Cap 24

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Rose

Había despertado hace unas horas y Anthony no se separaba de mi. Podía ver por el rabillo de mi ojo como leía un libro en el sillón de al lado. Solo él podía verse tan atractivo leyendo.

-¿Qué lees?-pregunté.

-Cierra la boca y duerme. Aún estás muy débil.

-No me calles idiota. Estoy aburrida qué lees.

Suspiró frustrado.

-Estoy leyendo Orgullo y Prejuicio.

No podía creerlo.

-¡Pero es Jane Austen! Es un libro de amor, y tú no eres muy romántico.

-Sí lo soy, pero aún no me conoces bien Rose. No tanto como me gustaría.-guiñó uno de sus ojos azules.

Rodé los ojos y me cubrí con las sábanas hasta el cuello. El colchón se hundió cuando se sentó. Se deslizó entre las sábanas y me abrazó por detrás. Contuve el aire en mis pulmones.

-Gracias por salvarme la vida, no tenías que hacerlo pero lo hiciste de todas formas.

Beso mi nuca, mierda.

-T-tuve q-que h-hacerlo.-¿Por qué tartamudeaba como estúpida?

-¿Hay alguna manera de agradecerte?- insinuó en doble sentido.

-Q-que dejes de ser un imbécil, y me expliques como rayos me convertí en loba.

-Nunca conociste a tus padres, al menos uno de ellos debió de ser uno.

Me giré para mirarlo. No le creía, estaba segura que él sabía más.

-No tiene sentido, nunca antes me convertí.

-Tus genes estaban dormidos, necesitabas un estímulo para despertarlos.

-¿Y cuál fue el estímulo?-no quería admitir que ya lo sabía.

-Protegerme.-dijo como si nada.

-No lo creo. Fue para protegerme a mi misma. -volví a girarme y miré la pared.

Sus dedos fríos se introdujeron bajo mi playera. Corrientes eléctricas me recorrieron de pies a cabeza. Sus labios rozaron mi cuello, contuve un gemido.

-Ambos sabemos que se te mojan las bragas por mi princesa. Admítelo.

Fruncí el ceño y lo aparté.

-Bájate de mi cama, estoy harta que juegues conmigo. Me dijiste que no era nada y luego que me querías ¿Qué mierda te pasa chupasangre?

-Tienes razón, solo eres una chica más en mi lista. Iré a buscar a otra, el pueblo más cercano me queda a unos minutos.

Enfurecí.

-¡No irás a ninguna parte!

Comenzó a caminar hacia la puerta. Me puse de pie en un segundo y lo sujeté de la camisa. Lo estampé contra la pared y gruñí.

-No te vas a acercar a ninguna puta.

-Dame una razón.

Estaba llena de rabia, no iba a dejarlo ir. Sentí como unos colmillos se fueron deslizando por mis encías. Anthony me miró divertido.

-Porque tú eres mío.

Abrió los ojos con sorpresa. Ni siquiera yo misma podía creer que aquellas palabras salieron de mi boca. Quería enterrarme viva.

Moon Night IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora