arreglarnos y todo eso para estar hermosas para el baile, ¿qué digo? yo soy hermosa desde que era un espermatozoide, okey... eso sonó muy mal.

—Hora de vestirnos.—Grité emocionada, Cleo y Caitlin empezaron a chillar y saltar.

Quizás no eramos muy conocidas o nos trataban mal en la Universidad, pero somos mujeres y nos encantan este tipo de cosas, ya esta en los genes de toda chica, puede que seas ruda o todo lo que quieras pero nadie me puede negar que le gustan este tipo de cosas.

Fui corriendo a mi closet para buscar mi vestido, Caitlin ya sabia cual era pero Cleo apenas la conocí hoy así que obviamente no sabia, pero se moriría cuando lo viera, como me paso a mi.

—¿Donde esta tu vestido, Dove?, ¡quiero verlo!.—Preguntó Cleo mas que emocionada.

—Aquí esta.—Saque una bolsa negra (de esas donde guarda los vestidos... ahg, ustedes saben) que tenia en una puerta que había dentro de mi closet cerrada ya que mi madre quería verlo y no dejaría que nadie lo viera, solo Caitlin. Abrí la bolsa y saque el vestido, Cleo al verlo chillo y lo agarro.

—¡Dios!, ¡Dove!, ¡es hermoso!.—Chilló dando vueltas con el, haciendo soltara alguna que otra carcajada.

—Lo se, por eso es mío.—Respondí en tono de broma.

—Bien a ¡alistarnos!.—Dijo Caitlin

Nos quitamos las prendas quedando en ropa interior, no nos daba pena, eramos mujeres, al principio Cleo se negó rotundamente, pero la terminamos convenciendo, aunque tenia algo de pena.

Agarré mi vestido y lo subí lentamente por mi cuerpo hasta que quedaba en la perfección, lo mismo hicieron las chicas, luego busque los zapatos y todos los accesorios que tenia para el vestido.

Me maquillé con un poco elaborado ya que no quería quedar muy sencilla pero tampoco como payaso.

el resultado final fue este.

(imaginen que es Dove)

El bolso lo llevaba para meter lo esencial como el celular, maquillaje y eso.

Cuando vi la hora me quede loca, ¿tanto duramos arreglándonos?, solo faltaban cinco minutos para las 6, no faltaba mucho para que los gorilas vengan.

Y como soy psíquica, sonó el timbre.

Apenas escucharon el sonido del timbre se pusieron histéricas,  gritando donde estaba su otro zapato o si el maquillaje estaba bien. Locas histéricas.

¿Pero que digo?, yo estoy igual que ellas, gritando y buscando las "cosas que me faltan".

—¡Ya!—Grité, todas me prestaron atención—Debemos calmarnos, no haremos nada poniéndonos como las viejas histéricas de la plaza—Todas asintieron dándome la razón—Muy bien, Inhalen,... Exhalen—empezamos a hacer lo que les pedí lentamente, ya sentía como todas las preocupaciones se iban volando como el viento—Bien...—Abrí mis ojos, ya que estaban cerrados por el "ejercicio" que a terminamos de hacer.