Capitulo 22

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—¿Como está todo en tu casa?.— Preguntó Justin una vez que Dove se acostó en su pecho, estaban en el campo de la universidad. Ya habían acabado sus clases por hoy, pero Dove prefería quedarse ahí antes de volver a su casa.

—Mi madre está como una estúpida con mi padre luego de todo, la niña que también es la hija de mi padre se está quedando unos días en casa. ¿Como crees que están las cosas?.— Respondió obvia, no quería tratar mal a Justin, no se lo merecía después de ser el único que ha estado con ella en todo momento, pero las palabras salían por si mismas.

—Lo siento.— Susurró mirando al cielo.

—No, yo lo siento, no debo de tratarte de esta manera he igual lo hago, lo siento amor.

—No te preocupes preciosa, se que no la estas pasando bien.— Le dio un tierno beso en la boca.

—¿Qué clase de persona vuelve con un tipo que la ha estado engañando por más de una década?.

—Ella tendrá sus razones cielo.

—tenga o no razones. No me importa, ese hombre no merece su perdón, y no venga ella a decir que fue por mi que volvieron.

—De verdad desearía tener todas las respuestas a tus preguntas, pero no las tengo cielo. La verdad no lo sé.

—Tranquilo, siento que te estoy ahogando con tantas preguntas. Lamento todo esto.— Se levantó del césped dispuesta a irse, no se había enfadado por el comentario de Justin, solo sentía que era una carga muy grande para él.

—Hey.— También se levanto y fue tras Dove, solo estaba a unos pasos de distancia.— No me molesta princesa, se que estas en un mal momento familiar y sentimental. Estoy contigo porque te amo y no pienso dejarte sola en estos momentos.— La verdad, Justin era él mejor novio que cualquier chica podría tener, pero era solo de ella.— Además, se está haciendo algo tarde, será mejor llevarte a tu casa antes de que alguien quiera matarme.

Luego de unos minutos Justin había llevado a Dove a su casa y se despidieron con un tierno Beso, desde ese momento lo único que hizo Dove fue llorar en su habitación. Ella sentía que todo en su vida iba de mal en peor.

Ella no podía creer lo estúpida que podría ser su madre, volver con un hombre que la engañó por tantos años, más de una década, para ella, era algo inaceptable en todos los sentidos. Ella nunca perdonaría una infidelidad de tal grado, nunca lo haría.

Aunque, "nunca digas nunca".

¿Se puede?.— Habló Tia, la media hermana de Dove. La pequeña se preocupó al escuchar sollozos provenientes de la habitación de Dove.

Dove rápidamente se limpió las lágrimas.— Pasa pequeña.

—No trates de ocultar tus sentimientos, se que estas mal por todo esto. Perdón por aparecer de manera repentina en la vida de tu madre y en la tuya. Yo tampoco sabia de su existencia. Papá siempre me decía que no estaba frecuentemente con nosotras porque tenía mucho trabajo, cuando en realidad venía con su otra familia.— Pequeñas lágrimas cayeron de sus ojos, al parecer Dove no era la única afectada.— Lo siento por aparecer y arruinar tu familia.— Sollozó involuntariamente, haciendo que él corazón de Dove se apretara.

Dove la agarró del brazo atrayéndola a ella dándole un fuerte abrazo que hizo que la niña se aferrara con más fuerza llorando con más intensidad.

—No digas eso pequeña, esto no es tu culpa, no me arruinaste nada. Deja de culparte por esto, eres la menos que tiene culpa en esto.

—Desde que llegué aquí he visto lo mal que la has pasado, siento que todo esta mal por mi culpa.— Sorbió sus mocos, miro a Dove fijamente, tenían los ojos iguales, lastimosamente, iguales a su padre.

Rubia Pero No Hueca » j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora