«Babies» (Muke × Cashton) [Editando]

SORPRESA 2.0

- ¿Por qué no me dejas ver, Mike?

- Porque es una sorpresa - escuché un bufido de su parte y seguí guiándolo hasta parar frente al montón de comida sobre una manta cuadriculada.

- ¿Ahora si puedo ver?

- No - volvió a bufar cruzándose de brazos.

Solté una risita colocándome frente a él, saqué la cajita roja donde guardaba su sorpresa y lo dejé abrir los ojos.

- Ya puedes ver.

Cuando abrió sus hermosos azules ojos, quedó asombrado con lo que estaba detrás de mí.

- Luke - comencé a decir tomando la suficiente confianza - Te ofrezco tres cosas. Alma, corazón y vida. Alma para enamorarte, corazón para amarte, y vida para vivirla junto a ti, porque cuando te das cuenta que quieres pasar el resto de tu vida junto a una persona, quieres que el resto de tu vida empiece lo más pronto posible. Y, mi amor, sabes que te quiero, que te adoro y que te amo, que eres mi vida, mi mundo, mi luz, que lo eres todo, y que por ti daría mi vida sin pensármelo, por eso y muchísimo más, me gustaría pedirte algo. Luke de mi vida Hemmings, ¿me harías el bello honor de convertirte en mi esposo?

Y finalicé arrodillándome frente a él, abriendo la cajita con el anillo, y mostrándoselo.

Su rostro me decía cuán sorprendido y emocionado estaba, con su boquita abierta del asombro y sus ojos cristalizados.

- Oh, Michael - una enorme sonrisa se expandió en su rostro y se lanzó sobre mí a enredar sus piernas en mi cintura y abrazarme - ¡Claro que sí! ¡Es obvio que acepto! ¡Claro que seré tu esposo!

Comenzó a llenarme de besos y me fue imposible no reírme junto a él. Éste, sin duda, se convirtió en el segundo día más feliz de mi vida. Obviamente, el primero fue cuando supimos a acerca del embarazado de Luke.

- Me siento la persona más feliz del mundo - me besó sin previo aviso casi ahogándome al apretarme contra él.

- Ay, aire - casi moría gracias al beso de Luke, me había dejado sin aire completamente.

- Lo siento, Mikey - supongo que notó mi rostro rojizo por la falta de aire - Ahora, a comer, tengo hambre.

- Pero, aún no te pongo el anillo - le mostré la cajita y me soltó ofreciéndome su mano.

- Ponlo, vamos que tengo hambre - le sonreí y tomé su mano colocándoselo.

- Listo, todo tuyo - me hice a un lado y dejé que se lanzará sobre la comida para comenzar a devorarla.

- ¡Ah, pastel de chocolate!

Confirmado, el mejor día.

Cuando al fin Luke terminó de alimentar a nuestro bebé, nos acomodamos juntos sobre la sabana bajo la sombra de un árbol, mirando hacia las nubes y las figuras que creíamos ver.

- Oh, mira, Mike, esa nube parece... - lo miré mientras se quedaba pensando - ¡Una nube!

Me fue inevitable no mirarlo con ternura, sus ojos brillaban junto a una enorme sonrisa mientras miraba al cielo, me encantaba verlo de esta manera, actuando tan infantil, olvidando la nueva vida que llevábamos, eso me gustaba, con solo nosotros en nuestros pensamientos.

- Mikey, ¿cómo le pondremos a nuestro bebé? - lo miré a los ojos y juro que me perdí en ellos.

- No lo sé, amor - le sonreí dejando un pequeño beso sobre sus labios.

- Sé que aún falta mucho todavía, y ni siquiera sabemos si será niña o niño, pero me gustaría pensarlo desde ahora - solté una pequeña risa y asentí a su petición.

- Esta bien, dame tus opciones si es una niña - sonrió con emoción y se puso a pensar.

- Bueno, son muchos los nombres, por ejemplo, me gusta el de Allisson, Gemma, Megan, Riley, Nina, Lea, Maddie. Ay, no sé, son demasiados - me abrazó escondiendo su rostro en mi cuello y pasé un brazo por su cintura, atrayéndolo hacia mí.

- ¿Y si es un niño, Lukey?

- Oh, para eso es más fácil. Tengo Ethan, Edward, James, Steve, Theo, Fred, Mark, Maxwell, Marcus, y no sé, ¿cuáles de niño tienes? - sólo uno de todos esos nombres me había gustado, y no había pensado tantos.

- Phil, Steve y Daniel.

- ¿Daniel? ¿Es enserio, Michael?

- Si, es un bonito nombre.

- Tu y yo sabemos que no sólo es porque el nombre está bonito - me miró inflando sus mejillas acusadoramente.

Okay, sí, tenía razón, Daniel era mi león de peluche, hace poco lo había perdido y eso no me tenía de buen humor. Mi peluche favorito se había perdido, nadie es feliz cuando su peluche favorito se pierde.

- Bien, lo acepto, sería en honor a Daniel mi peluche - me sonrió y dejó un beso sobre mi mejilla.

- También me gusta Steve, ¿qué te parece si nuestro bebé es niño lo llamamos Steve Daniel? - asentí muy de acuerdo.

- Y si es una niña, Nina Madisson.

- Esta perfecto. Te amo, Mike.

- Yo también, mi hermosa próxima bolita de pastel.

Y bueno, creo que mi apodo no le agradó mucho. Ese día me dejó sin aire gracias al golpe en el estómago que me dio.

(...)

Parte 2