Cap 7

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Gracias por leer chicas, les dejo la foto de Lucas...<3

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Ela

Era la reina, toda mi vida me había preparado para ese momento. Pero una corona y un trono no te hacen una reina, lo hace el respeto y la protección que le das a tu pueblo. Esperaba ser como mi padre, alguien querido. Esperaba ser una buena reina.

Caminé por los pasillos. Loreine iba detrás mío junto con un guardia de seguridad. Ella llevaba un largo vestido turquesa y su cabello tendido en ondas. Sus ojos azules me miraron con ánimo. Yo traía un vestido marrón con dorado y mi cabello recogido con mi corona dorada reposando en mi cabeza.

Tenía que verme perfecta para la audiencia que había solicitado mi tía, Dania, y su esposo. No podía lucir débil ante ella, yo tenía claro que ella quería apoderarse de mi pueblo y aniquilar a las bestias que se escondían en este pero no se lo iba a permitir.

El guardia bajó su cabeza en señal de respeto y me abrió la puerta. Entré al gran salón. Dania estaba sentada en una silla de madera con su esposo a su lado. Tras Dylan se encontraba un hombre alto y de cabellos rubios y junto a este mi otro tío, Tyson.

-Has crecido mucho sobrina.-señaló Tyson con una sonrisa de lado.

Asentí, quería que ellos fueran al grano. Dania se puso de pie y caminó hacia mí con elegancia. Tomó mi mano y segundos después me abrazó. Me sorprendí por unos instantes, no estaba acostumbrada a que alguien me abrazara, me ponía nerviosa. La seguí con incomodidad. Envolví mis manos en su pequeña cintura.

-Tu madre y tu padre estarían orgullosos de ti.-señaló Dania.

-Gracias.

El hombre de cabellos oscuros rodeó la cintura de su mujer y le besó la cien. Este tomó con sumo cuidado mi delicada mano y me besó el dorso. Cada vez me sentía más incómoda. Este era realmente guapo y se había casado con mi tía. Ella era hermosa y lucía muy joven razón por la cual sospechaba que se había dado el matrimonio pero no estaba del todo segura, dejé mis pensamientos de lado y lo saludé con la mirada.

-¿Por qué tengo el honor de su visita?-me dirigí hacia la mujer de cabellos dorados.

-¿Acaso no puedo ver la coronación de mi sobrina?-contestó con otra pregunta.

-Claro que puede. Es solo que hace años que no los veía.-la señalé al igual que a Tyson.

-Estuve muy ocupada querida, además te dejé en buenas manos. No todos tienen al gran brujo como maestro querida.

-Tenía diez años cuando falleció mi padre, once cuando mi madre nos dejó ya que ella también murió y trece cuando dejaste de visitarme. A merito saber el motivo de tu visita, de sus visitas mejor dicho.-sonreí sarcástica.

-Ela, recuerda con quien estás hablando.-continuó.-Que tu dama y el guardia se vayan.-ordenó.

-¿Qué?

-He dado una orden joven reina, espero que la cumplas.-sonrió.

Tragué saliva. Indiqué con la mirada que se retirase el guardia, el hombre dudó pero acotó mi orden. Loreine me suplicó con la mirada que no la dejara fuera pero tuve que hacerlo. Volví mi vista hacia mi familia.

-Habla Dania.-solté.

-Quiero que me entregues a todas las bestias que se refugian en tu ciudad.

-¿Qué?No puedo hacer eso, n-ni siquiera sé quienes son las bestias...-la miré incrédula.

-No me interesa como Ela. Regresaré al territorio de los lobos y enviaré a alguien a que verifique que estás cumpliendo con mis órdenes.

-No puedo hacer eso Dania...

Un gruñido me sorprendió. Retrocedí del susto y caía al suelo. No quería verme vulnerable y menos en esta situación, tenía que ser fuerte. Pero los ojos verdes de Dylan oscurecieron y sus ojos de cerca me hicieron apreciar leves toques dorados. Se parecían a los de Dania. Sus colmillos se asomaron y siguió gruñéndome.

-No me obligues a  hacer algo que no quiero Ela, después de todo somos familia.-soltó la mujer.-La felicidad es algo que las reinas jamás tendrán.

Tomó a los demás por las manos y desapareció.

Rose

Rayé con la pequeña piedra que tenía otra raya, marcando los días que llevaba en aquella apestosa y maldita celda. Por lo menos ya no me encontraba sola, sabía que tenía a las dos lobas cerca de mí.

-¿Crees que algún día salga?-le pregunté a Mia.

-Es muy difícil, ya sabes lo que me hizo.

-No creo que ninguna de nosotras vaya a salir pequeña Rose. Anthony ya no es la persona que solía ser. Cambió mucho, se ha vuelto una de las bestias más insensibles que conozco.-dijo Kate.

-Entiendo pero yo no debería estar aquí es una equivocación.

-Rose nadie está aquí por equivocación, nosotras por ladronas y tú debes de tener un motivo.

-El cazador me dejó. Dijo que estaría en buenas manos.¡Maldito cazador!-grité.

-¿E-el c-cazador?-preguntó Mia.

-Ese mismo.

-Es un mercenario, no se quien es peor si Anthony, Dylan o él. 

Unos pasos en los pasillos llamaron nuestra atención. Los ojos azules de Lucas nos miraron con pena. Este arrojó unas bolsas hacia nuestras celdas. Se acercó a la mía. Lanzó una botella más de tres litros.

-Bonita no lo hagas enojar.-replicó.

-Tu tío es una mierda.

-Hablo enserio, lo que le hizo a Rose no es nada comparado con lo que lo he visto hacer.

-Lárgate. Estoy harta de que finjas que estás de mi lado cuando no lo estás.

Bajó la mirada arrepentido. Levanté una de las tostadas y se la lancé con fuerza. Sentía las lágrimas picándome los ojos. Este la esquivó. Tomé la otra y se la lancé. Estaba completamente furiosa. Una lágrima amenazó con caer pero no la dejé.

-Es porque lo estoy.-contestó retirándose.

Caí de rodillas. No iba a dejar que las lágrimas bajaran por mis mejillas. Pero no pude evitarlo estas comenzaron a rodar por ellas.¿Por qué era tan frágil?¿Por qué me pasaban estas cosas?Las lágrimas no paraban de bajar.

-Rose...-trató de calmarme Kate.

-No llores...-siguió Mia.

-Y-ya no puedo. Me r-rindo...-solté bañada en lágrimas.

-Veo que te rindes, pensé que durarías un par de días más. Siempre supe que eras débil.-dijo Anthony desde la oscuridad.

-¡Te odio!-grité.

-No me interesa.-dijo sin ninguna expresión.-Lucas abre la celda.

-¿Qué?-este lo miró confundido.

-Ábrela.

Lucas caminó hacia mi celda y tomó unas llaves. Las metió en la cerradura y las giró todavía sorprendido. Tragué saliva esto estaba siendo demasiado fácil y extraño. Anthony seguía sin mostrar ningún tipo de sentimiento.

-Sígueme.-ordenó.

Moon Night IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora