Cap 5

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Gracias por leer chicas. Foto de Anthony <3

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No podía dejar de pensar en lo que había ocurrido. ¿Qué había hecho? Me preguntaba una y otra vez. El chico rubio no había vuelto a aparecer desde que le ordenó a Lucas que me encerrara en prisión. Llevaba dos días en la misma y solo había tenido contacto humano con Lucas los pocos segundos que se demoraba en entregarme cada comida, y eso que solo me daba una al día.

Mis ojos se cerraron con pesadez, estaba cansada de gritar lo más que podía pidiendo una explicación o tratando de encontrar una manera de escapar, pero no había ninguna. De alguna manera los barrotes eran de plata fundida en hierro. Estaban hechos para personas mucho más fuertes que yo. Era débil, de eso estaba segura. Volví a agitar los barrotes.

- ¡Sáquenme de aquí! ¡Por favor! No h-he hecho nada. - supliqué, pero nadie vino a ayudarme.

Una voz se escuchó por el pasillo. La poca iluminación me permitió apreciar una sombra. Sus cabellos castaños fueron opacados por la poca luz y sus ojos azules me miraron con una tremenda tristeza. Le volví a suplicar con la mirada.

-Te lo estoy pidiendo Lucas. -hablé. - ¿Por qué no me dejan ir?¡¿Qué les hice?!

-No lo sé Rose, mierda entiéndelo. Alguna razón debe de tener mi tío para encerrarte.

-No tiene ninguna y lo sabes.

-Me agradas bonita pero no se la razón.

Asentí desganada. Estaba perdiendo todas mis esperanzas. Tomé las tostadas con mantequilla que me dio y me las comí. El mundo era una mierda. Sacudí las migas de mi ropa. Me acomodé como un ovillo sobre el suelo y me pegué a la fría pared de piedra cubriéndome con mi chaqueta. Cerré los ojos. Esta era una horrible pesadilla.

Ela

"Un alma pura nacida en el lugar equivocado"

Suspiré. Llevaba puesto un vestido blanco, con ligeros toques dorados. Sentía los nervios brotar por mi piel. Hoy era el gran día. El día en que me convertiría en la reina, en su reina. Una de mis damas me colocó los zapatos dorados con sumo cuidado.

Recogió mi largo cabello oscuro color ébano en un moño alto. Un collar de rubíes fue colocado en mi pequeño cuello. Mi piel era totalmente blanca, como si hubiera sido formado por la leche. Me delinearon los ojos oscuros y me pintaron los labios, de un color suave.

Toda mi vida había sido preparada para este momento. Cuando mi padre murió mi madre se hizo cargo, convirtiéndose en una regente. Siempre tuvimos la ayuda de mi tía. Cuando mi madre falleció mi tía Dania se hizo cargo de mí.

Ella se había casado con una bestia, un lobo, Dylan. Sabía que quería vengar la muerte de mi primo, Crasseres, pero no tenía límites. Su pueblo vivía en completo terror. Las bestias habían huido y había oído que muchas vinieron hacia mis tierras.

-Ela todo estará bien. – trató de tranquilizarme Loreine una de mis damas más antiguas, era como una hermana para mí.

-Ya no sé qué pensar. El día de hoy las cosas cambiarán para mí.

- ¡Anímate! – trató de ayudarme.

-Ella estará aquí.

Dania vendría a ver mi coronación, tenía dieciséis años y ya sería reina. Estaba nerviosa. Habían pasado varios años desde que no la veía y ella no vendría sola, vendría junto con su esposo y un pequeño ejército.

Moon Night IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora