Toque de queda.

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PIENSAS EN LA afirmación que le has dado a tu hermana, quizás fue tan natural y fluida porque sabes que necesita que la alientes. Ahora debes ser su pilar, así como ella fue y es el tuyo, siempre. No importa que pase, sabes perfectamente qué harías todo por ella y viceversa.

– Aún no llegan –Wallpux entra a la habitación de golpe y preocupada –, y Oukla partió hace unos minutos a Agionía.

Ky y Mathis caminan hacia la profesora; tú estás sentada en tu cama con las manos entrelazadas, y hace unos segundos con la cabeza entre las rodillas, pensando realmente en nada. Sigues viendo a Wallpux con aquella expresión de preocupación, sientes el aire tocar tus ojos al abrirlos como sorpresa por su frase. Piensas en miles de cosas: algo pasó con el chico, su situación es realmente grave, Oukla lo podría querer muerto, regresaría en un largo tiempo y sobre todo: ¿Por qué Wallpux les cuenta esto a ustedes?

– ¿Crees que se haya dificultado su situación? –cuestionas.

Mathis acaricia los brazos de la profesora para tranquilizarla.

– No lo sé –te responde. – Oukla me dijo que estoy a cargo –puedes notar su miedo.

– Eso no es malo, señorita Wallpux –la alienta Ky.

– No me preocupa estar a cargo por unas horas, me preocupa el chico –sus palabras te llenan el pecho cada vez más de miedo.

– ¿Y qué pasará con el toque de queda? –pregunta Mathis.

– Se mantendrá en pie hasta que Oukla regrese. Nadie saldrá de sus habitaciones –luce realmente preocupada, y a la vez, segura. –A excepción nosotros.

– ¡¿Qué?! –exclamas algo desconcertada.

– ¿A dónde iremos? –Cuestiona Ky.

– Tengo demasiadas preguntas sobre Oukla Allier, así como miles de malas expectativas y debo conseguir respuestas –jamás habías visto a la profesora tan aferrada a algo.

– ¿Qué debemos hacer? –Ky luce entusiasmado.

– Daré el aviso sobre el toque de queda desde la oficina de Oukla, ustedes deberán merodear por la torre, muy cerca de la oficina para evitar que alguien vaya hacia allá –les explica.
–Yo comenzaré a buscar por la oficina lo que necesito. Serán mis protectores este día.

Sonríes al igual que tú hermana y Ky, los cuatro se sienten extasiados, feroces e importantes; los cuatro desean saber si hay algo maligno en su vida; los cuatro odian a Oukla Allier.

– Wallpux –te acercas rápido, a paso acelerado, tomas tu cabello y lo pasas todo a tu lado derecho –, ¿Cuál es el plan?

– Aviso importante –alerta Wallpux desde la oficina de Oukla por medio del micrófono conectado a cada bocina existente en la torre. – La Directora Oukla Allier ha salido de las instalaciones de la Acllier y ha dejado a su servidora, Khristen Wallpux, al mando de la Academia. Se le informa a cada interno que no pondrán salir de su habitación hasta que la Directora regrese o hasta que se le dé indicaciones. Cualquier individuo que sea visto merodeando, recibirá un castigo. Los guardias que he elegido están siendo cautelosos. No deben temer de nada, todo se encuentra bien, sólo queremos su seguridad –está a punto de concluir. – Gracias por su atención –termina.

– Diecisiete horas con trece minutos –comunica la voz electrónica que da la hora cada vez que termina un comunicado trasmitido desde la oficina de Oukla.

Te encuentras más o menos a cinco metros de la oficina de Oukla, estás de pie viendo por la gran ventana, vigilando. Ves la ciudad por fuera; alrededor de la torre la calle está despejada, sólo carretera, y a algunos metros inician a crecer los edificios del gobierno. Wallpux dijo que la Acllier no sólo funciona como Academia, sino, también como el hogar del Presidente de Indana: Oukla Allier, y que por eso, en su oficina debe de haber algo importante. Inicias a suspirar con fuerza, no hay nada ni nadie a fuera, Wallpux mandó a todos los profesores a casa al igual que a los servicios especiales. Te giras y puedes visualizar de vez en cuando los movimientos de Wallpux a pesar de que ha cerrado las persianas para tener más seguridad. Mathis está en el pasillo de tu izquierda y Ky en el de la derecha. Wallpux dijo que si necesitaban comunicarse o avisar que alguien venía, activaran la sirena del pequeño control que le dio a cada uno. Inicias a aburrirte, vuelves a girar hacia la ventana y ahora está lloviendo. No escuchaste cuando inició, la ventana inicia a llenarse de gotas y sigues algunas con tu dedo índice. El corazón golpea con fuerza tu pecho, sientes cosquilleo en las orejas y zumbidos, la mano derecha te vibra y cierras los ojos al escuchar que tan ensordecedora es la alarme del control. Alguien la activó.

Te giras con tal rapidez que te es imposible saber cómo lo lograste con aquel frío que tanto te daña. Algo en ti se activa; no escuchas gritar ni a Mathis ni a Ky, es loco, pero escuchas como se abren y se cierran los cajones de la oficina, el control sigue vibrando, escuchas el zumbido de una mosca alrededor. Todo se congela; ves a la mosca flotando frente a ti, andando a una velocidad realmente tediosa, también puedes ver los movimientos tan lentos de la sombra de Wallpux en la ventana y en segundos estás dentro de la oficina con los ojos de Wallpux sobre ti. Sorprendida.

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